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Te conocí y me enamoré, de tus fotos, de tus arquitecturas olvidadas, de los textos que acompañan.
Gracias por hacer la vida un poco más bonita
Gracias a ti Lucía por seguir el blog. Es un placer tener este rincón para contar cosas y mostrar fotos. Un saludo.
¡Qué hermoso paraje, Alejandro! Coincido con las descripciones de los compañeros, romántico, mágico, sublime… Siempre me ha llamado la atención estos bellos y aislados monasterios románicos que salpican todo el norte de la geografía de nuestro país, construidos en apartados y hermosos parajes, donde sólo se respira paz en medio de enclaves naturales únicos. Por aquella época, se quería volver la mirada hacia un sentimiento religioso desnudo, vivir y experimentar la vida espiritual en toda su sencillez pero a la vez cargada de toda su trascendencia, a través de la oración y la meditación contemplativa. No fueron pocos los grandes místicos, en su mayoría desconocidos, que habitaron los muros de estos monasterios, siglos antes de que se reviviese esta corriente de manos de figuras de la talla de Santa Teresa o San Juan de la Cruz.
Estupendas fotografías bañadas en esa luz norteña que transmite toda la gran gama de matices de verdes y azules para quien las contempla. En ese sentido, espectacular la segunda fotografía, las distintas tonalidades de verdes parecen no tener fin.
Gracias por tu aportación María. Los monasterios en Asturias no han tenido mucha suerte desde el punto de vista de la conservación. Seguramente saldrá alguno más en esta sección del blog. Lo que conservan es ese espacio remoto, apartado, apto para la contemplación y el recogimiento.
Gracias por este Blog y los paisajes y arquitecturas que nos ofreces. Una pequeña joya que siempre es agradable de descubrir con regularidad en nuestro correo. Ojalá sirva también para apreciar mas y recuperar nuestro patrimonio
Gracias Alfredo, me sumo a tu deseo de apreciar y conservar nuestro patrimonio.
Gracias por mostrarnos este lugar. Las fotos, como siempre… impresionan. Un pedacito del cielo en la tierra.
Saludos
Gracias Nilsa. Un abrazo grande.
Efectivamente yo también coincido : » sublime, romántico , mágico «…
Da igual cuántas veces vayas, cada vez que lo haces tienes la misma sensación : la de estar viajando en el tiempo y haber retrocedido en él.
Un minúsculo rincón , perdido de la mano de Dios y !! con tanto que contar…!! Cómo puede uno imaginarse que, después de ese descenso vertiginoso desde Pimiango hacia el infinito del mar , vaya a encontrarse en medio esa campa verde y bonita de San Emeterio y en el centro de ella una ermita , que más bien parece que hubiera salido de un cuento de misterio o de una novela cinematográfica como la de «El Señor de los Anillos». ( Dónde si que salió , por cierto, es en la película de «El Abuelo», una escena preciosa con Fernando Fernán Gómez y Cayetana Guillén -Cuervo ).
Por si fuera poco eso , se le suma al conjunto una cueva, la del Pindal. Preciosa por su cavidad, por sus pinturas y por su ubicación única sobre el mismísimo acantilado, algo excepcional.
Seguir el sendero y llegar después de una mini caminata entre encinas marítimas a las ruinas del Monasterio de Tina Mayor , motivo de tu entrada, es el regalo final a una experiencia única que ya quisieran muchos parques temáticos tener.
SALUDOS
Yo he estado varias veces, una de ellas en pleno Agosto, y me sorprendió que no hubiera nadie. Toda la zona está repleta de atractivos.
Siempre una estimulante sorpresa, siempre un descubrimiento esos hallazgos que compartes con nosotros
Gracias!!!
Gracias Natalia, me alegro que te guste.
Me encanta!!! Muchas gracias x tan bonito reportaje!!!
Gracias Mari Gel.
Este, sin duda alguna, es uno de los lugares mágicos de Asturias, porque lo reune todo. Estuve hace ya varios años, visitando la cueva del Pindal primero, donde, casi casi, cerrando los ojos, y con un poco de imaginacion, escuchas a quienes nos antecedieron deambulando por el interior de la gruta, arrullado todo con el rugido del mar. Subir hasta la ermita de San Emeterio, y llegar hasta el Monasterio de Tina, donde solo se escucha el silencio, es un balsamo para el alma.
Otra entrada preciosa, de las muchas, con las que nos haces soñar y disfrutar.
Una excursión muy completa la que sugieres y que yo suscribo. Completar con una visita a Colombres y ya tenemos el día perfecto.
El silencio en cualquier monasterio es una situación muy especial, aún en ruinas, maravilloso lugar como el próximo de San Antolín de Bedón, y quizás en los restos de la isla “monasterio” donde dicen solo quedan piedras, que yo no he visto, porque la zona es pura maleza. Con el valor añadido al encontrarse en la costa.
Alberto, yo tampoco conozco ese rincón que mencionas. Esa zona de costa es escarpada pero guarda muchos paisajes especiales.
Precioso lugar y precioso entorno!!!,
Enhorabuena por las fotos y el reportaje
Gracias José Luis.
Gracias, Alejandro, por dirigir tu mirada y tu luz hacia las sombras del olvido y del abandono. Y por la generosidad de compartir la belleza que arrancas en cada imagen con quienes siempre esperamos la llegada de tus correos.
Gracias Berta por tus palabras, es un placer hablar de lugares como este.
Preciosas las fotografías y la evocación. Es un espacio sublime y romántico, en su más puro sentido. Ese silencio y ese entorno desde luego merecen una visita. ¡Gracias!
Yo también recomiendo la visita. Gracias Martín