MIRANDO ASTURIAS DESDE UNA CASA DE INDIANOS II
Ayer estuve en Llanes, dando una charla sobre indianos a un grupo de profesores del Oriente de Asturias.
La buena noticia es que tienen planteado difundir la historia y el legado de los indianos a sus alumnos en los institutos. Me alegro muchísimo.
Yo les estuve enseñando fotos, contado historietas, y a medida que lo hacía me daba cuenta de lo mucho que los chavales podrían aprender de los indianos: capacidad de esfuerzo, coraje ante la adversidad, nociones de Historia del Arte y de América, arquitectura, y un largo etcétera.
Dos horas pasaron volando, y más de doscientas fotos.
En el camino de vuelta descargó una tormenta, y recordé las muchas veces que he mirado Asturias desde una casa de indianos.
Mucha suerte con esta iniciativa, y gracias.
El otro día, en Villa Antolín, Purón.
Vista desde El Noceo, Somao.
Desde la terraza de Villa Excélsior, Barcellina, Valdés.
Pola de Allande, desde Villa Rosario (chalé de Manuel Cadierno)
Castropol desde Villa Rosita.
La desembocadura del Nalón desde La Casona (Somao)
Paisaje desde el Palacio de Sotiello, Piloña.
La playa de Santa Marina desde Villa Rosario, Ribadesella.
El mundo desde Villa Alicia, Salas.
Boal en la niebla, desde Villa Anita.
Todo lo que alcanza la vista, desde la Quinta de Arriba, Alevia, Peñamellera Baja.
Un instante desde el Chalé Verde, Ribadesella.
Sigo en idilio permanente con Villa Anita, aunque posiblemente me podría enamorar de cualquiera de las que muestras. Y sí, estoy contigo, se podría aprender mucho de los indianos, de los que regresaron y también de aquellos que no tuvieron esa fortuna o quizá encontraron un nuevo lugar en el mundo al otro lado del océano. Ambas visiones son válidas y demuestran la lucha constante por alcanzar ese horizonte que parece lejano, nunca se llega siquiera a rozar, pero sirve de brújula vital para mirar hacia el futuro con valentía, el mismo valor de quienes, apenas en el umbral de su adolescencia, pusieron rumbo a sus destinos.
Muy interesante la iniciativa de estos profesores. Extraña pensar que muchos de nuestros jóvenes y adolescentes desconozcan la historia de los indianos. Algo tan nuestro y ahora tan presente dadas las circunstancias. Tendría que darse en todos nuestros colegios!!
Por otro lado un privilegiado de poder estar ante cada uno de esos mundos que asoman tras cada ventana, mirador, terraza… y añaden un plus a cada una de estas casas de indianos. Y afortunados somos de que los compartas con nosotros con tus espectaculares fotos. Realmente no sé con cual quedarme. Como tú bien dices, según el estado de ánimo vendría bien una u otra.
Hoy me resguardaría en Villa Anita…
Paloma, esos días «Villa Anita» son de mantita, algo caliente, y tranquilidad…
Alejandro, todas muy bonitas, yo escogería una en el ámbito «salino».. jaja.., tener el mar cerca , me supone un plus añadido. Saludos.
Ramón, yo subo y bajo como las mareas, tengo días de costa y días de tierra adentro…, manías.
Para mi estas casas son lindas huellas plasmadas en el paisaje de Asturias por sus admirables ciudadanos, pioneros en la globalización, quienes en su momento histórico se atrevieron a romper fronteras y compartir con orgullo lo vivido. Tenemos mucho que aprender de ellos. Es parte de mi fascinación con ellas y me parece la comparto con muchos de ustedes.
Nilsa, es así, hay mucha gente que compartimos esa admiración, y todo lo que va saliendo poco a poco no deja de sorprendernos.
Pienso que los indianos querian, con sus casas aportar a la belleza del entorno asturiano. Que tras largos anos de anorar su tierra querian regalarle algo, como un adorno mas al paisaje. De estas fotos lo mas que me impresiona son las bellas vistas desde adentro. Alejandro, gracias por darnos la oportunidad de ver desde este punto de vista. Tremendos paisajes (Perdonen los acentos y las enes. No se que le pasa hoy a mi maquina. Sera que es americana) Nilsa
Estas casas son, aún hoy, un contrasentido en medio del paisaje asturiano. Eso las hace únicas y admirables. No te preocupes por las eñes, gracias por escribir.
Hola Alejandro,qué buena idea la de dar charlas sobre este tema de los Indianos,no sólo a profesores sino habría que dar conferencias en los colegios para que los jóvenes aprendan a valorar y a cuidar este tipo de construcciones,enhorabuena ,nadie mejor que tú para hablar sobre estas casonas Indianas.
Sobre las vistas te digo que todas son preciosas,pero haber,yo tengo mis preferencias,y las vistas desde La Casona son maravillosas de todo el valle del Nalón,paisaje pintado varias veces por García Sampedro,por ejemplo,uno se queda mirando el horizonte y pueden pasar horas y no cansarte,ir viendo todos los pueblecitos de la zona,los montes,el río Nalón,el mar inmenso que parece no tener fin,una maravilla,verdad?,un saludo a todos.
Es un gran privilegio el que tienes ahí, en La Casona, y todo desde la tranquilidad más absoluta. Tenía buen ojo Gabino Álvarez!
Ejemplos como el de los indianos son los que debemos hacer llegar a nuestros hijos en estos tiempos que vivimos, en los que para muchos se repetirá la historia de aquellos que se van a buscar un futuro que aquí se les niega. Preciosas tus «miradas», Alejandro, y afortunados los que las disfrutamos gracias a tí. Os hago llegar un rumor que, de ser cierto, pondría a salvo una de ellas. Parece ser que por fín comienzan las obras de Villa Excelsior. Lo podeis ver en zanobbi.wordpres.com/201/05/23/enero. Un abrazo
Covadonga, gracias por el aviso, ojalá sea cierto!
Me quedo sin duda con esa ventana de Villa Anita, y eso que no es mi favorita. Los miradores de El Noceo son también muy llamativos siendo de hierro fundido y esa vista de Somao, una de las más bonitas. La Casona casi impacta más ella misma, que esa hermosa vista de la isla de la Deva. En definitiva, los indianos, siempre escogían un buen lugar. ¿Alegrarse la vista mientas descansaban? Una vista fantástica es la que hay desde el mirador delantero de la Casa Roja de Colombres. ¿Cuál es tu favorita, Alejandro? Un saludo!
Aunque ya digo que tengo días, me gusta mucho la vista desde El Noceo (los miradores se corresponden con sendos dormitorios, así que no estaría mal poder disfrutar esa vista nada más levantarse) y por supuesto el observatorio desde lo alto de Villa Rosita en Castropol, dominando toda la Ría del Eo, un gran espectáculo. La Casa Roja tiene una vista preciosa, aunque nunca he hecho una foto desde allí. Como casa sigue estando entre mis favoritas.
Todo un privilegio el que tuvieron esos profesores con tú charla, y aunque nosotros no pudimos asistir a ella, nos sentimos tambien privilegiados por todo lo que nos muestras cada día en este blog a traves del visor de tu camara. Todas esas casas maravillosas y las vistas que desde ellas se divisan. Como dice Martin; hay que proteger, divulgar y enseñar a los niños, esa riqueza que supone todo lo relacionado con el mundo indiano; desde la valentia y el corage que supuso esa aventura, pasando por su sacrificio para lograr una vida mejor, su disposición para mejorar las condiciones de vida de sus convecinos, y la edificacion de esas maravillosas casas, que casi todos edificaron en sitios estrategicos, que son verdaderas atalayas. Me gustan todas las vistas, pero sobre todo, las de La Casona, con ese mar al fondo, y las de Villa Anita, con el entorno de Boal. Preciosa entrada como siempre Alejandro. Un saludo.
Gracias Mª Luisa, yo para lo de las vistas preferidas soy voluble, depende del día, a veces quiero costa y otras interior. La suerte es que tenemos mucha variedad. Saludos.
¡Preciosas vistas!. Que maravilla poder disfrutar todos los días de esos paisajes con tan solo acercarte a la ventana. Los dueños son unos privilegiados, puedes estar realmente orgulloso de que te franqueen la entrada de sus casas…y nosotros agradecidos de poder compartir contigo estas imágenes, aunque me imagino que no será comparable a vivirlo en directo y en primera persona, en el mismo lugar donde es tomada la fotografía…Es una pena no ser profesora y poder haber asistido a tu conferencia. Me alegro de esa iniciativa que comentas.
Gracias Lena, me puse a buscar fotos de esa vista contraria (siempre miramos la casa y no desde la casa) y me resulta muy interesante, transmiten una sensación de placidez al paisaje, como si quedara fijado por esas mismas columnas que sustentan las casas.
Alejandro que pena de vivir tan lejos, porque si no no me perdería ninguna de tus charlas sobre este tema que me atrae tanto. El mirar cada día esta página es un consuelo para conocer más esa tierra, la cual cuando voy de vuelta a la altura de Pajares me entra una tristeza que vaya. Un gran abrazo.
Gracias Mari Carmen, muy raras veces doy alguna charla, pero en este caso me parecía una buena causa. Quizá algún día te pueda coincidir. Entretanto, espero seguir contando muchas cosas en este blog, y daros pronto a los suscriptores nuevas sorpresas. Un abrazo.
Gracias por permitirnos mirar a través de tus ojos, estampas y anécdotas inolvidables. La charla fue maravillosa, emocionante, y hoy teníamos a los que quedaron impresionados por tu trabajo y a los que se lamentaban porque no pudieron asistir. Es un deber de todos conservar y proteger el patrimonio, y el primer paso para ello es conocerlo. ¡Un abrazo!
Gracias Martín por la acogida, es una gran iniciativa que espero tenga mucho éxito, un abrazo.