
SOBRE UN LUGAR ESCONDIDO

A este lugar remoto, a esta península diminuta alejada de todo, se le conoce como La Llomba (loma, en asturiano).
Es el fondo del valle, un saliente de tierra que bordea caprichoso el ancho cauce del río Navia. Cuentan que hasta aquí llegó a establecerse una familia de comerciantes franceses en el siglo XVIII.
Una estrecha carretera desciende vertiginosa y muere en la casa donde vivieron, el Palacio de los Monjardín, en el vértice de La Llomba.
El sol apenas lo baña, se respira humedad, silencio, supurando las paredes de la humilde capilla de San Antonio, confinada en un lateral del Palacio, asediada por la vegetación, con su libro de rezos en latín, su imaginería sencilla, y su pequeño reino que dejó hace mucho de ser de este mundo.
Está en Gío, concejo de Illano, más allá de Boal, camino de San Esteban de los Buitres, siguiendo la carretera.
Nota: me gustan estas capillas, te he enseñado otra aquí, y pronto habrá más.
Es muy impresionante, y para mi más, ya que perteneció a mi abuela.
Recientemente he leído una noticia publicada por europapress titulada: «Asturias abre el proceso para proteger las 29 construcciones más destacadas de la Guerra Civil». Al principio me desconcertó un poco el título puesto que me daba a entender algo relacionado con la guerra civil del 36, y no me cuadraba… Cuando me puse a leer me di cuenta de que se trataba de la arquitectura civil, y vi que entre todos los monumentos que nombraba, estaba este palacio que nos dabas a conocer hace poco tiempo. Espero que este tipo de protección que le otorgan sirva para algo mas que para ver como se cae un monumento «protegido».
Saludos.
Matias, he ido a buscar la noticia en el diarío El Comercio, y el título se refiere a construcciones relacionadas con la Guerra Civil, pero luego cita otros acuerdos que han tomado, entre ellos el de declarar este palacio Bien de Interés Cultural. Bienvenido sea, todo lo que suponga protección.
Muy bonito el conjunto, detenido en el tiempo y viendo los años pasar. Por cierto, algo había oído en referencia al cementerio de regulares ; creo que había intención de restaurarlo. Un saludo.
No lo sé, Ramón. Aquello está totalmente abandonado. Un saludo.
Me encantan estas capillinas alejadas de toda ruta turistica, y que se conservan en estado puro despues de tantos años. Son tan sencillas, y producen tanta tenura, que cuando paras a orar, da la impresión de que tu plegaria vaya a llegar con mas rapidez al cielo (si lo hay). Por cierto Alejandro ¿fuiste a visitar la de Brieves? Te gustará porque es muy rustica y muy, muy antigua. Un saludo.
Mª Luisa, estuve, y ese día llovía tanto que no llegué a bajarme del coche por miedo a fastidiar una cámara. Esa mañana venía de Luarca y pasé por el cementerio musulman de Barcia, luego la tarde empeoró y…, pero volveré.
Qué curioso es que unas mismas fotografías sugiera opiniones tan diferentes: a Martín le provoca tristeza por el deterioro que provoca el paso del tiempo en estas construcciones y a mi ,por el contrario me alegra ver y saber que aun hoy existan rincones como este de la Llomba, inalterados ,sin intervención humana ,con su pátina natural y en perfecta armonía con el entorno. Yo , desde luego, seré de los que den gracias de que exista y me apunto en la agenda de próximas visitas esta encantadora capilla que haría las delicias de aquellos románticos del XIX deseosos de conocer lugares dormidos en el tiempo como este. SALUDOS
Nicolás, no dudes en acercarte cuando estés por la zona, la señora es encantadora y te lo enseñará gustosamente. A mí me encantan estos lugares que son puro descubrimiento, sin folletos, sin señales, sin guías; se establece un contacto diferente con las cosas. Saludos.
Vaya, no conocía eso… ¿pertenecía entonces a la casa de los padres de Társila? Muchas gracias!
Efectivamente, y sus padres cedieron la finca sobre la que se construyó Villa Excélsior.
Me encanta la foto con la entrada y los helechos. Es como si estuviera descubriendo un tesoro arquitectónico en las profundidades de la selva.
Montse, este lugar es un poco selvatico y agreste, y hay tanta humedad que los helechos nacen entre las piedras. Tiene algo de Indiana Jones en Illano, un decir…
Al ver esta entrada me acordé automáticamente de la capilla de Villa Excelsior, espero que también la restauren…
Martín, la capilla que mencionas no pertenece en realidad a Villa Excélsior, sino a la casa que está al lado. La capilla ya estaba ahí mucho antes. Cuando se construyó Villa Excelsior, quedo enclavada en una esquina de la finca, extramuros.
¡Qué sensación al ver estas fotos! La verdad que me quedo algo triste al ver tanta destrucción, tan acusados efectos por el paso del tiempo… No sé qué futuro tendrán este tipo de capillas, supongo que muchas ya habrán sido destruidas por vándalos, por dejadez… Un día nos podrías hacer un recorrido por capillas indianas, ¿ésas, en general, suelen estar mejor cuidadas no?
Martín, es una buena idea. No hay muchas que se conserven, la ocupación de la mayoría de casas de indianos durante la Guerra Civil hizo estragos, pero quedan algunas cosas interesantes, me lo apunto.
Que bonitos son estos palacios rurales de formas sencillas y toscas. Esta capilla me parece muy pintoresca con su reja de madera y su retablillo. Que curioso el banco que tiene una pequeña celosia. La de pecados que habra oido ese confesionario improvisado… La imaginería también sencilla pero para los antiguos moradores del palacio seguro que representaría a la perfección lo mas divino…
Matias, el cierre de barrotes de madera, abierto a la vista, es típico en las capillas del Occidente de Asturias. Sobre el confesionario, el cura se sentaba y el que iba a confesarse tenía que estar de rodillas en el frío suelo, una forma de penitencia. Saludos.