LA CASA DE LOS ESPEJOS
Solo la abundancia de espejos desentona, en su aparente frivolidad, con el ambiente de solemnidad que impregna Las Raucas.
Con proyecto del francés Brudard, el edificio no muestra ningún signo de vanidad. Bien podría pasar por ser la sede social de alguna próspera casa de banca, donde unos hombres que nunca sonríen toman decisiones inapelables.
De hecho cuentan que, a principios del siglo XX, se acercaban hasta Colombres, en sus grandes coches, importantes personalidades procedentes de Madrid, para celebrar reuniones del consejo de administración del Banco Hispanoamericano, del que Luis Ibáñez Posada fue uno de los cuatro fundadores en 1901.
El interior de la casa es sombrío, debido a las maderas nobles de tono oscuro que cubren paredes y techos de gran parte de las estancias. Faltan muchos valiosos muebles originales, que la familia ha ido trasladando a su residencia de Madrid, pero Las Raucas aún conserva el aire noble y sosegado que transmite, desde su estatua en la plaza, la figura de Manuel Ibáñez Posada, primer conde de Ribadedeva.
estoy viendo todas las fotos de este blog me encantan las casas antiguas esta pagina es espectacularr!!! que bueno q pase los años y algunas casas mantengan el aspecto como el de los años 20, que bueno que la gente sabe conservar, yo vivo en Argentina, ciudad de cordoba y aca estan demoliendo muchisimas casas antiguas y casas…bastantes enormess casonas y con cada arquitctura que te queres morir cuando las tiran asi!!!! es lamentable, pero cabiando de tema me encantan las casas estas pero no logro saber de que lugar son y quienes eran los indianos, un besoo
Hola Veronica, estas casas de las que hablo en el blog están en una provincia española llamada Asturias, al norte del país. El termino indianos procede del siglo XVI, tras el descubrimiento de América. Se llamaba indianos a los que habían estado en las Indias Occidentales, como se conocía entonces a los territorios de América. Ya en el siglo XIX, en algunas zonas de España, como Asturias, hubo una intensa emigración a distintos países de América (Cuba, México, Argentina, Chile…) de gente muy joven que buscaba una vida mejor. Algunos hicieron grandes fortunas y retornaron años más tarde para establecerse de nuevo en sus pueblos de origen. Muchos construyeron grandes mansiones como símbolo de su nuevo status social y económico. A esas personas se las conoce como indianos, y hay tantos ejemplos que también se habla de una «arquitectura indiana». Espero que esto te de una idea. Un saludo.
Coincido con tu opinión y la de Mº Luisa, la verdad que es una casa muy poco cuidada en detalles. Los muebles son una maravilla pero esos tonos de madera tan oscuros,esas puertas tan sobrias, y la falta de molduras y colorido al que nos tienen acostumbradas estas casas, no la deja muy bien parada.
Pero bueno, a gusto de su dueño, igual es un reflejo de su personalidad discreta y sencilla.
Siento decir, muy a mi pesar, que no conozco Colombres en vivo y en directo, pero sí las maravillosas casas que hay en el pueblo. De este verano no se me escapa, me has metido el gusanillo jajaj.
Un saludo!
David, creo que Colombres te gustará. Tienen editado un folleto a modo de guía para recorrer las casas de indianos y me parece que también hay visitas guiadas. La guinda del pastel es la Quinta Guadalupe y su entorno. Que lo disfrutes!
Lo del servicio uniformado, recibiendo a los señores, me recuerda a «Manderley» de la pelicula Rebeca. Todo un lujo.
Un saludo.
¿Sabes que no me gusta.? Es muy sombría, quizas por tanta madera,como tu apuntas, incluso en los techos; pero lo que es mortal de necesidad, es la mesita con el espejo apoyado en el zocalo en el primer rellano de la escalera; espantoso (es mi opinion). Yo soy muy maniatica para los espejos; fuera del baño, y como mucho en el dormitorio no los soporto. Creo que, es la primera casa de indianos que nos muestras, incluidas las de Un Viaje en el Tiempo que no me compraría aunque tuviera el dinero para hacerlo; que no lo tengo claro; Ja,ja,ja.
Me ha llamado la atención la campana de la puerta, colgando de esa cara, que parece casi el mascaron de proa de un barco.
Un saludo.
Mª Luisa, te aseguro que la casa es muy oscura, mucho más de lo que parece en las fotos, que tienen luz añadida. La casa debía de ser, no obstante, una belleza en su sobriedad, pero ya faltan muchas cosas. Sobre la campana…, bueno, te apetece hacerla sonar, cerrar los ojos, y ver si baja todo el servicio, uniformado, a recibirte. Sueños de grandeza… Un saludo.