Las cookies de funcionalidad nos permiten recordar tus preferencias, para personalizar a tu medida determinadas características y opciones generales de nuestra página web, cada vez que accedas a la misma (por ejemplo, el idioma en que se te presenta la información, las secciones marcadas como favoritas, tu tipo de navegador,...).
Por tanto, este tipo de cookies no tienen una finalidad publicitaria, sino que activándolas mejorarás la funcionalidad de la página web (por ejemplo, adaptándose a tu tipo de navegador) y la personalización de la misma en base a tus preferencias (por ejemplo, presentando la información en el idioma que hayas escogido en anteriores ocasiones), lo cual contribuirá a la facilidad, usabilidad y comodidad de nuestra página durante tu navegación.
Puedes activar o desactivar estas cookies marcando la casilla correspondiente, estando desactivadas por defecto.
Una casa muy coqueta, me enantan esos vidrios de colores aportando clase entre tanta » caja de zapatos con ventanas». Ha cumplido lo que dice aquella canción y que menciona Nicolás… Sobreviviré !!!. Saludos con este solecito de mediodía.
Ramón, era bonito ver como el sol proyectaba los colores de los vidrios hacia el interior, como un caleidoscopio. Saludos.
Me encanta cómo describes el ornato de esta casa igual que si fuera una toquilla que la envuelve. Yo afinaría más y la asemejaría a la combinación de encaje y puntillas de la abuelita, llena de delicadeza y romanticismo. No cabe duda: La Perla es la reina de la fruslería. No conozco casa más «enjaezada» que ésta y, a pesar que a los eruditos les parezca que tal engalanamiento es una patada a la arquitectura , a mi me parece pura poesía. Unos amigos tienen una magnífica casa indiana que siempre me gustó, pero hace poco descubrí una foto de su estado original y tenía festoneado todo el alero con guardamalletas y celosías que ahora no hay ni el recuerdo. Nada que ver la casa antes y después. Ahora ya no la veo con iguales ojos. Por eso La Perla , aunque tenga un estilo pintoresco poco definido (es una extraña mezcla de colonial antillano , tirolés , incluso hindú) tiene el mérito de provocar emociones en quien la contempla. El abigarramiento de calados y filigranas y el juego de luces y sombras que proyecta en las fachadas , amén de las vidrieras coloristas, enamoran hasta el más impávido. Y, por si fuera poco, es más que centenaria y SOBREVIVE en la jungla urbana con todo su derroche ornamental.Tiene más chulería que la duquesa de Alba el día de su boda. Felicidades La Perla, si fueras humana te merecerías un homenaje. Saludos
Gracias Nicolás, es una bonita elegía a una superviviente con muchos encantos. Tiene sus achaques, pero ahí está. Saludos.
Como siempre Alejandro, haces que gracias a tus magníficas fotos podamos disfrutar de estos tesoros arquitectónicos. Dices que es pequeña pero sus detalles la hacen realmente grandiosa y además las imágenes, al menos a mí, me transmiten serenidad y calidez. Ir a verla en vivo y en directo es una muy buena excusa para pasarse por Avilés un día.
Hola Montse, la casa parece pequeña y frágil por su entorno, que la hace más delicada y vulnerable. Fue una mañana fría del pasado sábado cuando estuve allí, pero la luz era maravillosa y eso me hace entrar en calor. Un abrazo.
Tantas veces como he estado en Avilés y no conocía esta casa tan bonita. Como tú dices Alejandro, tal parece como si estuviera envuelta en encaje de bolillos. Fue lo primero que pensé nada más abrir este enlace. Muchas gracias por descubrirme esta maravilla. La próxima vez que me acerque a esta ciudad la buscaré para deleitarme en vivo y en directo. Desde luego, con tus fotos puedo hacerme una idea. Enhorabuena, a veces no es posible reflejar lo maravilloso que es lo que tenemos ante el objetivo de nuestra cámara, pero tú has sabido recogerlo y transmitirlo a la perfección.
Gracias Lena, se me olvido decir que la casa está en la calle Gutiérrez Herrero, frente al Centro de empresas La Curtidora, que en su día fue una fábrica fundada por los hermanos Maribona, propietarios de La Perla. No tiene pérdida. Saludos.
Un pequeño capricho hecho con delicadeza, es una joya entre tanto edificio banal y sin ningún encanto. La verdad que las descripciones dicen que es una vivienda de pequeñas dimensiones pero creo que se ve compensado con la finura y el nivel de detalle de sus ornamentos. Los interiores originales debían de ser fastuosos igual que el mobiliario, o eso quiero creer. Es una pena que no haya fotos de época o que no sean conocidas.
Algo que me intriga desde siempre es en que año fueron abandonadas una y la otra, pero no se quien podría saciar esa curiosidad.
Unas fotos excelentes Alejandro, un saludo!
David, voy a indagar sobre eso de las fotos. Como sabes, la familia Maribona dejó una huella importante en Avilés y debe de existir alguna documentación pública o publicada. La casa es caprichosa en sus detalles y me encantó verla con detenimiento, abstraído de lo que la rodea. Saludos.