VILLA SANTA JULITA
Es una casa de indianos poco convencional; parece un convento y tiene una notable biblioteca.
La primera vez que me acerqué a verla, pasé de largo varias veces, convencido de estar en el lugar equivocado: “esto no puede ser una casa de indianos”.
La explicación la tuve tiempo después. Emilio Martín González del Valle la mandó construir a finales del siglo XIX para albergar un asilo que honrase la memoria de su primera esposa, Julita, fallecida al dar a luz a su octavo hijo. Posteriormente, tras volver a casarse, decidió convertirla en su residencia de verano.
En el interior destacan dos estancias. Por un lado, la capilla, muy grande, con un altar neogótico realizado en mármol y dos cuadros de gran formato titulados “La Caridad” y “Crucifixión”.
Por otro lado, la biblioteca. Martín González del Valle, nombrado primer marqués de la Vega de Anzo, era un hombre culto, muy religioso y gran emprendedor. Por lo que yo he podido ver, las referencias abarcan una gran variedad de temas, de lo político a lo técnico y lo religioso. No recuerdo una biblioteca como esta en otra casa de indianos.
Villa Santa Julita está situada en Grado, capital del concejo del mismo nombre, justo a las afueras, en un lugar llamado Castañedo.
El uso de la luz en el fresco de la Crucifixión es simplemente alucinante. Aparte, ¡es enorme! ¿Cuánto debe de medir? La biblioteca, como decís por ahí, es un pequeño tesoro y la lámpara que cuelga en ella parece ir a caballo entre el art nouveau y el art decó. Nunac había visto una así, es preciosa. Felicidades, Alejandro. Las fotos son muy, muy buenas. Como siempre. 🙂
Me encanta la biblioteca. Siempre es el lugar mágico que nos transporta donde queramos.
Como siempre Alejandro nos propones otra forma de pasar estos días de fiesta y gracias a tí nos fijamos en los detalles que no veríamos.
Gracias Montse. Para los que nos gustan los libros, una biblioteca tiene un encanto infinito, para perderse descubriendo tesoros.
Hasta que la ví en el libro «Un viaje en el tiempo» yo también creía que era un convento o algo así, se ve que la segunda esposa ejerció presión! La verdad que el hombre debía ser bastante culto, ya que como tu dices los indianos no solían ser muy dados a tener bibliotecas en casa, eso sí la mesa de billar, rara vez falta.
Como digo, yo no recuerdo ninguna. Vi bastantes libros en Las Raucas, los hermanos Ibañez Posada eran también hombres con una gran formación, pero no una biblioteca de estas características. También me podría imaginar, no tengo datos, una fabulosa biblioteca dentro del Palacio de Mendoza Cortina, en Pendueles. El conde fue un hombre culto y refinado.
El indiano era más bien el padre de Emilio Martín y Anselmo González del Valle y Carvajal, Anselmo González del Valle y Fernández Roces.
La 1ª esposa de Emilio Martín era Julita Fernández de Miranda y Vives, hija del General Ponte y hermana Alvaro Fernández Miranda y Vives vizconde consorte de Campo Grande, y autor a principios del s. XX el libro «Grado y su concejo».
El palacio se encuentra en la parroquia de San Vicente de Castañedo, aunque hoy esta casí unido a la capital del concejo no pertenece a está.
José, me vas a permitir que, para los que no somos de la zona, me tome la licencia de considerar Castañedo un «barrio» de Grado, saliendo por la AS-237. Solo a efectos de encontrar la casa más facilmente para los que pretendan visitarla. Te agradezco también que aclares que fue el padre de Emilio Martín el que hizo fortuna en América, Un saludo.