SIEMPRE SERIA
No importa mucho lo que digan los manuales de arquitectura sobre los atributos de una casa, sencillamente algunas han nacido serias.
Sé poco de arquitectura, así que tiendo a atribuirles a las casas cualidades humanas: seria, entrañable, simpática, acogedora…, hasta formar una opinión claramente basada en la emoción.
El chalé de los Arias de la Noceda (no confundir con los García de la Noceda que vimos el otro día) en la calle Galiana de Avilés, tiene ese alma serio, respetable, distante. Con su cuerpo simétrico y sin apenas adornos, esta casa de indianos construida en 1883 parecía destinada a ser un edificio oficial y hoy en día es una oficina del Ayuntamiento.
Incluso en su interior mantiene ese aire solemne, con una escalera de doble rama ocupando aparatosamente el centro de la casa, tras el umbral con las grandes iniciales del indiano.
Sólo en la fachada posterior, que mira al parque de Ferrera, se relaja un poco mediante una gran galería que la baña de luz.
La casa está abierta por semana en el horario de 8 a 3, y merece la pena acercarse paseando por los soportales de la famosa calle Galiana
.
No sé si alguien acertará a leer este comentario. Pero por si acaso….
Cuando hablamos de casas -indianas y no indianas- hablamos de INMUEBLES; algo tendrá que decir el REGISTRO DE LA PROPIEDAD, ¿verdad?.
Pero, antes, hay que hacer una pequeña acotación histórica. La calle de Galiana de Avilés, antes de ser calle, fue lo que su propio nombre indica: una «galiana», una avenida o paso para el ganado; una «cañada». Y esta galiana o cañada era casi en su totalidad de propiedad particular; en el año de 1650 pertenecía al mayorazgo de la Casa de Trasona, Don Pedro León Menéndez Quirós (Pedro Rodríguez de León Menéndez de Avilés y Bernaldo de Quirós). La Casa de Trasona ya era propietaria de «Galiana» 50 años o más antes de que el nieto de don Pedro entrara por la puerta del palacio estrenando el título de Marqués de Ferrera.
En esa área de la Villa de Avilés y en esa época (Siglos XVII y XVIII) tenían los Ferrera dos grandes propiedades; una era esta GALIANA, en la que se levantarían después nuestra «Siempre Seria» y sus vecinas, y la otra, muy grande y muy conocida hoy, el jardín de su palacio, el actual PARQUE DE FERRERA, el vecino de atrás de esta casa «Siempre Seria»….
Pero, separándolas a modo de cuña entre una y otra, se interpònía una tercera propiedad que no era suya, un terreno que no era de los Ferrera…. Se trataba de la extensa HUERTA DEL CONVENTO DE SAN FRANCISCO DEL MONTE. En 1835 se dictó en España la primera Desamortización seria y general, la de Juan Mendizábal. Las comunidades religiosas fueron entonces obligadas a disolverse y sus bienes fueron subastados; en el caso que nos ocupa, la extensa huerta franciscana -que como es bien fácil de adivinar- fue adquirida por el marquesado de Ferrera.
Pido perdón por el rollo histórico, pero era necesario para conocer el origen del SOLAR -la parcela- en el que se levantó esta casa «Siempre Seria» (y los de todos sus vecinas de acera). Ahora ya podemos continuar.
Pero igual más de uno lleva aquí un susto, como me ocurrió a mí. En 1883, año de construcción e inscripción registral de esta casa, su TITULAR era don SANTOS FERNÁNDEZ PÉREZ… Ni «Arias»…, ni «Garcías»… ni «Nocedas»… aparecen en el Registro por ninguna parte en este momento…
Acabarán apareciendo; pero después.
No disfrutó mucho de la casa el bueno de don Santos porque, poco después de su construcción, enviudó. Y tras su viudedad… ¡ingresó en la COMPAÑÍA DE JESÚS!; se hizo sacerdote jesuita. Para cuando llegaron los últimos años del siglo XIX el propio Don Santos había fallecido.
En su TESTAMENTO constituyó un LEGADO sobre la casa, casa que en el año de 1903 se valoró en 50.000 pesetas (¡¡¡ !!!). En 1er LUGAR llamaba a aceptar el legado a la COMPAÑÍA DE JESÚS, con la condición de crear en la casa una RESIDENCIA. En febrero de 1903 llegaron los Jesuitas a la villa de Avilés, se instalaron en esta casa y, tras ocho años de permanencia en ella, la abandonaron, renunciando al legado por no poder disponer de iglesia propia dentro de la heredad; hablo de «iglesia», no de capilla, oratorio… etc.
Se recurrió entonces a los 2ndos llamados al legado para el caso de que el primero no quisiere/pudiere cumplir la condición establecida. El testamento llamaba en 2ndo LUGAR a las HERMANAS CARMELITAS DE LA CARIDAD, con la condición de que crearan un COLEGIO para niñas. Lo rechazaron de plano, alegando no ser una orden docente.
Habiendo fallado los dos primeros legatarios, daba entrada entonces el testamento a los HEREDEROS LEGÍTIMOS Y FORZOSOS del buen don Santos. Que lo primero que hicieron fue ponerla a la venta…
¡Y ahora…!, ¡¡redoble de tambor…!! porque… ¡¡POR FIN aparecen los ARIAS GARCÍA DE LA NOCEDA!!. ¡¡por fin!!.
Fueron ellos quienes la compraron. Yo no llegué a conocer personalmente a la última propietaria particular de la «Siempre Seria», doña Consuelo Arias y García de la Noceda porque era niño entonces y no vivía en Galiana, pero muchísimos familiares míos mayores que yo sí lo hicieron; muchísimo. Al final de su vida, ya viuda y habiendo pasado en vida por la dolorosísima experiencia de la muerte de su único hijo, pasaba el tiempo entre la iglesia de San Nicolás de Bari rezando y jugando al pinacle por las tardes en la casa de los Carbajal en el Carbayedo.
La propiedad de la casa «Siempre Seria» se la dejó ella en su testamento a las HERMANITAS DEL ASILO de Avilés. Las Hermanitas se lo vendieron al Ayuntamiento, noticia ampliamente difundida por la prensa local de la época, cualquiera con acceso a Google puede comprobarlo, y con el dinero obtenido pudieron ellas construir el Asilo nuevo en San Cristobal de Entreviñas. Por su parte el Ayuntamiento lo primero que hizo fue abrir en la casa el Servicio de Orientación y Planificación Familiar a comienzos de los años 80 del pasado siglo; era la época de La Transición Política, cuando Televisión Española -a causa del SIDA- bombardeaba con la campaña publicitaria del «Póntelo-pónselo» (el condón). Ya entonces se lamentaba Don Ángel Garralda, el párroco de San Nicolás de Bari: «¡Si doña Consuelo levantara la cabeza…!». ¡¡Jajaja…!!.
«La Siempre Seria»… ¡¡No pudiste acertar más!!.
Uf! Jaime, muchas gracias por tomarte la molestia de contar toda la historia. Es maravilloso cuando podemos seguir loa avatares de una casa y sus moradores a lo largo del tiempo. Convertiré tu comentario en una entrada del blog para que más gente la pueda ver. De nuevo gracias por tu generosidad.
Me he sorprendido leyendo los comentarios sobre esta casa, no se exactamente de que fecha estais hablando, pero de lo que sí os puedo hablar de primera mano es de porque en la actualidad pertenece al Ayuntamiento y no a ninguna familia. Sé por datos fiables que dicha casa perteneció a los padres de mi tataratatarabuelo, que también tenían numerosas casas en cuba . Su hijo ( mi tataratatarabuelo ) se enamoró de una vecina ( mi tataratatarabuela) que vivía en Galiana 28, y bordaba todos los días en el balcón para la marquesa de Ferrera que era amiga suya y siempre le hacía encargos. Mi tataratatarabuela era hija de Indalecio García ( Masón asturiano) Se llamaba Modesta, era maestra y tenía una librería en el local de la que fue hasta hace unos años la confitería San Francisco.
El quit de la cuestión está en que mi tataratatarabuelo decidió cortejar a su vecina y enviarle poemas de amor, poemas que todavía se conservan. Pero sus padres consideraron que Modesta no tenía la misma clase social que ellos y amenazaron con desheredarle. Pese a las amenazas de sus padres, ellos se casaron y consecuentemente él se vio desheredado. Por lo visto el enfermo al poco tiempo de casarse y solo les dio tiempo a tener una hija. Al paso del tiempo al no haber herederos, la casona paso a formar parte del patrimonio del Estado. Y por contra la casa de mi tataratatarabuela es cuidada por toda nuestra familia con mucho arraigo y cariño. Destaca de entre el resto por tener a la virgen del carmen en uno de sus laterales. (Hecho del que también conocemos la historia de primera mano).
Gracias Alba por tu aportación, es una historia muy interesante. Yo no tenía datos sobre la casa, excepto el apellido «de la Noceda» que aparece en otras casas de indianos de Pravia. Te agradezco el comentario.
¡Qué sitio tan precioso!
Como bien dice José, el apellido fue Arias y García de la Noceda, aunque se les conocía como los Arias Noceda. Y sí, emparentaron con la nobleza. En concreto, don Enrique Arias y García de la Noceda casó con Mercedes Rivera y Azpiroz, hija de Jose Rivera y Urtiaga y de Maria de las Mercedes Azpiroz y Carrion (hija de los condes de Altapuente), III Marqueses de San Nicolás. Saludos a tod@s!
Patricia, muchas gracias por la información. Tenía la idea equivocada de que eran dos familias sin relación alguna.Un saludo.
Muy bonito el trampantojo ,y también me gusta mucho la fachada posterior. Si algún día me acerco por allí, entraré a visitarla. Un saludo a todos.
Ramón, es una buena visita si pasas por Avilés, saludos.
No me quisiera equivocar y seguro que algún descendiente que visite la página lo pueda aclarar mejor que yo, pero creo que el apellido era Arias y García de la Noceda y terminan emparentando con familias de la nobleza.
José, la verdad es que esperaba que tú pudieras darnos algún dato de esta familia, yo no he sabido encontrar nada. Supongo que, como la mayoría de indianos de Avilés, estuvieron en Cuba, pero en realidad no tengo datos. Gracias.
No cabe duda: hay casas que ,al igual que ciertas personas ,transmiten emociones. Y como tú bien dices, la mayoría de los que ,como nosotros ,somos desconocedores de los rigores académicos de la arquitectura, necesitamos asemejar las características arquitectónicas a cualidades humanas. Buscamos adjetivos que califiquen a «Nuestras Queridas Casas» igual que si se tratara de personas que conocemos. Comparto absolutamente tu opinión de que haya casas que han nacido serias.Todos conocemos alguna. A mi me viene a la memoria la Casa de Piedra y Las Raucas de Colombres ,incluso Villa Isabel de La Ferrería. Otras, además de serias nacen con vocación institucional, como esta de Avilés que presentas. Yo creo que eso es un sello que viene marcado por el propio estilo arquitectónico de la construcción. El estilo neoclásico (como este chalé) tiene un inconfundible sabor a institución oficial. Nada que ver ,por ejemplo, con el estilo pintoresco, diametralmente opuesto. Al menos , en este chalé de los Arias , la aparente rigidez viene suavizada con el color llamativo de sus fachadas y el tono de su carpintería exterior. Pero qué decir de Villa Tarsila , de La Atalaya o del palacio de la Marquesa de Argüelles. Cualquiera de ellas serviría perfectamente como sede de una embajada, consejería o delegación de hacienda.
Volviendo al chalet de Avilés, yo le daría la vuelta a la fachada y me quedaría con su parte trasera. Me encanta su galería acristalada de aire totalmente colonial. Seguro que es tema de un especial : «la cara oculta de las las Casonas Indianas». Es una pasada, también , el trampantojo de la escalera.Me recuerda al estilo de Andrea Mantegna. Me rechifla. Gracias por enseñarnos tantas cosas bellas. SALUDOS
Gracias Nicolás, me gusta tu repaso. El componente que falta es que, dejando a un lado la posible influencia del arquitecto sobre su cliente, cada casa debe reflejar al menos una parte de la personalidad de su propietario. Así lo creo por ejemplo en lo que conozco de Manuel Ibáñez; su casa de Las Raucas de Colombres le va como anillo al dedo. Y que decir de la marquesa de Argüelles, creo que el regalo de su padre es una interpretación del gusto de la marquesa por el boato y la aristocracia. Y así sucesivamente. En el lado contrario, me intriga la personalidad de Celestino Martínez, primer propietario de Villa Anita. Seguro que iremos encontrando respuestas. Un saludo.
Tienes toda la razón, Alejandro. Si hubiera que definirla con una palabra, sería, justamente esa. La severidad de sus líneas, la desornamentación y ese aire tan digno, le da cierto toque de atemporalidad, lo cual la hace más interesante. Creo recordar, según vi en fotos antiguas, que la casa estaba pintada en blanco, lo que la haría más pulcra, en contraste con las casas de los Maribona, que son contemporáneas.
Hace años estuve en el interior y también conservaba un oratorio, que usaban de almacén. Qué cosas tiene la historia, una estancia con gran esfuerzo decorativo siendo almacén. La escalera es una maravilla, muchas otras casas la envidiarían. Con respecto a los señores Arias de la Noceda no tengo ningún dato, ni cuando se abandonó la casa…
Un saludo Alejandro, espero que sigas exprimiendo Avilés!
David, yo tampoco tengo datos de los Arias de la Noceda. Por la fecha de construcción de la casa, 1883, son coetáneos de los hermanos Maribona. Avilés es estupendo, sigo buscando «enchufes» para entrar en determinados sitios, pero todo se andará.
El casco antiguo de Avilés fue todo un descubrimiento, es una delicia pasear por él. La casa la hemos fotografiado por fuera y a pesar de ver la puerta abierta no se nos ha ocurrido entrar,es una pena no haber visto ese magnifico techo al natural. En un par de semanas haremos una escapadita al occidente y como plato fuerte llevamos Allande y Boal, seguiremos tus pasos. Besos
Ascen, el casco antiguo de Avilés es un descubrimiento para mucha gente, quizás es debido a la imagen de ciudad industrial que no concuerda con ese centro tan interesante. Sobre Allande y Boal, son dos platos fuertes, yo también tengo cosas pendientes por allí, así que igual podemos cruzar nuestros caminos. Un abrazo.
Me ha gustado mucho el trampantojo de la escalera. ¡Qué suerte trabajar en un sitio así! Durante unos años trabajé en un edificio histórico y procuraba ser permeable al edificio. ¿El edificio conserva algo más de la época en los interiores? ¿O son simples oficinas?
Martín, son oficinas por lo que he podido ver. No había entrado nunca hasta hace unos días. Se conservan la mayoría de las puertas, muy bonitas, pero el resto está acondicionado como despachos.