
CINCO VILLAS INDIANAS RACIONALISTAS

Es difícil -tras tantas villas indianas impactantes- detenerse a contemplar unas casas de estilo racionalista, una arquitectura que se despoja de casi toda la ornamentación y se fija en las formas puras.
Tampoco nos salen las cuentas. Parece que toda la arquitectura indiana se hubiera terminado -como mucho- hacia 1925. A partir de esa fecha son muchos menos los emigrantes retornados, son más escasas las fortunas y se construyen menos villas de recreo.
Entre 1930 y 1935, el racionalismo tuvo su momento de apogeo en España, y algunos indianos se sintieron atraídos por él. Con la ayuda del libro de Covadonga Álvarez Quintana localicé estos cinco chalés indianos.
El primero -y el que más me gusta- es éste en Pimiango, en el concejo de Ribadedeva. Además de su inmejorable situación -dominando la vista de Colombres y el valle de Peñamellera- ha sufrido (gozado) una estupenda rehabilitación hace poco tiempo. Desconozco el nombre del indiano que la mandó construir o si la casa sigue en manos de la misma familia.
El otro chalé sobre el que no tengo datos del indiano está en Santiago del Monte, en el concejo de Castrillón (muy cerca del Aeropuerto de Asturias).
Casi a la salida de Llanes hacia Poo está el chalé del indiano Pancho Sordo, obra del arquitecto Joaquín Ortíz.
En el interior de Asturias, en Pola de Lena, está Villa Adelina (1933) del arquitecto Julio Galán Gómez.
Para terminar, otro singular chalé en Cangas de Onís. Es la casa del indiano Ramón González, proyecto de 1933 del arquitecto García Lomas.
La arquitectura, como cualquier otra expresión artística, es hija de su tiempo. Si no hubiera evolucionado seguiríamos viviendo en las mismas cuevas donde empezamos.
La Arquitectura Racionalista fue absolutamente rompedora con todo lo anterior. Los esquemas tradicionales no le valían. Se hizo » cruz y raya». Yo creo que fue una adelantada del momento. Tanto que ni hoy día se le llega a entender del todo por el gran público. Ha quedado como un estilo de minorías.
En a penas 20 años se pasó de un tipo de construcción como Villa Rosario , en Ribadesella, de puro derroche ornamental ( donde el propio dueño tuvo que decir al arquitecto: » basta ya») a un tipo de casa , como la de Pimiango, donde la arquitectura es depurada y no persigue deslumbrar.
Las casas racionalistas han quedado , para algunos, como esas » rara avis» que cuesta identificar y que no se entienden bien y ,para otros , verdaderos objetos de culto a la modernidad y al diseño.Es el tipo de arquitectura que seduce por su «sofisticada sencillez».
SALUDOS
Nicolás, esa aparente sencillez de la que hablas es lo que convierte a estos chalés en «invisibles» para la mayoría, podrían ser antiguos o modernos, raros u originales. Personalmente esas formas depuradas, ese volver a lo esencial, me gusta.
El único que me gusta el el último,en Cangas de Onís,chalet de Ramón González.Coincido con Maria Luisa,no veo a estas casas como las típicas indianas,aunque sus dueños hicieran fortuna hacia 1920 más o menos,o después de esos años.Me recuerdan chalets de la Sierra de Navacerrada,aquí en Madrid,quizá era el estilo de la época,o que yo estoy acostumbrado a otro tipo de Casona màs antigua.
Desde luego que estos chalés no son la imagen que todos tenemos de una casa de indianos, pero están ahí y son muy interesantes.
Ya sé que estas casas son de los años 20 y 30 Alejandro, pero es un estilo que me recuerda a las de esos otros años. Lo que quiere decir, que los posteriores, se inspiraron en los ,anteriores. No hay nada nuevo bajo el sol. Ja, ja.
Ya sabes que la arquitectura -como todas las artes- se retroalimenta de todo lo que anterior, coge cosas de aquí y de allá.
La verdad es, que mas que casas de indianos al uso, a mi me parecen chalets, de los que se pusieron de moda en los años 50 y 60, sobre todo la última. La segunda parece la proa de un barco, dispuesto para zarpar.
¿Cuantas casas de indianos habrá, repartidas por toda Asturias? Me imagino que son muchisimas, las que aún nos quedan por admirar.
Son muchas casas de indianos Mª Luisa, algunas complicadas de identificar. Estos chalés, aunque te parezcan más modernos, ya tienen sus ochenta años.