Subimos por una escalera en penumbra. Me guía la dueña de la casa a través de un largo pasillo y entramos en lo que debió de ser un salón.
Se detiene frente a una fotografía y me dice, «Ahí los tienes, Los Cuatro Magníficos«
Me quedo en blanco y sólo acierto a pensar «Por fin!«
Intuyo -sin que me lo diga- a quién se refiere. Son los cuatro hermanos Martínez, una de las más importantes familias de indianos que ha dado el Oriente de Asturias.
Reacciono, miro a mi alrededor. Las puertas y ventanas están abiertas de par en par, con pesados cortinajes colgando sobre ellas. Las paredes y techos están muy decorados. La foto destaca por su enorme tamaño -al menos metro y medio- entre varios retratos al óleo de otros miembros de la familia.
No pregunto, toda mi atención está puesta en la imagen dentro de ese marco dorado -es enorme- firmada por F. Gimeno en La Habana en 1877. El fotógrafo ha tenido el detalle de indicar que esta copia se hizo diez años después -1887.
No lo sabía hasta ese momento, pero estoy en la casa familiar de los Martínez. De aquí partieron los cuatro hermanos hacia América: Bernardo, Manuel, Jerónimo y Francisco.
La foto destila jerarquía y poder, ciertamente parecen cuatro magníficos. Juntos forjaron un imperio en la distribución del tabaco bajo la firma Martínez&Brothers, con oficinas en Nueva York, Dusseldorf y La Habana.
A su vuelta reformaron esta casa -la de sus padres- construida en el siglo XVII pero que ahora tiene el aspecto de una casa de indianos de finales del XIX con la fecha de su remodelación en la verja de entrada: M.I.Hs 1881.
Pero ¿por qué pensé «por fin» al ver su retrato? Yo había oído la historia de los hermanos por la relevancia que tuvieron a su regreso a Asturias.
Compraron palacios y edificaron casas, todas tenían en común la anexión de cientos de hectáreas de fincas que destinaban a actividades agrícolas y ganaderas, donde introdujeron nuevos métodos de explotación.
No me queda claro a cuál de los hermanos perteneció qué pero -además de esta casa familiar en La Felguera (Parres)- fueron dueños de La Piconera (Ribadesella), La Estrada (Piloña), el Palacio de Sorribas (Piloña), el Palacio de Cutre (Piloña) y el Palacio de Rubianes (Piloña). Es posible que falten más.
En su pequeño gran Imperio sí se ponía el sol, pero más despacio.
La Piconera (Ribadesella) y el terreno que la circunda.
La Estrada (Sevares – Piloña) y una foto antigua en sus buenos tiempos (Gracias José).
El Palacio de Sorribas (Piloña)
El Palacio de Cutre (Piloña) y el paisaje desde él.
El Palacio de Rubianes (Piloña), de cerca y de lejos.
Las iniciales en las verjas de su casas: (de arriba a abajo, izquierda a derecha): La Piconera, La Estrada, Palacio de Sorribas y La Felguera.
Hola, me gustaría saber mas cosas de la casa de La Felguera. No tengo claro si está situada en Castiello de Parres, lugar donde nació mi abuela en 1887. Gracias
María Jesús, efectivamente esta casa está situada en Castiello de Parres, dentro del concejo de Parres. Un paraje excepcional. Saludos.
De casualidad he localizado este enlace y me ha emocionado el saber de la historia de mis antepasados. Me gustaría tener más información.
La información de la que dispongo es la que puede encontrar en este blog y en el libro Palacios Rurales de Asturias Tomo I. Un saludo.
Hola, gracias por compartir toda esta información. ¿Sabéis como se llamaban la esposa y los hijos de Jerónimo Martínez?
Ahí ya no te puedo ayudar, no tengo ni idea, lo siento.
Alejandro , creía que en aparte de Sorribes .., la familia seguía con participación en Rubianes. Tengo que recomendar la zona al que no la conozca, con bellos parajes y excelente gastronomía…Por cierto , el monte que aparece tras Rubianes ( en la vista general ) se llama Tiegu , y desde allí da gusto ver un amanecer con la neblina a tus pies y al fondo .., los majestuosos Picos de Europa. Saludos a todos.
Conoces a fondo la zona. Gracias por la información. En cuanto a Rubianes, es cierto, se me olvidó mencionar que ese palacio también sigue en la familia Martínez.
Efectivamente, el Palacio de Rubianes sigue perteneciendo a la misma familia.
Isabel, se me había olvidado, demasiados datos y casas…, disculpa.
Gracias a ti Alejandro por difundir la vida de los cuatro magníficos, emprendedores donde los haya y que invirtieron todo su capital en su propia tierra, creando riqueza.
Es un placer. Me parece una historia fascinante la de estos hermanos y su familia. Gracias.
Una familia emprendedora, que no se limitó a disfrutar de lo ganado en America, sino que invirtió parte de su capital en Asturias, para aportar mas riqueza a su tierra. Me gusta el reflejo en el cristal, porque hace que destaque la antiguedad y sencillez de la fotografia.De las cuatro casas, me quedo con La Piconera, y el Palacio de Cutre. La primera es delicada y coqueta, y el Palacio, es uno de esos edificios, a los que yo denomino como rotundos. Preciosas las fotografias.
Mª Luisa, me llama la atención ese contraste entre la vida cosmopolita que debieron llevar con sus negocios en América y ese apego a la tierra en el sentido más literal. Una historia interesante de la que me gustaría saber más.
Seguro, que la vida de los cuatro fué intensa, y dejarón huella, en quienes les conocieron y trataron.
Queda mucho por conocer, espero que salgan más cosas interesantes.
En la foto de Los Cuatro Magníficos se observa un reflejo. Me ha llamado la atención porque no sé si está hecho aposta y fuiste consciente de ello, para que en lugar de cuatro, fueran cinco los Magníficos…
La fotografía sobre el patrimonio de los Martínez impresionante. Algunas de las casas -que actualmente son hoteles- las he disfrutado personalmente y son una maravilla, no solo por acogedoras sino por el entorno en el que se encuentran. Absolutamente recomendables. Y un capricho que de vez en cuando es bonito permitirse para disfrutar y conocer estas casas de cerca, como si fuéramos uno de los que en su día las ocuparon.
Lo que no sabía que esa colección de casas pertenecieron en su día a una única familia. Qué poderío!
Jaja, te has fijado. Ese día no llevaba el filtro necesario para evitar los reflejos en el cristal. Por un lado me fastidió (por la chapuza) y por otro me pareció que era más realista. No pude evitar ver parte de mi reflejo en el cristal, un quinto convidado de piedra.
En cuanto a la familia, es evidente su poderío, también su gran amor por la tierra, algo singular.
¡Que razón llevas, Alejandro!.El concejo de Piloña guarda muchas sorpresas para quien sepa observar. Me pareció especialmente bonita la foto que hiciste del Palacio de Sorribas…
Sorribas está en un emplazamiento de cuento, en la ladera de una montaña, con muchas hectáreas de terreno a su alrededor donde se crían caballos. Un lugar encantador.
A-NO-NA-DA-DO
Había leído algo sobre esta familia, ese salón que fotografías daría para muchos detalles y muchas entradas en este blog. ¡Menuda fotografía! ¡Gracias y enhorabuena por el descubrimiento!
De nada Martín. A mi me entusiasma, y el salón tiene mucho encanto, quizá pueda enseñar algo más. Un abrazo.
Hola Alejandro,quiero comentar varias cosas,me gusta la foto de los «Cuatro Magníficos»,te has fijado en la forma en que están colocados para la foto,tan señoriales todos,y esos trajes como diciendo aquí estamos y haciendo piña todos juntos,me encanta.
He agrandado la,foto que has puesto como entrada,has visto que techo?,que maravilla,y las paredes,todo pintado,me parece precioso,si esa casa estuviera bien restaurada sería una joya artística.
Las fotos son fantásticas,los palacios que fueron adquiriendo son una belleza,y en medio de esos paisajes,con las montañas,parece de ensueño.Me gusta que hayas puesto una foto antigua y otra actual de La Estrada,en Piloña.Que pena me da porque no sé,parece como abandonada y esa galería tan vacía,la fuente como que ha desaparecido,el lujo que se ve en la foto antigua ya no existe,ojalá que para ese próximo libro que tienes en mente puedas fotografiar muchos interiores de estas casas,imagino que no debe ser fàcil acceder a ellas,y las verjas con su entrada,fecha e iniciales,como marcando territorio.Gracias Alejandro,como siempre he disfrutado viendo esta entrada.Un saludo a todos.
Ignacio, desde luego que la foto es estupenda, también por la cuestión formal de la composición y la actitud de los personajes. Impresiona doblemente por la habitación en la que está.
Resulta agradable ver tus fotografías e interesante leer tus comentarios, Alejandro, como siempre. Conocía todas estas casas, sin embargo desconocía que perteneciesen a una misma familia. Guardo muy buenos recuerdos de algunas de ellas que ahora son alojamientos…
Lena, personalmente me parece apasionante la historia de esta familia de indianos que apenas conozco muy por encima.
En cuanto a los alojamientos, hay una oferta de mucha calidad en el concejo de Piloña que ambos recomendaríamos.
Manuel Martínez Pérez, murió en su casa de La Piconera 4/6/1925, estaba casado con Concha Blanco de Ardines. Fue uno de los fundadores del Banco Hispano-Américano, muy amigo del político Antonio Maura.
Francisco Martínez Pérez, murió en su casa el Palacio de Sorribas en octubre de 1922, tenía 2 hijos José María y Manuel Martínez Noriega, , bastante religioso y pertenecía al partido conservador. Se le conocía también como «Pancho Martínez» y el Doctoral de Coria dijo de él «Alto de estatura, de mirar inteligente y apacible, de frente ancha y espaciosa, más enjuto que corpulento, de palabra flúida y suave, de entonación dulce y cariñosa».
Qué interesante José! Ya sabes que en la fundación del Banco Hispano Americano participaron varios indianos asturianos, entre ellos los hermanos Ibáñez Posada y Pedro de Teresa. En cuanto al Palacio de Sorribas, es la única propiedad que sigue en manos de la familia Martínez. Gracias.
Siguen perteneciendo a la misma familia, el Palacio de Sorribas, el Palacio de Rubianes y la casa madre de La Felguera ( Parres) con sus extensisimas fincas circundandolas .
Gracias Isabel, tú eres la que más sabe sobre la familia…Un saludo.
Francisco, tuvo 8 hijos, José Maria, Francisco, Luis, Manuel, Teresa, Angel, Concha y Luisa, Martinez Noriega, pero sólo tuvo descendencia Angel, que tuvo dos hijos, José Maria y Angel Manuel, falleciendo este ultimo a temprana edad, por lo cual actualmente el único descendiente de Francisco es José Maria Martínez-Noriega Gutierrez, propietario del Palacio de Sorribas y el Palacio de Rubianes.
Bernardo y Manuel Martinez Pérez no tuvieron descendencia, Jerónimo si, tuvo tres hijos.
Agradecemos la informacion, sobre la cita del Doctoral de Coria, de la cual no teníamos noticia.
Isabel, gracias a ti por comentar y aportar más datos a la historia. Un saludo. (Nota: Isabel es la propietaria del Palacio de Sorribas y la persona que me facilitó el acceso a la casa de La Felguera de la que hablamos en esta entrada, y también al Palacio de Sorribas y al de Rubianes, cuyos reportajes salen en el Tomo I de Palacios Rurales de Asturias)
Al ver estos paisajes tan hermosos, las construcciones tan señoriales, comprendo que la belleza no conoce límites ni fronteras, la foto 10, es espectacular,hay armonía entre naturaleza y habitat, y esa niebla que le proporciona un aire de misterio que encanta, felicidades mil veces Alejandro…
Victoria, la niebla es habitual aquí. Fastidia, pero en foto queda muy bien. Gracias.