TIEMPO DE CALAS
He pasado hace poco por delante de la casa del indiano Victor Sánchez Escalante, en Colombres (Ribadedeva)
Carmelina, su nieta, aún no ha llegado de Washington DC para pasar el verano en la casa que ella ha llamado «La Mansión del Abuelo», pero con la luz y las calas no me he resistido a hacer una parada.
Me mandó dos fotos maravillosas no hace mucho. En la primera se ve un elegante carruaje con chofer uniformado y parte de la familia delante de la casa. La galería es algo distinta a la actual, y como hemos visto en muchas fotos antiguas de estas casas, hay gente que se asoma por todos lados. Algún día me gustaría hacer una foto así, con muchos familiares, en una casa de indianos.
En la segunda se ve a Victor Sánchez con sus ocho hijos (supongo que ya estaba viudo) Los varones continuarían con el negocio de su padre en La Habana años después. Aurelio es el padre de Carmelina.
Por su parte, distintos miembros de la familia Sánchez Escalante (con uno de los mejores panteones indianos) fueron los propietarios de la Casa Roja, la Casa de Piedra, Las Palmeras, y Los Leones, además de esta casa que Victor levantó sobre la cuadra de la casa de sus padres, se sentiría orgulloso…
Alejandro,me encantan las dos fotos antiguas,la de el carruaje y la familiar,con Víctor Sánchez y sus hijos,que maravilla,reflejo de una época,mirar los trajes,sus caras,las posturas,es que en este tipo de fotos se pueden descubrir muchas cosas sólo con fijarnos un poco,tú Alejandro,como fotógrafo profesional que eres,a que no estoy equivocado si te digo que puede haber una psicología fotogràfica?,o algo parecido.
Necesito una entrevista urgente con José de Grado,nuestro archivero y viajero en el tiempo particular,me tiene traumatizado,es increíble,de dónde saca tantos datos,yo creo que contacta con los espíritus de los indianos,sino es imposible tener tanta información.En fin,un poco de humor nunca viene mal,un saludo a todos.
Ignacio, la primera vez me quedé mirando los trajes de los chicos, y la cara de pillo del pequeño, Victorino, del brazo de sus hermanas. Es un bonito retrato de familia. Sobre José, tiene una gran facilidad para acceder y buscar en muchas fuentes diferentes, algo nada sencillo. Saludos.
Muchas gracias por vuestras palabras, no es para tanto, seguro que muchos de los que participaís conoceís muchas cosas sobre estos temas.
No sé si es hermano de Victor pero en 1906 en la calle Neptuno 114 de La Habana, había un comercio a nombre de José Sánchez Escalante.
Cuando el tercer aniversario de la Universidad de Oviedo, se erigió el monumento de Valdés Salas en el Claustro de la Universidad, hubo un gran número de donaciones entre ellos algunos vecinos de Ribadedeva, como Victor Sánchez Escalante con 50 pesetas, José Sánchez Escalante con 25 pesetas, Eduardo Sánchez Escalante con 10 pesetas, era el año 1908
José, por esto somos fans, gracias.
Me encantan estas fotografias antiguas, que nos muestran el aspecto que tenían las casas cuando se edificaron, y como, familiares y amigos, posaban orgullosos en sus balcones y jardines. Me gustaba mas el aspecto original de la fachada, con ese mirador mas ancho, y no tan alto, aunque imagino, que cuando hicieron cambios sus razones tendrían. Preciosa fotografia, con esa coche dispuesto para un paseo. Un saludo.
PD: Tengo que felicitar a José, por todo el conocimiento que atesora sobre la vida y trayectoria de la mayoria de los indianos que desfilan por las páginas de este blog. Me descubro ante él, porque nos aporta muchos datos de gran interess para todos.
Gracias Mª Luisa, yo también soy fan de las fotos antiguas y de José. Saludos.
Creo que la familia de su esposa erán de Gerona, Grimany, algunos con este apellido ya se habían ido a Cuba a principios del s. XIX
Su hija Carmen se casó en Covadonga en 1917 con el médico José Díaz Roza, siendo apadrinados por su padre y por su prima Josefa Ibañez (que era hija de Ana)
Su hijo Féderico fue Secretario del Juzgado Municipal de Ribadedeva, y debido a ello también fue Secretario Municipal de la Junta del Censo Electoral de Ribadedeva
José, cre que uno de ellos llegó a ser alcalde de Ribadedeva, pero no estoy seguro si fue uno de los hermanos de Victor, o uno de sus hijos…
En 1859 y en 1862 pide pasaporte para Ultramar con destino para La Habana y Cuba respectivamente.
Tenía por lo menos como hermanos a José, Francisco, Eduardo y Ana María
José, fue desde luego en esos años. Eduardo y Victor llevaron el peso del negocio. El primero levantaría la Casa Roja, y Ana María la Casa de Piedra. Todos juntos, casi pared con pared.
Así fijándome un poco, creo, que la galería actual es un trabajo de ampliación de la anterior. Los huecos y las particiones parecen muy parecidas, salvo algunos cambios. He vuelto a releer la entrada antigua de la casa y me parece una maravilla, tan cuidada como está. Por cierto, vi más fotos de la Casa Roja en una inmobiliaria. Cuando vi su nueva cocina (como la de cualquier piso actual no muy esmerado) y pensé en todas aquellas que nos habrás ocultado, para no disgustarnos y dejar la imagen idílica del resto. Saludos.
David, me has pillado! Ciertamente la cámara y yo seleccionamos lo que se ve y lo que no. Entiendo que muchas cosas en las casas tienen que cambiar (cocinas, baños, algunas estancias que se transforman para hacerlas más confortables) porque no son museos. Yo trato de reflejar aquello que me parece más genuino, donde aún se puede ver el rastro del indiano. La Casa Roja, en ese sentido, me despistó desde el principio, es un envoltorio maravilloso que contiene sabores agridulces.
Me encantó la historia de Carmelina; que decidiera rescatar la casa de sus antepasados y la sigan disfrutando. Que lo puedan seguir haciendo por mucho tiempo!
Espero que sea así, Carmelina es una mujer encantadora, atenta, y que le encanta recordar y celebrar su historia familiar.
Si no lo dices, no reconocería la casa. Sufrió una reforma de fachada que la hace irreconocible. En estas fotos antiguas siempre aparecen todos asomados en los balcones, parece una pose típica de la época. Esta casa es la más discreta dentro de la saga familiar pero también la que ha tenido un mantenimiento más esmerado.
Al principio, cuando me mandó las fotos, no noté los cambios en el exterior de la casa. La foto, que no está fechada, bien puede ser de la primera década del siglo XX, o incluso algo anterior.