ESOS OJOS QUE TE MIRAN
Muchas veces me dejan a solas con mis cámaras. Me muevo entonces en silencio por las habitaciones de un casa de indianos que no conozco, entre crujidos de muebles, suelos y ventanas, y las miradas en blanco y negro de señoras y señores.
Son miradas siempre dignas, a veces rígidas y un tanto hieráticas. Algunas fotos, dependiendo de la habilidad del retratista, sólo identifican a la persona, como en un carnet de identidad. En cambio otras destilan poder, o expresan sufrimiento, o abrigan esperanza, pero todas ocupan un espacio en las paredes de una casa que hace mucho tiempo habitaron.
La mayor parte de esos rostros están adornados por marcos lujosos, dorados, barrocos, y en gran tamaño presiden salones y despachos. En otros casos, los seres más queridos ocupan en pequeño formato mesillas de noche, oratorios, salas de música, e incluso algunos yacen a oscuras en el fondo de cajones y armarios, purgando olvidos, traiciones y desamparos.
Fotos amarillentas y desvaídas, que fijaron para siempre esos ojos curiosos que te miran.
¡Ay Alejandro! No sé qué me gusta más, si las imágenes o tus palabras. Has escrito un texto precioso que a mí también me ha emocionado. Entiendo que las casas cambien y evolucionen, pero soy muy partidario de que se reserve un sitio especial para la imagen de los primeros propietarios, ¡suyo es el mérito!
Ahora descubro que esas fotos tan envaradas tienen una emoción especial y, cada vez que voy a una casa, es de las primeras cosas que busco.
Estas fotografias, en color sepia unas y en blanco y negro otras, son como girones de vida que quedarón atrapados en ellas, y el buen fotografo ha sabido captar esos momentos, unas veces alegres y otros tristes. Me gustan todas las entradas que nos muestras, pero hay algunas como está, la de Carmelina, o las de Dª Socorro que tienen un no se que, que me llega mas que las demas.; las siento mas cerca. No sé si me explico. Un saludo.
Te explicas muy bien Mª Luisa. A mi también me gusta contar estas historias en el blog, y seguro que habrá más. Muchas gracias.
No se que encanto tienen esas fotos en blanco y negro, primero parecen tristes, al primer vistazo todas se parecen, pero luego cuando observas con detenimiento, con mas detenimiento y esmero del que pueda necesitar otra foto de las de color, por que debes fijarte en los detalles, en nimiedades para captar esa mirada, esa posicion forzada….y entonces empieza a cobrar vida esa foto, entonces cuando le ves el alma no consigues olvidarla, no es una foto mas.
Liz, esa es la labor de un buen retratista, tratar de «desnudar el alma» del retratado. Las fotos en blanco y negro carecen además de las distracciones del color: todo es esencia, para bien y para mal.