LOS TRAPOS SUCIOS
Los lavaderos eran también conocidos como “el mentirosu” o “radio llavaderu”.
Por un lado, acudir al lavadero era la oportunidad para intercambiar información, comentarios, críticas, y noticias de casorios, durante el duro y tedioso remojo y friegue.
Por otro lado, era un valioso foro para el relato de cuentos, tradiciones, leyendas, poemas, y canciones, en una época en que las mujeres tenían una vida social muy limitada.
A pesar de su caída en desuso, aún quedan muchos lavaderos por toda la geografía asturiana. Los indianos contribuyeron de forma decisiva a financiar muchos de estos equipamientos en sus pueblos de origen. Uno de los más grandes y mejor conservados es el de Boal. Fue construido en 1928 gracias a la aportación del indiano José Sánchez.
Este enorme lavadero tiene un pilón de 12 metros de largo por 2,40 de ancho para un uso simultáneo de 24 mujeres.
En el otro extremo de Asturias, en el pueblo llanisco de Balmori, se conserva otro lavadero, pegado a la vía del tren, y financiado por el indiano José de Parres en 1911.
Quedan otros muchos, diseminados por espacios de gran belleza, junto a riachuelos, en plena naturaleza, como este cerca de San Luis (Boal).
Me encantan las fotos de los lavaderos,piezas importantisimas en la historia ,por lo menos en la de mi pueblo.Bueno la verdad es que me gustan todas las fotos que pones.En Serantes hay dos bastante bien conservados.
Charo, yo recuerdo uno restaurado, con molino, cerca de Villamil. Tengo que buscar la foto. El verano pasado estaba por ahí fotografiando las playas de la zona, camino arriba, camino abajo, y me lo encontré por casualidad. Bienvenida al blog y gracias por participar, Un saludo.
El lavadero de Balmori parece llevar peor vejez…. y es que los cafres no descansan !!!. Bonitas las dos fotos tipo positivo/ negativo, así seguidas me parecen muy originales. Hasta pronto.
Ramón, me costó encontrar un angulo que disimulara en parte la acción de los cafres que han puesto perdido el lavadero, está mucho peor de lo que se ve en la foto, desgraciadamente.