VILLA FLORA Y SUS LEONES
Por el detalle de la balaustrada que abre este post ya se ve las ganas de destacar de esta casa.
Hay muchos otros elementos que llaman la atención, pero antes voy a pasar al interior.
Al otro lado de la puerta, en el hall, nos recibe una pintura en el techo enmarcada por un estuco a modo de guirnalda.
Alguien me dijo que la mujer protagonista de la escena era alguien de la familia pero no recuerdo quién.
En la entrada anterior te presenté la casa de Eduardo García Valverde.
Eduardo pasó muchos veranos de su infancia en esta casa, en compañía de su hermana Concepción que más tarde celebraría aquí su boda.
Era propiedad de su tío Manuel, uno de los hermanos García enriquecidos en la industria textil de Puebla, México.
Ha llovido mucho desde entonces y la casa ha pasado por varios propietarios, todos indianos.
Ahora está completamente vacía por dentro pero conserva, además de la pintura mencionada antes, los impresionantes estucos de lo que debió de ser el salón principal de la planta baja.
Es conocida popularmente como la Casa de Los Leones por los dos animales que custodian la escalinata principal.
Un pariente de los primeros propietarios me la nombró como Villa Flora y prefiero ese nombre.
Está situada en lo que hoy es la calle Pidal de Llanes, muy bien acompañada de un buen número de casas de indianos.
A pesar de tener las trazas de una casona tradicional, con un volumen cúbico, tiene muchos elementos decorativos que la hacen destacar.
Además del pórtico con terraza, los enmarques y recercados de las ventanas, los miradores, los esgrafiados y en general la calidad de los acabados.
En la fachada lateral también hay miradores y se puede ver que la fachada sur tiene una galería soportada por columnas que ocupa toda la segunda planta.
La casa se construyó en la década de 1890, y ya aparecen los primeros elementos ornamentales Art Nouveau en los esgrafiados de la fachada.
Seguramente el proyecto se debe a un maestro de obras, pero el resultado muestra tanto el poderío del indiano como la habilidad del tracista para copiar elementos de la arquitectura culta.
Me parece una casona Preciosa , llena de mil detalles en la fachada y en los otros lados, esos leones dando la bienvenida, la galería de la fachada sur y el resto de los miradores, pero lo que más me ha gustado son los frescos del techo , son una maravilla , quién sería el pintor?, esos estucos que rodean el fresco son una obra de arte , los angelitos tan rechonchos o gorditos como contrastan con ese azul intenso que parece que están flotando, me encanta y me resulta tan familiar.
Ignacio, no sé quién será el autor de los estucos, seguro que hizo muchos en otras casas de la época. Toda esa decoración habla del lujo de la casa. Aunque ahora es un cascarón vacío, podemos imaginar la grandiosidad de los interiores a tenor de los techos.
Y digo yo, que entre tanta gente de aquí, de allá, y de acullá, que sigue este blog con tanto interés y entusiasmo ¿no hay nadie que conozca a un director de cine, productor o millonario que quiera hacer una serie sobre la vida de los indianos? Y de documentalista Alejandro Braña ¡Menudo lujo!!
Ahora que tienen tanto éxito las series, una de éste tema triunfaría seguro porque lo tiene todo: pobreza, emigración, trabajo, éxito, amoríos, vuelta a la tierra, etc etc.
Carmeta, apuntas alto! Es posible que llegue algún día. De momento el tema se aborda desde documentales parciales que tocan aspectos concretos. Lo otro creo que requiere muchos medios.