ENCANTOS INDIANOS
El sábado por la mañana me enamoré perdida e irremediablemente de esta casa, que se le va a hacer.
Concretamente el flechazo se produjo al ver este maravilloso porche, que respira relax caribeño por todos sus poros. Ahí estaba su techo de madera, su baldosa hidráulica, su sombra permanente protegida por dos magnolios; toda la nostalgia del indiano volcada en este espacio capaz de llevarle de vuelta a Puerto Rico cada tarde, en medio de las nieblas de la siesta.
Villa Consuelo, situada en San Miguel de San Román, concejo de Piloña, se asoma al borde de una pequeña carretera comarcal, a las afueras del pueblo, apenas separada por una verja blanca que disimula sus encantos.
Fue un encuentro casual, toda la mañana fue la versión asturiana de una “ducha escocesa”: sol-lluvia-viento-nubes, un ciclo interminable en intervalos de apenas veinte minutos, pero que en sus momentos de esplendor filtraba una luz brillante, atenuada por los claroscuros.
Esta tarde la contemplé un largo rato,es encantadora.
Ofelia, la casa me parece maravillosa, coincido contigo. Esa verja y ese porche…, muy bonita.
No se te puede culpar por este enamoramiento…es muy entendible… Es fácil enamorarse de lo bello , y esta casa lo es . Simplemente la reja ya es de catálogo. El porche es estupendo , aunque ese techo lo encuentro excesivamente bajo para lo amplio que es…por ponerlo un «pero». Me quedaría más a gusto en ese envidiable galería que se dispara al exterior para adentrarse en el paisaje.
Particularmente me gusta este tipo de arquitectura de casa indiana con sabor caribeño. Son más sencillas y de proporciones más humanas y tienen ese toque exótico de distinción que las diferencia de esas otras con las que no pueden competir en tamaño ni en grandilocuencia. Ya puedo hacer un «ramillete» adorable con villa Consuelo, villa Rosita (de Querúas) y la casa de Manuel Toyos (Libardón)… SALUDOS
Nicolás, este tipo de casa tiene proporciones más «humanas», más llevaderas para vivir y disfrutar el día a día. Creo que las otras son para admirarlas, que no para tenerlas (demasiado engorrosas). Tienes razón sobre la galería, es el contrapunto al porche, bien orientado para recoger el calor, y con buenas vistas. En fin, lo tiene todo. Saludos.
¡Bienvenido, Alejandro! Te echaba de menos.
Me gusta Villa Consuelo. Me gusta mucho el cerramiento de la finca, la verja blanca y la piedra. Y cuando florezcan esas hortensias podadas, imagina lo que debe ser una tarde de siesta, charla o libro, acunado en una «comadrita» (así llaman en Cuba a las mecedoras), en ese porche, con buen tiempo y el olor de los magnolios… ¡¡¡Mmmmm!!! ¿A que he puesto los dientes largos a todo el blog? ¡Yo también los tengo!
Un abrazo a todos.
Gracias Maite, estoy encantado de estar de vuelta. El porche es amplio y bien resguardado de los vientos, se puede hacer mucha vida en él, y me gusta imaginar que el indiano encargó algo muy parecido a lo que tenía en su casa de Puerto Rico para vencer la nostalgia de aquel clima.
Consuelo murió en Gijón en 1962
José, siempre me sorprendes con tu capacidad para encontrar datos, y te agradezco que los compartas aquí.
Hay bonitas casas por la zona…. y por supuesto maravillosos paisajes !. Saludos.
Ramón, ya encontré la casa de la que hablabas en Villamayor, te la pongo en el Cuaderno uno de estos días. Un saludo.
Hola Alejandro, me encanta seguirte, mi blog tiene encadenado el tuyo y me resulta muy útil para mi trabajo como guía de Turismo del Principado. Me encantará hacerme con alguno de tus libros sobre las casas de indianos en Asturias. Gracias por tu sensibilidad, única y dedicada.
Gracias Regina por comentar y por el enlace. Ser guía de turismo es un trabajo precioso que debe de estar repleto de historias interesantes, quizá quieras compartir alguna aquí. Un saludo.
Bienvenido de nuevo Alejandro.Muy bonita la casa. De esas, a las que yo les llamo rotundas, por su aspecto de solidez, y elegancia. Un saludo.
Es muy bonita, con el tamaño justo, y ese porche!.