EL JARDÍN DE LAS DELICIAS
Puede que la imagen de un jardín al final del otoño sea triste, con estatuas cubiertas, hojas secas, y troncos desnudos reflejados en el agua.
Florencio Valdés Menéndez fue un inquieto y próspero hombre de negocios (no indiano) que forjó su fortuna en plena industrialización, en la segunda mitad del siglo XIX.
Fue además un hombre culto que en su residencia de “La Isla”, a las afueras de Gijón, creó uno de los primeros jardínes de cierta importancia en Asturias.
Antes de emprender la obra en la década de 1860, viajó con su jardinero a Paris para visitar diversos jardines.
El resultado, de carácter romántico, forma hoy en día parte del Jardín Botánico de Gijón y se puede visitar todo el año. El conjunto está descrito como “una mezcla de numerosos recursos; masas arbóreas, túneles de verdor, paseos sinuosos, estatuaria, cierre ornamental, juegos de agua tomados a capricho de la tradición histórica…”
La casa de Florencio Valdés aún se conserva en un extremo de la finca, pero es propiedad privada y está actualmente separada del jardín.
Lo mejor es verlo, e imaginar de paso el deleite que sintió su creador.
Esto del botánico me ha hecho recordar un poema maravilloso, «A la izquierda del roble», de Mario Benedetti. http://www.youtube.com/watch?v=WsIiWwuwZd8
Gracias Martín.
Somos unos privilegiados con estos jardines en Gijón, un verdadero expectálulo para los sentidos. Saludos a todos.
No te creas, muchos de aquí no han ido nunca, será por lo cerca que está.
Lo visito mínimo 4 veces al año, una por estación. Yo tengo un idilio secreto con el botánico 🙂 Esa zona de los puentes y la zona de la piscina creo que son las que más me gustan y más me relajan.
Ya veo que eres muy fan del jardín.
Bueno, otro lugar para la lista de visitas pendientes. Verdaderamente el título del blog lo define completamente.
Martín, creo que tienes que ir, te gustará.
Precioso!! He creído ver por ahí tu amada camelia… qué suerte vivir con esas vistas.
Martín, ya puestos a darte envidia te dire que este jardín está muy cerca de mi casa, y es un placer acercarse en cualquier época del año…, la camelia está enorme.