
SAN EMILIANO

En San Emiliano hay dos bares con pocas existencias y una iglesia grande con pocas almas.
La cuenta atrás continúa. Quizá queden menos de veinte habitantes en este hermoso pueblo situado en el extremo occidental del concejo de Allande, cercano a Grandas de Salime.
El conjunto abigarrado, de casas de piedra y grandes hórreos decorados, cuelga de una ladera entre castaños, contemplando el cauce estrecho del río Navia, que corre liberado tras superar el embalse.
Todo parece lejano y olvidado: una torre del siglo XVI, de la que hablaremos mañana, unas pocas vides aquí y allá, recuerdo del cultivo que los monjes benedictinos introdujeron en el siglo XI, las ruinas de algunos barracones al borde del río, testigos del último esplendor del pueblo durante la construcción de la presa a mediados de los años 40, y hasta una señal que nos informa que San Emiliano fue declarado conjunto artístico y pintoresco en 1971.
Se llega al pueblo por la AS-14 desde Grandas o desde Pola de Allande cruzando el Puerto del Palo. Merece la pena visitar la cercana Central de Grandas de Salime.
A Santo Emiliano bien podría denominarsele como el pueblo museo, y no me extraña que fuera declarado conjunto artistico y pintoresco porque realmente lo es. He estado dos veces recorriendo sus callejuelas, admirando su conjunto arquitectonico y disfrutando del silencio y la tranquilidad. Las dos me he encontrado con un hombre joven, que va por las calles captando a todo aquel que se encuentra, para contarle lo malvado de la humanidad; no sé si te lo habrás tropezado en alguna ocasión. Ademas de la central de Grandas, tambien, muy cerca se puede admirar el Texo milenario de Lago, del que me imagino habrás hecho preciosas fotografias. Espero la entrada de mañana, para que nos hables de la torre.
Un saludo.
Mª Luisa, ahora que lo dices si que recuerdo a un hombre que vivia junto al pasadizo que sale en la foto y que no dejaba de hablar en voz alta con gestos muy elocuentes, pero no sé sobre qué disertaba. Yo iba acompañado del dueño de la Torre y él no parecía prestarle la más minima atención. Un saludo.