ELOGIO DE LA ROTONDA
Nunca imaginé que acabaría lanzando una pequeña oda -fotográfica- a la rotonda.
Antes de que pienses que he caído muy bajo, déjame que te explique.
El pasado viernes regresaba del concejo de Onís con un sol espléndido, después de hacer fotos al amanecer en un pueblo -Villar- del que hablaré aquí más adelante.
Justo al salir de Cangas de Onís hay una rotonda de las grandes. Al espectáculo de estos árboles en flor se unió la luz perfecta, un sol tamizado a través de la niebla.
Seguramente esta belleza dura dos o tres días. Los camiones -a su paso- creaban corrientes de aire desprendiendo las pequeñas flores de esta primavera que ha explotado de repente.
Un pequeño momento mágico para reconciliarse – también- con las rotondas.
PD. No me atrevo a aventurar de qué árboles se tratan…¿cerezos ornamentales?. Quizá alguien pueda ilustrarnos.
Creo que es el Prunus serrulata kanzan, el cerezo japonés cuya floración es tan espectacular. Esa mágica nieve floral me parece pura poesía y me recuerda los versos de Miguel Hernández «A las aladas almas de las rosas / del almendro de nata te requiero / que tenemos que hablar de muchas cosas / compañero del alma, compañero.» ¡Gracias!
Gracias Martín, también por la propina de poesía tan hermosa.