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«Concertar una cita para visitar una casa de indianos»….»esperar a que te abran la puerta»…Muero de puritita envidia. Eso no puede ser un «trabajo». Ese es el sueño de todos nosotros ,apasionados de este mundillo. Yo me colaría entre los objetivos de tu cámara, discretamente, sin molestar, para contemplar todos esos interiores que tú puedes ver y que nos quedan tan lejanos al resto.
Creo que no sería un buen trabajo para mí , seguro que totalmente improductivo, porque acabaría pagando porque me dejaran entrar por esas puertas que a tí te abren.
Lo que no te envidio tanto son los madrugones que te das…….
Aprovecho para felicitarte por el «trabajo» maravilloso recopilado en todos tus libros. Fotos y textos llenos de alma y poesía. Se deja ver tu amor por lo que haces y,sobre todo, porque sabes transmitirlo.
Saludos
Gracias Nicolás. Me gusta mucho hacer esto aunque no me sale fácil eso de «arrancarme» con desconocidos para pedirles que me permitan fotografiar. Probablemente el paisaje tenga menos complicaciones, aunque haya que madrugar!. Un saludo.
Creo que usamos misma marca de cuaderno de notas … pero no misma cámara!
Ja, ja. Alberto, ese peso que te ahorras. Saludos.
Me parece que el personal está en la fase letárgica del verano acuoso que tenemos, pero aún así hay que aprovecharlo. Yo pude dar una escapadina rápida a Llanes y visitar el triángulo de oro, lo de la Concepción… para llorar. Saludos y buen verano a todos.
Gracias Ramón, yo he tenido suerte con el tiempo esta última semana, aunque iba dispuesto a todo, incluso a hacer fotos bajo la lluvia. Un saludo.