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EN EL JARDÍN DE DORIGA II

Los jardines abandonados incitan a la melancolía, y a tratar de imaginar cómo fueron en sus tiempos de esplendor.

El Palacio de Doriga conserva dos entradas, una noble y otra “indiana”. La primera esconde a las miradas el palacio, muy próximo al camino.

La segunda, en cambio, consigue impresionar con una contundente verja de hierro, y las grandes piedras talladas con las iniciales del propietario, IC (Indalecio Corugedo, yerno del indiano Juan Fernández Bao), abriendo el camino a una larga avenida de árboles que cruza la finca en dirección al palacio, frente a cuatro grandes eucaliptos.

Ya muy desdibujada hay otra avenida que termina en un estanque ornamental, del que ya sólo quedan los restos de la balaustrada diseminados por el suelo.

Pero lo más llamativo es el conjunto de dependencias auxiliares (cuadras, palomares, almacenes), muy deterioradas pero llenas de encanto.

Y para terminar, un recuerdo de familia frente al palacio…

AQUÍ ESTÁ LA PRIMERA PARTE.

4 Comentarios

  1. Lena

    Verdaderamente, este palacio y sus anexos (jardines, instalaciones, etc) dan juego para muchas fotos y muchos reportajes. Además, no hemos de olvidar su historia, que es de lo más interesante. Es un rincón para repetir y ver ahora con otros ojos. Lo visité hace años y no recuerdo tantos detalles como estoy descubriendo ahora (y eso que visité hasta su interior).

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    • Alejandro

      Lena, yo ya comenté que no había tenido la oportunidad de recorrer el jardín con calma hasta esta última visita, y me alegro de haber vuelto por allí. Por eso la recomiendo y espero que puedas ir de nuevo, está cerca.

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  2. Íñigo

    Alejandro tus fotos son una maravilla,el jardín,los eucaliptos con su altura inalcanzable,la foto antigua que nos muestra ese pasado indiano como yo te comentaba hace poco al hablar de la fotografía en general,y yo me quedaría con la entrada señorial,me parece más antigua,más de castillo,la otra si,es más Indiana,más moderna,también bonita,por supuesto,pero prefiero la otra,no sé,la veo y me imagino antiguos caballeros entrando a caballo con sus armaduras y sus lanzas,aunque por la poca altura del arco mis caballeros medievales tendrían que bajarse del caballo,jajajajajajaja,debe ser un lugar precioso y donde dejar volar la imaginación para trasladarse al pasado palaciego y al indiano.Saludos a todos.

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    • Alejandro

      Pues ya sabes Ignacio, eeste próximo verano apúntate una excursión hasta allí, desde Somao es un paseo…

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