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Lo que más lástima da de estos atropellos arquitectónicos y urbanísticos es la cantidad de esfuerzo , dinero y tiempo dedicado a algo inúti que acabará siendo derribado . Mientras tanto La Concepción y otras tantas casas que merecerían ese mismo esfuerzo , dinero y tiempo quedan moribundas y olvidadas .
Esa es la “ kitsch realidad “.
Carne de adosado…
Esta casa siempre nos fascinó en nuestros paseos por la villa. Cierto es que su seducción no viene por la elegancia de formas ni por lo equilibrado del estilo… sino por saber qué pudo mover a alguien a amalgamar de esa forma elementos tan dispares. Me ha encantado el texto y tu vinculación con Exín Castillos. En este caso yo sí le concedería el indulto, más allá del feísmo (tan abundante por desgracia) esta “casa” tiene la gracia de lo insólito. ¡Estamos deseando ver el nuevo libro!
Martín, me quedo con «la gracia de lo insólito». Con el valor de esos terrenos, no tendrá mucho futuro.
Veraneo en Poo desde pequeña y cuando mi abuelo nos llevaba a mis primos y a mi de paseo nos inventábamos cuentos donde esta era la casa de la bruja y el Chalé Azul la de la princesa. Siempre me había preguntado el origen de un edificio tan extraño. Gracias por hacer de tu amor por Asturias algo tan especial.
Gracias Ana, es cierto, si unimos esta casa y el chalé azul ya tenemos un pequeño parque temático. Tardé un tiempo en valorar como se merece el chalé azul, ahora me gusta mucho. Con tiempo, igual acababa apreciando esta extrañeza.
En Lamuño hay una casa también horrorosa sin terminar que la hizo un albañil borrachín. Cuando se murió la casa ha estado abandonada hasta que alguien ha comprado el terreno para demolerla y hacer otra nueva.
Paz, no la conozco. Hay muchos disparates aunque este me parece divertido porque creo intuir las ganas de emular algo de la arquitectura de indianos pero sin entender nada. Lo dicho, un disparate. Saludos.
Hola!, qué alegría volver a tener noticias tuyas. Te imaginaba escribiendo el libro sobre Ribadesella y cada tanto me preguntaba, como hacen los niños en un viaje: – Falta mucho? En cuanto a esa casa, es un decir, yo no estoy a favor de indultar el kitsch y sí a favor de evitar el feísmo. Por suerte lo único de valor allí son los terrenos. Ah, y hablando de Ribadesella: -Falta mucho? Me ha gustado el artículo que le dedicó El País al bar de la estación de autobuses de Ribadesella, elogiando la maravillosa comida casera de Loli. Lo cuento para que si alguien tiene la suerte de pasar por allí que no se la pierda. Abrazu gordu, como los de antes.
Lidia, comparto esa alegría y muchas gracias. Sí, estaba y estoy con el libro. Ya no queda mucho. La diseñadora está a punto de entregarnos la maqueta, yo he terminado la escritura y estoy corrigiendo y vuelta a corregir, pero lo más difícil ya está hecho. Ahora queda darle la forma final y estoy ilusionadísimo con este libro. Sobre el bar de Ribadesella, no vi el artículo pero me chivaron este verano, de tanto frecuentar la villa, que la comida estaba muy buena en ese pequeño bar del ALSA. Así que fui un día a comer un pincho de tortilla -una de sus especialidades- a media mañana y me encantó. Lo recomiendo. Creo que hacen otras muchas cosas igual de ricas.
Bueno, tengo el camino más despejado y espero dar la lata aquí de nuevo. Un abrazo grande. Gracias.
Danos la lata, por favor. A todos nos hace falta un poco de belleza y paz en estos tiempos tan oscuros.
Esta vez la belleza se nos ha ido de las manos!!!jajaja.