POR LA CALLE DE ATRÁS
Empiezo por el final, saliendo discretamente por el puente del Pilar, la puerta de atrás de tanta opulencia frente a la playa de Santa Marina en Ribadesella.
Hoy quiero continuar con este recorrido parcial y algo errático entre sus casas deslumbrantes, resistiendo la tentación de pasear junto al mar.
Las fachadas dan la espalda a la playa para protegerse del gélido Norte y se asoman a la calle de atrás.
Quién fuera chófer si te ofrecen como residencia esta casa/cochera. Pertenece a Villa San Pedro, que fuera propiedad del Marqués de Villaviciosa.
Muy cerca está el chalé nuevo de Zabala (1922).
Mariano Zavala, nacido en Cuba, fue un importante periodista, fundador de la revista Nuevo Mundo y director de Prensa Gráfica en Madrid.
Desde su influyente posición, tuvo oportunidad -en numerosas ocasiones- de publicar reportajes sobre Ribadesella, en especial relativos a las andanzas de la Marquesa de Argüelles.
Su actual propietario nos dejó un comentario cuando publicamos una entrada sobre la empresa de muebles Casa Blanco.
Entre las reproducciones de su publicidad, que nos facilitó Matías, aparece una del interior del chalé.
El chalé nuevo de Zavala es probablemente el más pequeño de toda la primera línea de playa.
Anteriormente, casi diez años antes, el periodista había construido su primer chalé en una parcela cercana, conocido como el chalé antiguo de Zavala (1914)
Incluso a los que conocéis bien la zona (Nicolás, Maite, Lena, María, Martín y muchos otros) puede que os sorprenda con esta pequeña joya que viene a continuación.
Es la casa de Natividad Mata, de 1917, con proyecto de Miguel García-Lomas.
Cuentan que la chimenea cónica de la esquina es su particular homenaje a la obra de Gaudí por la que el arquitecto profesaba una gran admiración.
CASAS DE INDIANOS EN LA PLAYA
De las casas en primera línea de playa, más o menos la mitad tienen un origen indiano.
Ya hablamos en otras ocasiones de las más conocidas: chalé de la Marquesa de Argüelles, chalé de Miguel Llano, chalé de Piñán, chalé Verde, chalé de Antero Prieto y, por supuesto, Villa Rosario.
No me puedo resistir a esa luz sobre la casa, capaz de resaltar todos sus caprichos, una especie de arquitectura/orfebrería.
Covadonga Álvarez Quintana, seguramente la mayor experta en arquitectura indiana, califica Villa Rosario como una pieza singular del patrimonio arquitectónico asturiano, y que debe ocupar un lugar de antología dentro del apartado de la vivienda burguesa exenta de corte decimonónico.
Un último chalé que también pertenece al grupo indiano.
Es el de Cecilio de la Vega (1926), una construcción rotunda que ya se anuncia con la espléndida forja barroca de su verja.
Desgraciadamente el seto impide verla como se merece.
PD. Me queda un apunte para terminar esta saga. El próximo día.
¡Cuánto se aprende leyendo tu blog, Alejandro!
Mira que habré paseado veces por Ribadesella, tanto por el paseo marítimo como por «la parte de atrás»… de hecho, la última vez que estuve, aparcamos justo enfrente del chalet de Zavala (el pequeño) sin saber nada de su dueño. Personalmente me encanta, porque a pesar de sus pequeñas dimensiones, en comparación con sus «compañeras» (o quizás precisamente gracias a ello) resulta de lo más atractiva.
Como dices tú, en más de una ocasión he dicho lo de: quien fuera «el chófer»… (yo siempre digo que me conformaba con la casa de los guardeses, esas viviendas que aparecían al lado o en la misma finca que la casa principal de los señores).
Y fijate tú por donde, que si que me había fijado en la casa de Natividad Mata, claro que ni idea de toda la historia que hay detrás…a mi se me da un aire a una casita de cuento, tipo Hansel y Gretel…una monada, aunque no es de mis favoritas.
En cuanto a Villa Rosario, que decir…tengo pendiente el alojarme algún día en ella, e imaginar cómo sería vivir en aquella época como una auténtica indiana (soñar es gratis)… aunque creo recordar que en una antigua entrada tuya, lamentabas que no ha quedado prácticamente nada de lo original tras las sucesivas rehabilitaciones… una lástima… no se puede tener todo…
Ribadesella tiene un encanto especial, tanto por su localización como por las joyas arquitectónicas que nos podemos encontrar (por no hablar de lo gastronómico). Nunca te aburres porque te asaltan los más diversos estilos y colores.
Esta villa siempre es una buena opción para hacer una escapada. Nunca defrauda por mucho que la visites.
Gracias Alejandro, una vez más, por darnos a conocer tantas cosas pendientes por descubrir… 😉
Lena, como comentaba en la última entrada sobre las casas de indianos durante la guerra civil, la mayoría sufrieron bastante. En el caso de Villa Rosario de Ribadesella, se acondicionó como hospital durante un tiempo. Como consecuencia, la mayoría de muebles originales desaparecieron de una u otra manera. A tenor de lo caprichoso de su arquitectura, el interior debió de ser digno de ver. Lástima.
Sorprendente el chalet de Natividad Mata . Yo creo que nunca mire para él. Porque ni siquiera me suena de vista .me parece increíble que tenga más de cien años , cuando por la fotografía da la sensación de ser un chalet sesentero..
En cuanto a tanto homenaje que siempre se le ha querido rendir a la obra de Gaudí -sin previo aviso- no sé yo si le agradaría alguno o hubiera echado a correr de espanto .
SALUDOS
Nicolás, los homenajes llegan y te tienes que aguantar con cómo sean. En este caso dudo que Gaudí se enterara. El chalé está bastante escondido, a pesar de estar en segunda línea de playa, por el crecimiento de los árboles y de la vegetación. No sé a quién pertenece ahora. Natividad Mata creo que era pariente del arquitecto. Tengo la curiosidad de saber si el homenaje continúa dentro de la casa de alguna manera.
Cada vez que voy a Ribadesella y tengo un rato libre no me pierdo este paseo, ¡me encanta! Sobre todo, como tú bien dices, recorrer la cara «marítima» y la «urbana», en muchas ocasiones tan diferentes. No sabía de la conexión entre ambos chalés de Zabala. Yo desde luego me quedaría con el antiguo, aunque el moderno también tiene su encanto. No tenía ni idea de que esa casa (Natividad Mata) era de García Lomas, es muy sorprendente. Siempre que pasamos me fijo en ella, había pensado que sería obra de un enamorado de Gaudí (en Llanes también tenemos una casa rara y peculiar, en ese sentido del homenaje gaudiniano). No sé si será un proyecto de nueva planta o una reforma, porque la casa parece muy tradicional para ese esquinazo tan «vanguardista» (en el sentido histórico del término, jeje). Villa San Pedro es una casa también muy elegante, y la casa del chófer sería la envidia de todos. Me he quedado pensando en cuál será tu último apunte de este paseo, ¿Villa Argentina tal vez? ¡Gracias!
Martín, como sabes García Lomas «dominó» este lado Occidental de la playa y un gran número de las casas son de su autoría. Para mi ha sido un descubrimiento, tras la Marquesa, de la otra fuerza que transformó el Arenal de Santa Marina. Aquí tuvo mucha importancia su suegra y otros miembros de la familia. Aunque el arquitecto tenía su estudio en Madrid en sociedad con Urbano Manchobas, pasaba los veranos en Ribadesella y no parece que descansara mucho porque siempre tenía obras en marcha, tanto en Ribadesella como en Cangas de Onís. Desde luego que le dedicaré un monográfico más adelante. Por el momento me interesa mucho el bungaló del Marques de Aledo que mencioné en la entrada anterior, todo un descubrimiento para mi. Ahora estoy tratando de buscar una conexión para fotografiar la casa, al menos el exterior, porque desde afuera no se le puede hacer justicia.
Sí, acertaste, nos queda Villa Argentina como anécdota.