ELOGIO DE LA SENCILLEZ
No hay, que yo haya visto, ninguna casa de indianos de importancia en los alrededores, pero su huella está muy presente.
Al llegar a La Pereda, pequeño rincón del concejo de Llanes, tan solo una torre de color granate puede competir con la vista arrolladora de la Sierra del Cuera que se levanta a sus pies.
Es la torre de la capilla erigida por los hermanos Bustillo en honor de la Virgen de Guadalupe a su vuelta de México en 1906. Podría parecer un decorado, pero aquí todo es sencillamente real.
Junto a la iglesia adquirieron un robledal que ya es centenario, construyeron la bolera para el esparcimiento dominical de sus vecinos, y no se olvidaron de la fuente y el pequeño lavadero al otro lado del camino.
Eran estas cosas sencillas pero necesarias,las que mas agradecerían los vecinos de pequeñas aldeas porque les facilitaban la vida, me imagino que muy dura en aquellos años. Fué mucho y bueno lo que los indianos hicieron por sus municipios. Se convirtieron el los benfactores de sus paisanos y seguro que estos se les agradecerían infinitamente. He observado que en la placa de la iglesia figuran los nombres de los dos hermanos, pero con el segundo apellido diferente, quizas el indiano enviudo, se volvio a casar y tuvo el segun do hijo.Un saludo.
Qué observadora Mª Luisa, no había caido en lo de los nombres. Efectivamente algunos pueblos «sufrieron» transformaciones radicales gracias al dinero que llegó de América, y es notable como, en un pequeño lugar como La Pereda, tuvieron de repente todos esos servicios. Una historia apasionante.