¿QUÉ FUE DE V.E.?
Ya anticipo que no hay respuesta por si no quieres seguir leyendo.
Me acordé de Villa Excélsior (VE) estos días tras agotar la edición de 250 Casas de Indianos (1870 – 1960). Quizás recuerdes que sale en la portada.
Estuve tonteando con la idea de hacer una segunda edición para acabar desistiendo. Incluso se llegó a diseñar una variante de la portada que nos gustaba más.
Es ligeramente diferente, con la casa más alejada. Aquí está:
¿Qué fue de V.E.? Lo cierto es que estuve por última vez allí haciendo estas fotos para el libro en Marzo de 2021.
La rehabilitación exterior ya estaba concluida a falta de pequeños detalles, pero el interior tenía casi todo por hacer.
V. Excélsior (1912) es la cima del derroche indiano.
Rosa Faes, en su libro sobre Manuel del Busto, etiqueta esta villa como arquitectura retórica, en un derroche de fantasía y ostentación que del Busto dominaba como nadie cuando tenía delante a un cliente con infinitos recursos.
Faes escribe que Villa Excélsior recuerda las composiciones de algunos castillos renacentistas franceses, para terminar por definir el proyecto como arquitectura caprichosa.
No me queda claro si la autora admira o detesta V.E.
En un plano más terrenal, su magnífica torre revestida de cerámica vidriada de color verde es como la guinda de esta gran tarta que compone la arquitectura indiana.
Pero no hay casa, villa o quinta indiana sin indiano, y Manuel Méndez de Andés tiene todo lo que se le pide a un indiano, pero sin la épica.
No la tiene porque fue un indiano de segunda generación, un sobrino que hereda la inmensa fortuna de su tío (enlace interesante, resumen de su influencia) , labrada en Buenos Aires.
Pero lo que no tiene de épica lo compensa con exceso, ostentación y derroche. Su figura recuerda a la de esos grandes dictadores cuyo disparatado tren de vida sale a la luz tras ser derrocados.
Méndez de Andés fue capaz de pulirse una inmensa herencia a golpe de excentricidades.
Alquiló la Opera de París para una fiesta, un gran barco para cruzar el océano con sus amigos, gastos pagados, una cuadra de caballos de carreras, automóviles, joyas y por supuesto esta casa que apenas disfrutó.
Pero aquí está, y ojalá podamos verla algún día terminada, porque V.E. lo tiene todo, hasta retórica y capricho.
En 2020 el exterior estaba muy acabado, y tres años después, parece sigue igual. Siendo una casa grande, tres años son muchos para no acabarla. Ciertamente alguna otra restauración en la zona de occidente llevaron bastantes años. Pero me resulta extraño, porque problema económico no lo parece, y tampoco el fin de la misma, hotel singular, creo recordar que con unas siete habitaciones, y autorizaciones parece que en su día también estaban solventadas. Pues eso, extraño.
Saludos.
Alberto, sí, creo que antes de la pandemia ya estaba terminada la restauración exterior que fue muy laboriosa por el estado lamentable de la casa. Si finalmente, como dices, acaba siendo un hotel, se convertira en uno de los lugares más emblemáticos que atraerá visitantes al Occidente.
Creo entendido, por lo que he leído en internet, que el empresario Víctor Madera tiene planeado hacer un hotel de lujo, su empresa Paisajes de Asturias ha adquirido otras casonas en Asturias .
Imagino que estas restauraciones llevan su tiempo , a veces años, debe ser complicado convertir una casona privada en hotel , confiemos que sigan las obras y en poco tiempo veamos el nuevo hotel.
Cuando vi la entrada no imaginé que te referías al nombre de la casa ,, pensé que era Vuestra Excelencia y que nos ibas a contar algo sobre alguien importante .
Jajaja, Ignacio, buena idea eso de Vuestra Excelencia! Hay muchos de esos…Una vez que concluyó la restauración exterior la obra se paró. No tengo ni idea de cuál es el destino final de la casa, pero verla terminada sería estupendo.
No sabía de la trayectoria del sobrino y sus excentricidades. Ahora me parece un personaje de tercera. Un snob de manual que, como tantos herederos que recibieron un enorme patrimonio sin haberlo sudado, lo dilapidan sin freno hasta acabar en la ruina.
Es muy lamentable.
La villa sin embargo me parece fantástica, con cierto estilo ecléctico que aventura la pretensión de aunar en una sola obra diferentes estilos. Incluso me parece armonioso en su resultado final.
No soy experto, pero en general me parece un edificio magnífico que mereció más cariño y atención del que estamos viendo en su reforma.
Tenía la ilusión de verlo acabado y en manos de quien supiera valorarlo realmente.
En fin, ojalá algún día vuelva a cobrar vida.
Antonio, yo espero que la veamos terminada. Ya fue casi un milagro sacar a VE de su estado de ruina inminente, tuvo mucho mérito. Aun falta porque es una casa muy grande. También tenía en su día un jardín muy notable, acorde con la casa, que se ha perdido casi por completo, una pista de tenis, cocheras, cuadra para los caballos de carreras de Méndez de Andés. Un símbolo de ese sueño de hacer las Américas que cegó a tantos.