POR EL CAMINO DE DONLEBÚN (II)

Antes de tomar el camino de vuelta a Figueras, nos espera un pequeño mirador.

Situado frente a las Torres de Donlebún, se asoma a la Ensenada de la Linera, un coqueto núcleo de casas al borde de la Ría que merece una visita.

El regreso por la ruta que hicimos el otro día, nos ofrece diferentes bifurcaciones.

Yo te propongo que busques la orilla de la Ría por caminos más estrechos pero fáciles.

No tiene pérdida. Aparecen diferentes calas y rincones para disfrutar de la calma.

Personalmente me quedo con la playa de As Acias.

También conocida como playa de Os Carbayíos, tiene unos 130 metros de longitud.

Con su aire de playa salvaje, solo disponible en bajamar, es una mezcla de arenas finas y gruesas y te brinda unas vistas magníficas del estuario.

Sin perder de vista la Ría, el camino te conduce hasta el molino de marea As Acias.

Estos molinos eran bastante escasos por su elevado coste de construcción, comparado con los pequeños molinos que proliferaban en ríos y riachuelos.

Aprovechaban el ciclo de las mareas y podían contener hasta seis muelas para aumentar la producción.

A diferencia de los de río, que solo funcionaban en invierno cuando había suficiente caudal, estos podían funcionar durante todo el año, aumentado considerablemente su rentabilidad.

Como decía, este camino al borde de la Ría es una bifurcación del principal que lleva directamente a Donlebún.

Después del molino, todavía se puede seguir pegado al mar hasta estar muy cerca de Figueras, donde una pequeña cuesta nos devuelve a la calle del Sol.

Muy relajadamente, toda esta ruta de ida y vuelta puede llevar poco más de una hora, algo más si incluyes un baño en alguna de las calas.