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Publicado por Alejandro Braña | 16 Abr, 2020 | Arquitecturas Olvidadas | 6
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Hay Torres feudales , ésta sería un buen ejemplo , que se aferran al terreno como si la propia tierra las hubiera parido. Se mantienen casi en el aire haciendo juego de equilibrios difíciles de creer y resistiéndose a caer. Parece que tuvieran aún ese orgullo nobiliario que les da fuerza para desafiar las leyes de la gravedad.
Son auténticos supervivientes que sin tener ya vida propia se la han prestado al paisaje para enriquecerlo .
Preciosa torre , precioso paisaje y preciosas fotos .
SALUDOS
Nicolás, supongo que ocho siglos de existencia le dan derecho a fundirse con el paisaje. Pequeñas señales de civilización en mitad de la nada.
Maravillosa fotografía, Alejandro. El enclave natural es precioso, y la textura de la piedra casi que la puedes tocar. El clima me resulta familiar, llevamos toda la semana con esas nubes y esas luces aquí en los montes y campos verdes de Extremadura. Abril se despliega glorioso, con sus lluvias y tormentas
He estado un tiempo ausente, es un placer poder visitaros de nuevo.
Un abrazo.
Gracias María por regresar. Hice estas fotos en Febrero, en uno de esos días inusualmente cálidos que nos brinda el invierno, y esas nubes eran un espectáculo en si mismas. Saludos.
Un buen lugar para confinarse, sino fuera que está insalvable. En Asturias escasean, el año pasado visité la de Villa de Moros, totalmente rehabilitada para alojamiento turistico. En La zona de las Cinco villas en Aragón hay numerosas, algunas en pésimo estado, pero espectaculares. Saludos!
Alberto, tengo en mi lista de Torres pendiente de fotografiar la de Villademoros. Estaba planeando ir cuando se nos ha venido todo esto encima. Un saludo.