REGALO DE BODA
Mama doña Socorro mandó construir esta casa para su hija mayor, Socorrito, como regalo de boda en 1912.
Podría haber empezado también diciendo: “Érase una vez en un pequeño pueblecito donde vivía una hermosa doncella…”
Pero no hace falta porque todo es real y, como en el cuento, donde todos los sueños se hacen realidad, la casa de Socorrito se levantó en lo alto de Figueras, concejo de Castropol, junto a la de su madre.
El chalé domina, desde la galería del dormitorio principal de la primera planta, la vista de la Ría del Eo y las puestas de sol sobre la desembocadura. Por si eso fuera poco, su estilo modernista lo impregna de ese aire romántico e intemporal.
En esas horas del atardecer, los rayos del sol suben de tono los cálidos colores de la casa, como si se ruborizara, recordando aquellos días dichosos de una niña enamorada.
Y digamos que fueron felices para siempre…
En esa segunda foto, (que siempre me fascinó, aunque no sé si todo el mobiliario es de la época), siempre me da la sensación que va a aparecer en la escena un caballero con su chistera en ristre… pero claro, entonces hablaríamos de cine. Buena semana a todos.
Ramón, el mobiliario es una recreación. La casa estuvo cerrada y abandonada durante veinte años, llegando a peligrar su conservación. Buena semana.
Sencillamente fascinante. Y en este lugar, regalo de bodas hace casi cien años, se casan ahora las parejas del siglo XXI (o en la casa de Socorro madre). Casarse aquí ya es de por sí un buen regalo de bodas.
Xurde, en la casa de Socorro madre montan a veces una carpa en el jardín para celebraciones y alguna pareja pasara la noche de bodas en la habitación de la que hablo. Saludos.
Desde luego con semejante regalo de boda los cuentos se hacen realidad y seguro que como dices «fueron felices para siempre». ¡Ahora comprendo porqué hay tanto divorcio ahora! Ya nadie te hace esos regalos.
Ja, Ja, Montse, tienes razón, tampoco hay madres así de esplendidas. ¿Y el novio?. Debió de quedar encantado. Un saludo.