SÁBADO DE GLORIA
Entro en la cafetería, todavía vacía, para resguardarme del frío y preguntar al dueño si conoce alguna casa de indianos en los alrededores.
Pravia tiene palacios, y ese aire de próspera capital en pequeñito, donde el peso de las piedras centenarias hace que todo siga su curso de manera ordenada. No me parece un sitio para indianos aventureros. Aún así, el dueño del café me manda a la salida del pueblo, a la Avenida de Prahúa. Él había oído hablar de la “casa de los nenos”, apodada así por los siete niños rubios que solían jugar allí.
Parado frente a la casa apenas atisbo la fachada, escondida entre dos grandes magnolios. El chalé no me impresiona, pero decido entrar y llamar al timbre.
Conchita abre enseguida, y me recibe atenta como si ya nos conociéramos. Al principio no puedo despegar la vista de los techos. Hay frescos con escenas de paisajes de la zona, pinturas, molduras, trazos modernistas, lámparas irresistibles. Luego están los muebles del comedor, el dormitorio principal, la pianola, y el regusto general a casa vivida, ajena a su propio lujo.
Su actual propietaria la compró hace años y no tiene relación alguna con Celestino García de la Noceda, miembro de una extensa familia de indianos, que encargó su construcción a Manuel del Busto hacia 1910.
La petición fue del arrendamiento para el aprovechamiento de la pesca del río Pigueña.
Gracias, Alejandro.
Anda, José… cuenta, cuenta… que queremos saberlo.
Maite, le paso la cuestión a José, gracias.
¿En qué consiste esa «curiosa petición» sobre el apellido García de la Noceda -si no es indiscreto preguntarlo-, José? (o Alejandro, que seguro que lo sabes)
Bellísimos interiores, atmósfera de casa vivida. Discreta hacia el exterior, cálida de puertas adentro.
Una de las entradas más bonitas del blog.
Maite, no es indiscreción pero yo no lo sé. Le voy a trasladar la pregunta a José a ver si lo cuenta. Gracias.
Wow! Qué riqueza de interiores! Estos palacios no tienen nada que envidiarle a los palacios de la Nobleza. Es alucinante.
Alejandro, hacía semanas que no pasaba por aquí. Y cómo echaba de menos las bellas fotografías! 🙂
Patricia, yo también echaba de menos tus comentarios y te agradezco que hayas vuelto. La casa es un lujo por dentro, y bien conservada.
Sus tíos hicieron fortuna en Cuba en Cienfuegos, además Celestino y su hermano se casarón con las hijas del indiano Gijones Gumersindo García Cuervo.
Gracias José, eres una gran fuente de información. Un saludo.
Celestino fué vocal del Consejo de Administración de Hidroeléctrica del Cantábrico y del Banco Herrero, cosocio de la empresa de vidrio de Gijón «La Industría» y falleció en 1930 en Pravia. Y tienen una curiosa petición sobre el apellido «García de la Noceda».
Gracias José por los datos. Celestino era hijo de indianos, pero desconozco si él llegó a ir a América. Quizás tú lo sepas. Un saludo.
Ésta la conozco bien, tuve la suerte de rodar un corto en ella y de gozar de la hospitalidad de Conchita.
Te dejo el enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=F5O0dQWFATY
Gracias Patricia, le echaré un vistazo. Conchita se apunta a todo. Un saludo.
Maravillosos interiores, y un discreto exterior que, como casi todo en esta vida, oculta fielmente más de un tesoro.
Cierto Xurde, la casa es poco atractiva por fuera, y nunca hubiera imaginado su riqueza interior, igualito que en la vida.
A mi también me llamó la atención porque era demasiado sobria en contraste con su vecina (no recuerdo el nombre pero también de los García de la Noceda, sólo que esta guarda unos interiores fantásticos y la otra sólo exteriores).
A mi la verdad no me sorprende que sea de Manuel del Busto. Es una arquitecto impregnado de distintas tendencias pero sin un estilo claro que ha ido evolucionando desde el eclecticismo más fino a unos aires de modernidad que refleja el Chalé de Canseco en Avilés.
Las pinturas son muy interesantes y los muebles ya ni digamos. El dormitorio es muy amplio y las molduras y los muebles forman un conjunto impresionanate. ¿Duerme ahí la señora de la casa? qué gusto, sinceramente, sería abrir los ojos ahí. Creo que es el dormitorio más bonito que he visto en todas estas casas.
David, creo que pasan temporadas en la casa, aunque ahora también está en venta desde hace un tiempo.La habitación es muy alargada y la cama me recuerda a las de la Casa Roja de Colombres. Sobre Manuel del Busto, sus detractores le achacan precisamente eso, no haber tenido una personalidad propia, un estilo definido. Personalmente creo que las corrientes de la arquitectura en esa época eran demasiado fuertes como para ignorarlas. Saludos.
Maravillosa!! La verdad que esos exteriores ocultan muy bien el tesoro decorativo que tienen dentro. No siempre hay muebles modernistas de esa calidad. Y las lámparas me han encantado, aunque esas bombillas de bajo consumo dañan la vista!!
Gracias por las fotos!!
Lo de las bombillas siempre es un contraste demasiado fuerte. También me llama la atención que se atribuya la casa a Manuel del Busto, no se parece a nada de lo que estaba haciendo en esa época.