EL CRUCERO
Los cruces de caminos eran antaño lugares de encuentro donde intercambiar mercancías y cerrar tratos.
Los comerciantes más avezados situaban allí mismo sus negocios, y los más prósperos levantaban edificios e instalaban tiendas en sus bajos.
El Crucero – en Tineo- fue uno de esos enclaves perfectos, desplazado ahora por los nuevos trazados de las carreteras y la velocidad de los tiempos.
Quedan -como testigos de entonces- algunas casas casi deshabitadas que hoy resultan desproporcionadas.
Delante de esta construcción de varias plantas que aún pugna por llamar la atención, se me va la vista a la entrada de un viejo comercio, con sus telas de araña a modo de cortinajes nostálgicos.
Seguramente esta pequeña caseta era una oficina de intercambio entre ganadero y fabricante, con mesa de por medio y libreta del haber y el debe.
No todo se ha perdido, quedan en El Crucero dos restaurantes que gozan de fama por su cocina tradicional asturiana: Casa Lula y Casa Emburria, con origen -como no- en el capital indiano reunido en América.
ÚLTIMOS COMENTARIOS