EL PAN NUESTRO
En aquel tiempo y lugar, las posibilidades de obtener bienes y servicios fuera del hogar eran escasas.
Por tanto, la casa se convertía en el centro de abastecimiento para la subsistencia de la familia.
En distintas dependencias de la Casa del Marco se encuentra un horno de leña para hacer pan (que aprovechaba sus cenizas como detergente para lavar la ropa), una carpintería para la reparación de aperos y fabricación de enseres, un telar, una huerta, un campo de trigo, unas viñas, una bodega para elaborar vino y orujo, un establo con vacas y un gallinero.
De esa manera, la casa les procuraba sus necesidades básicas: ropa, cobijo y alimento, en un agotador trasiego durante las cuatro estaciones.
Hoy día, la mujer que enseña la casa elabora pan en el mismo horno de leña los sábados por la mañana (buena idea hacer coincidir la visita con este día), unas estupendas hogazas de 2 kilos elaboradas con masa madre, un autentico lujo.
Mañana, una entrega más, con exteriores de la casa.
Yo recuerdo bien la vida en la casa de los abuelos,… el llagar para hacer sidra, horno para el pan de escanda (la escanda ahora la venden casi como artículo de lujo), las «papas»; el maiz, las patatas, los veranos de hierba, etc, etc, vacas, perros, burros, «pitas», cerdos, conejos…. Poco o nada queda de todo eso en Asturias, para bien en muchos casos y quizás para mal en otros, ya que no se sabe el verdadero valor del esfuerzo que cuestan las cosas; y es que ahora las patatas crecen en los supermercados y los móviles siempre existieron. Telva, Pinón y Pinín, son historia. Saludos.
Al estar en la Casa del Marco, más allá de lo bien que se conserva, me dí cuenta de que tenía que ser un trabajo incesante durante los 365 días, solo para procurar las necesidades básicas de la familia.Un esfuerzo agotador, con las amenazas de los fenomenos meteorológicos, las enfermedades de personas y animales, y las épocas de escasez. Saludos.
Hasta no hace muchos años ahi en Los Oscos hacían el pan para una semana o dos y funcionaba la economia de subsistencia. Me apunto el día en que lo hace la paisana para poder probarlo. Coincido con Patricia en que, tiene una pinta bueniiiiiiiiiiiisima.
Una vez más, también lo puedo certificar. Yo compré uno y me duró una semana tan ricamente.
Mmmm, ¡qué buena pinta tiene ese pan de pueblo! Muchos panaderos deberían mirar atrás y re-aprender su oficio, ¿no creéis?
Lo puedo certificar. Yo lo probé, todavía caliente, y es exquisito.