LA CASA DE ESTRADA

Cualquier disculpa me parece buena para hablar del palacio del Conde de la Vega del Sella, en Nueva, Llanes.

Nicolás -en un comentario que reproduzco a continuación- hace alusión al enterramiento de la familia Estrada y a la importancia del linaje de esta familia.

Volver a acercarse a un lugar como este es siempre un placer. Eso hice esta misma semana . El escenario es impresionante de bonito. A ello hay que sumarle el misterio del panteón de los Condes. Sería una recreación ideal para » Juego de Tronos» . Este enterramiento está muy lejos de ser el típico que uno se imagina para una familia de abolengo como la que lo ocupa . Nada que ver con una monumental escultura funeraria de algún cementerio urbano que pudiera , incluso, ser premiada por el concurso anual de cementerios como, por ejemplo, el de los Marqueses de San Juan de Nieva que nos enseñaste en una ocasión . Entre los títulos nobiliarios también hay clases .
No es lo mismo un título creado para el momento como recompensa a alguna obra pía de algún destacado indiano que un título de alcurnia con algún ilustre miembro y un pasado glorioso .

En este mundo de interconexiones apareció casualmente , leyendo una noticia de Cantabria , una referencia a los Condes de Vega del Sella. Los recordada de tu libro Palacios Rurales .Así que por curiosidad me interesé por ello. A nada que uno investigue sobre esta familia enseguida siente vértigo .
La noticia estaba relacionada con la reciente rehabilitación que el Ayuntamiento de Val de San Vicente ( Cantabria) hizo de una de las torres más bonitas de la región. Una torre medieval en abandono desde el siglo XVI y que ha sido restaurada de una manera excepcional para ser centro-museo con una exposición permanente de » Los Maquis» ( los guerrilleros aparecidos tras la Guerra Civil ) . Todo un ejemplo de buen hacer y de recuperación del Patrimonio arquitectónico . Pues bien la torre pertenece a la familia de los Condes de La Vega del Sella y ha sido cedida por cien años al Ayuntamiento a cambio de su rehabilitación. ( !! Vaya chollo !!)
Se trata De la Torre de Estrada, situada en el pueblo del mismo nombre, junto a San Vicente de La Barquera.

La familia «Duque de Estrada » tuvo aquí su origen y la Torre el eje del «Coto Redondo», vestigio de su poderío feudal. De ahí pasaron las otras posesiones : el Palacio Estrada de Llanes y La torre de San Jorge en Nueva.

La historiadora Carmen González Echegaray dice en uno de sus libros que los Estrada eran un ilustre linaje de Las Asturias de Santillana y que en un Memorial del Archivo General de Los Condes De La Vega Del Sella aparece recogido ya cómo en el siglo XII en un reparto de posesiones entre hermanos le tocó a uno de ellos apodado » El Duque» la Torre de Estrada con todas sus posesiones y prerrogativas, coto redondo, etc , añadiendo a su nombre el de «Duque de Estrada», no como título de nobleza sino como apellido, que así se conserva hasta hoy día .

Me gusta el lema del apellido ( del mismo estilo arrogante que el de los Quirós ,jeje….). Dice así : » Yo soy la casa de Estrada, fundada en este Peñasco, más antigua que Velasco, y al Rey no le debo nada».

Si de algo estoy orgulloso en mi trayectoria de meter las narices en casas y palacios, es de haber podido fotografiar este palacio. Fue el impulso definitivo para sacar el primer tomo de Palacios Rurales, pero sobre todo me permitió tratar al actual conde, un hombre de educación esmerada y memoria prodigiosa.

Ricardo Duque de Estrada, Marqués de Canillejas y Conde de la Vega del Sella lo recuerda todo, incluso algún encuentro cuando él era muy joven con nuestra admirada Marquesa de Argüelles.

Conserva con mimo el legado de su padre, un destacado arqueólogo e intelectual fusilado al inicio de la guerra civil.

Cada vez que reviso el reportaje de fotos del palacio recuerdo divertido una de las anécdotas que me contó: El padre del actual conde tenía un oso -sí, uno de verdad- campando a sus anchas por la extensa propiedad del palacio. A sus ilustres invitados les advertía con mucha guasa de que uno de sus sirvientes, manco de nacimiento, había perdido el brazo por un bocado del oso.

Ni que decir tiene que las visitas se cuidaban muy mucho de alejarse de la casa.

Hay que tomar distancia del palacio -afortunadamente ya no temo por el oso- para poder ver los restos de la torre de San Jorge -siglo XIII- que apenas sobresalen del resto de la construcción posterior.

Una inscripción recuerda la visita del rey Carlos I a este lugar en 1517.

Además de su historia, emplazamiento y belleza de sus interiores, ¿quién se puede resistir a un jardín con estanque y nenúfares? Una propiedad singular en Nueva de Llanes, Asturias.