
MAGNOLIAS DE ACERO

Cada vez que paso cerca de Colombres aprovecho para dar un paseo por el jardín de la Quinta Guadalupe.
Esta vez me dio por fijarme en el gran número de magnolias, su espléndido porte y cómo rodean la casa a modo de tercos centinelas.
No tengo ni una sola foto de lejos, quizás porque el cielo estaba gris casi blanco. Una disculpa para meterme debajo de alguna magnolia, donde está oscuro y fresco gracias a la espesura de sus ramas y al grosor de sus hojas.
Sus troncos terminan en raíces que parecen huellas de animales milenarios, se retuercen con el paso de los años para agarrarse al tiempo.
Buscando puntos de referencia, aparecen trazos de la casa. Desde este escondite choca ver entre la espesura la Quinta Guadalupe pintada de azul.
El silencio se rompe con el crujido del suelo al pisar la alfombra de hojas secas.
Las más afortunadas, arrastradas por el viento, van a parar junto a la casa, entre camelias de todos los colores: una muerte dulce.
Alejandro , siempre me llamó la atención lo duras que son sus hojas…
Con lo rápido que se descomponen otras hojas y las de la magnolia aguantan meses, mudando su color poco a poco.
Hola Alejandro,las Magnolias son árboles de un gran porte y suelen tener una altura considerable,típicas de las Casonas de Indianos,pero tú sabes cuántos sacos he rellenado en La Casona recogiendo el montón de hojas que caen al suelo,terminas aburrido de tanta hoja,tardes enteras me he pasado en Somao barriendo el suelo del jardín.Pero es un árbol precioso,y la flor que da es muy bonita,de color blanco y huele muy bien.Que curiosas esas raíces que forman pezuñas o garras como de dinosaurio,verdad?.La Magnolia que tenemos en casa no te exagero nada si te digo que tiene 100 años,pues ya aparece en las fotos antiguas.
Ignacio, estas fotos de la Quinta Guadalupe son de hace dos semanas y estaba lleno de hojas por todas partes, así que me imagino lo que es ponerse a recoger todo eso en pleno verano. Las magnolias no se llevan el protagonismo de las palmeras -son más discretas- pero son preciosas. Saludos.
A pesar de que Villa Excelsior, es la niña de mis ojos, creo que no hay ninguna casa de indianos, con el porte y la majestad de Quinta Guadalupe. Toda ella rebosa elegancia, clase y diseño, la mires por donde la mires. El maravilloso jardin, lleno de magnolios centenarios,la rodean como queriendo protegerla de cualquier mal. Me encanta la fotografia mostrando las raices, agarrandose a la tierra, con vocacion de eternidad.
Que suerte la tuya, poder pasear por esa mullida alfombra de hojas y flores secas.
Otra entrada preciosa Alejandro.
Gracias Mª Luisa. Estas escapadas,aunque cortas, son estupendas. Pocas casas de indianos pueden presumir de un jardín de estas características.