LA CALEYA

Ya conoces la imagen del indiano con la maleta sujeta apenas por una cuerda.

Algo más que eso llevaba consigo Francisco de Caso Muñiz.

No sé de dónde venía, seguramente de probar suerte en otro sitio, pero Don Francisco llegó a Valparaíso, Chile, en 1881 acompañado de su esposa y ocho hijos.

Allí creó una empresa -junto a dos socios- con el nombre de Caso & Cia, dedicada a las importaciones de telas, cereales, especias, conservas y abarrotes.

El terrible terremoto que asoló Valparaiso en 1906 obligó a la familia a trasladarse a las afueras, a su quinta de Quilpué.

En 1916, su hijo Francisco de Caso Rivera tomó las riendas del negocio que aun continúa después de cinco generaciones.

CASA DE INDIANOS LA CALEYA EN RIBERA DE ARRIBA

A pesar de su vinculación con Chile y la expansión de sus negocios, Francisco Caso levantó esta casa, conocida como La Caleya, en 1902.

El pórtico de entrada, con su tejadillo y su artesonado en madera, tiene un aire de hacienda sudamericana, como si se accediera a un latifundio de miles de hectáreas.

No es así, aunque la familia Caso adquirió numerosas propiedades tanto en el concejo de Ribera de Arriba, donde está la casa, como en los cercanos de Morcín y Riosa.

Hoy ya no se puede acceder al interior, la casa se derrumba por dentro. Los descendientes de la familia Caso ya no tienen vinculación con Asturias.

Unos caseros habitan la vivienda auxiliar y cuidan de un rebaño de ovejas.

La casa es muy austera, apenas un cubo con vanos regulares y una galería sobre columnas de hierro en el lado sur que apenas se tiene en pie.

Sobre el dintel de la puerta, la fecha de 1902 y la sombra de la palmera estampada sobre la fachada como un viejo sello de caucho.

Fotografías de Francisco de Caso y su hijo.

Caleya: Camino estrecho, malo, pedregoso y sucio.

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