CUADERNO DE OCTUBRE 2023

La firma de los planos para el chalé del indiano Miguel Llano (1919) en la playa de Ribadesella. A cargo de los arquitectos Lomas y Manchobas, es una de las construcciones más destacadas de Santa Marina.

CASA JUNTO A LA PLAYA DE PUERTO CHICO

Un poco sin querer, mientras escribía los textos para el nuevo libro, acabé por recorrer muchas de las posesiones relacionadas de alguna manera con la marquesa de Argüelles.

Esta vista es de uno de los chalés junto a la playa de Puerto Chico y el faro de Llanes que la marquesa promovió en 1905.

Tiene ese encanto de lo sencillo que nunca pasa de moda. Para la época era una construcción en el lado de lo barato -ahorrando en materiales y acabados- pensadas para el alquiler a veraneantes de cierto nivel.

VILLA MAGDALENA

Entre los pocos chalés que sobrevivieron milagrosamente en el centro de Oviedo está Villa Magadalena.

Ahora es una biblioteca municipal y cuenta con un discreto jardín. Se construyó en 1902 con planos de Juan Miguel de la Guardia, un arquitecto experto en trasladar el lenguaje clásico a estos chalés, que acaban siendo de lo más elegante.

Sus propuestas tuvieron un notable éxito entre las clases adineradas del momento, entre las que destacaron los indianos. Véase Villa Guatemala, Villa Teresa, Villa Argentina y otras muchas.

En este caso no se trata de una casa de indianos. El chalé lleva el nombre de su última residente, María Magdalena Argüelles, esposa de Alfredo Figaredo.

SAN SALVADOR DE PRIESCA

Entre las edificaciones de la última etapa del prerrománico está San Salvador de Priesca, en el concejo de Villaviciosa.

Fue consagrada en el año 921 y promovida por el rey Alfonso III.

La casa que apenas asoma a la izquierda de la imagen es el albergue de peregrinos que hacen el Camino de Santiago por la costa.

Aparecen tres peregrinos en la foto poniéndose en marcha con la maravillosa luz de primera hora.

EXPLORAR EL JARDÍN

Fue mi primera visita al jardín de la Fonte Baxa en Luarca.

Lo de la primera vez tiene su importancia. Este jardín es tan vasto, grande y repleto de cosas que pasé más tiempo mirando el plano para saber por dónde ir que disfrutando de su contenido.

Mi experiencia es que es imposible verlo todo en una sola visita, no sé si llegué a ver la mitad, pero merece mucho la pena aunque se noten algunas deficiencias de conservación.

Pienso repetir con intención de hacer fotografías, pero ya sin sentirme abrumado como esta vez.

RIBADESELLA, CLARO

Voy a usar la imagen siguiente como felicitación navideña. Está hecha desde el puente que une Santa Marina con la villa.

Estos meses mi cuerpo y mi cabeza han estado allí. El libro está acabado y camino de la imprenta.

Felices Fiestas!