DETALLES DE LA CASA GRANDE
No sé exactamente cuando, pero un día cualquiera la señora salió sin equipaje para no volver, y la puerta se cerró para siempre.
Fue al menos hace veinticinco años y, al cerrar la puerta, todo quedó en su sitio; los objetos testigo de una vida, el día a día de una rica familia de indianos.
Ahora todo sigue igual en la que se conoce en Castropol como “la casa grande”. El indiano Ricardo López había hecho fortuna en Argentina, pero murió joven de tuberculosis. Su hijo Ricardo heredó la casa y, al morir éste, su viuda resistiría sola durante años, hasta que el esplendor dejó paso a la decadencia. Se sucedieron los achaques de esta casa de 900 metros cuadrados y ya no era posible afrontar los costes de reparación.
Llegó el momento de marchar.
La casa se vendió y sus actuales propietarios, que nunca han vivido en ella, han dejado las cosas tal y como estaban. Nada se ha movido ni se ha vendido. Tan solo una pátina de polvo, como lluvia fina, va cubriéndolo todo.
Incluso el calentador de agua, para meter entre las sábanas, sigue apoyado en la butaca, esperando tal vez que la doncella, como cada noche, venga a preparar el dormitorio de los señores.
Nota: otro día veremos más de la casa. Merece la pena.
Que hermosos detalles llenan esta bellísima casa. Gracias por alegrarnos los ojos y el corazón.
Margarita, hacía tiempo que no veía estas fotos. Esa casa es un tesoro.
Tambien a mi me gusta, y solo con mirarla se respira ese aire de decadencia y nostalgia por un tiempo pasado sin duda esplendoroso. Es una pena abandonar una casa que un día fué un hogar, y dejar tus pertenencias olvidadas. Un saludo.
El tiempo se ha detenido en esta casa. Me encanta tu texto Alejandro, ademas de las preciosas fotos recogiendo delicadamente los recuerdos de una vida que quedaron atras.
Ana, esta casa fue una corazonada, me parecía que podía ser interesante por dentro y estuve buscando a sus dueños un tiempo para conseguir entrar. Me alegro que te haya gustado, en unos días más.
Está casa no empezó su construcción en el año 1907, y eran planos de Laguardia.
José, no me queda claro en tu comentario si afirmas o preguntas. En cualquier caso, la fecha que yo tengo de esa casa es 1912, aunque puede ser aproximada. Sobre la posible autoria de Juan Miguel de la Guardia, es muy interesante esa posibilidad. Como sabes, él estaba en esos años vinculado al colectivo americano de Castropol, ocupado en las obras del casino (que se inaugura en 1911), asi que bien pudo tener otro cliente en Ricardo López. La casa está situada a apenas 100 metros del parque Vicente Loriente Acevedo y del casino, en la calle Enrique Vijande, otro indiano influyente de la época. La casa no figura atribuida a de la Guardia en los datos que yo tengo, pero eso no significa nada, ya que no hay constancia de muchas de las obras de estos arquitectos, o puede también que sea una obra menor. Un saludo.
Debe de ser una delicia pasear por semejante lugar, la de historias que podemos imaginar viendo las fotos.Se paladean como un rico helado en verano. Saludos.
Ramón, en unos días seguiremos visitando la casa aquí en el blog. Saludos.