EN UN RINCÓN DEL ALMA
No soy un gran conocedor de la arquitectura funeraria, pero mi curiosidad por los grandes personajes indianos de Asturias me ha acercado poco a poco a visitar sus panteones.
Recordarás el de Doña Socorro, o el de la Marquesa de Argüelles, Concha Heres, Pedro Alonso, Manuel López, los Jardón Perissé y por supuesto el de Gabino Álvarez, además de la visita a La Carriona o al cementerio de Luarca.
Seguramente no hay mucha relación entre la personalidad del indiano y el estilo de su última morada. En muchos casos fueron ellos mismos los que financiaron la construcción o mejora del cementerio, y el panteón significaba la expresión final de su riqueza en vida.
Entre los indianos más admirables se encuentra sin duda Manuel Ibáñez Posada, primer Conde de Ribadedeva.
Vimos su casa –Las Raucas– y su efigie ocupa el centro de la plaza de Colombres como gran benefactor que fue de su pueblo.
Su panteón en el cementerio de Colombres -de estilo neogótico- está bastante deteriorado, pero me atrevo a decir que ese abandono lo hace más atractivo. Tengo la sensación de que el gótico resiste los abusos y la decadencia como ningún otro estilo arquitectónico.
El interior está totalmente atacado por la humedad, pero conserva el rastro de su elegancia.
La verja delimitando el recinto y ordenando el espacio, la simetría, las referencias cultas; quizás este panteón está muy cerca de evocar la personalidad de Manuel Ibáñez Posada.
Nota: José me pasa la esquela de Manuel Ibáñez Posada. Hacíamos referencia en los comentarios a la muerte prematura del indiano.
Desde luego todo el protagonismo visual se lo lleva el panteón de Victor Sánchez, donde está enterrada una parte de la familia Sánchez Escalante.
Obra del arquitecto Mauricio Jalvo Millán, me sorprendió su buena conservación y limpieza, incluso en el oratorio del interior.
Un libro de arquitectura funeraria también estaría muy bien… ejem ejem, jeje. Bueno, me ha encantado el reportaje. Desde luego el panteón del Sr. Conde es digno de elogio, con sus símbolos funerarios y esa arquitectura tan cuidada. Estaría muy bien saber el artífice del mausoleo. En todo caso ha sido muy maltratado por los elementos (las distintas calidades de la piedra y el mármol lo atestiguan) así como por ¿vandalismo? Da la impresión de que le falta el coronamiento. Luego está ese tejado que parece moderno y estar bien, lo cual no encaja con el problema gravísimo del interior. ¿Cuándo se darán cuenta los ayuntamientos de que tienen que hacer algo para salvar el patrimonio? Igual no hace falta una inversión grandísima… ¿Ya no hay descendientes que se encarguen de mantenerlo? ¡Gracias!
Martín, no parece que el panteón tenga mantenimiento alguno, a diferencia del de Victor Sánchez. El abandono es palpable. No encuentro referencia alguna al autor del panteón aunque lo busqué.
Manuel nace en Colombres 14/09/1838 y muere en Madrid 07/05/1891. Tuvo negocios textiles, banca. Empezo de dependiente en la casa de Faustino Sobrino, su primer gran compra fue la fábrica de mantas de San Fernando en el distrito de Tlalpam. Parece ser que la enfermedad que le mató la contrajo en el trabajo, y en un principio le hizo trasladarse a Madrid. En los negocios de banca tendra importancia Antonio Basagoiti que empezará como empleado suyo, y se casará con su sobrina Francisca Ruíz Ibañez.
Siguiendo los negocios de su hermano Luis (Colombres 24/08/1845 – Madrid 16/01/1935) terminó siendo Fundador y Presidente del Consejo de Administración del Banco Hispano Américano,
José, seguramente -de haber vivido más años- Ibáñez Posada hubiera transformado Colombres.
De Manuel Ibañez Posada, decía el inventor Eloy de Noriega, » Pocos hombres han luchado lo que él, y como él pocos han sido zaheridos. Pero él se opuso con valor, con ese valor de los espíritus superiores, a las inventivas sangrientas de sus gratuitos detractores, y triunfó porque debía triunfar, porque tuvo merecimientos excelsos y excelsas ejecutorias para merecer el triunfo augusto de la inteligencia puesta al servicio de un carácter, creó su casa y creció rápidamente debido a la clarividencia con que veía toda clase de asuntos mercantiles.»
José, gracias. Creo que él y su hermano Luis fueron grandes empresarios que -a diferencia de otros muchos indianos- nunca se retiraron de los negocios. No recuerdo ahora la edad, pero creo que Manuel murió demasiado pronto.