MEMORIA DE LA SIDRA
La sidra deja buenos recuerdos hasta cuando no se bebe.
Lejos del bullicio de los chigres y fiestas donde se consume, hubo un tiempo en que se su elaboración era casi una labor de amor.
En palacios y casas de indianos quedan aún los vestigios de aquellos tiempos: prensas, toneles y demás artilugios de madera que hoy lucen nobles telarañas entre paredes oscuras de piedra.
Es un mundo olvidado, entrañable, y tan fotogénico que no he podido resistirme.
Lagar en un palacio de Piloña
Las últimas manzanas de la cosecha descansando sobre la madera.
Lagar en Libardón, concejo de Colunga, un pueblo con gran tradición indiana que veremos pronto.
Uno de los más antiguos que he visto, en la casa de indianos de la familia Corujedo, Riberas de Pravia, Soto del Barco.
Otro lagar, en la Torre de Valledor, concejo de Allande.
Y para terminar, un bodegón sobre la sidra que hice para la portada de una revista.
Se me antoja una botella de sidra con lacón, en «La mula torda» en compañía de Felipe y Ana (Langreo) pero a 12,000 km. ni modo que hacer.
saludos desde Villahermosa, Tabasco, México («La esmeralda del sureste»)
Raymundo, espero que lo pueda disfrutar pronto, a este lado del «charco». Un saludo.
En el pueblo de San Esteban de las Dorigas, donde nació mi padre, vive el escultor y pintor Legazpi en una casona,no de indianos, creo, donde conserva un llagar inmenso que es una autentica maravilla. Hace años la Caja de Ahorros de Asturias (cuando aún se llamaba así y no esa horterada supina de Liverbank) sacó unos calendarios con fotos de escenas costumbristas asturianas y en una de ellas (no recuerdo si en alguna más) salía el llagar. No lo conozco in situ, pero por las fotos parecia enorme y en perfecto estado a pesar del tiempo.
Mariam, afortunadamente quedan muchos llagares en palacios, casonas y casas de indianos, la mayoría en precario estado de conservación (todo es madera al fin y al cabo). Las fotos no dan la dimensión de lo grandes que son en realidad, es la razón por la que muchos desaparecen, se gana un gran espacio para la casa. La parte etnográfica que rodea al mundo de la sidra es muy interesante y fotogénico.
Me pica la curiosidad con la ubicación del palacio piloñés … , la foto del de Allande , parece detenida en el tiempo.. y respecto a la última foto…. es una «boda» de tradiciones astures. Saludos.
Sobre la «boda», esa era la intención, unir esos dos elementos de nuestra tradición. El palacio de Piloña es Garrida, en el pueblo de Lozana, una casona muy interesante. Y respecto a Allande, es que lo tienen impecable. Saludos.