COMO UN PARAGUAS ROTO
Cada vez es más habitual que un titular de prensa nos atragante el desayuno.
A mí me ocurrió de nuevo con el siguiente:
Y es que no ganamos para sustos.
Resulta que un desagradable bicho -el picudo rojo- está atacando y matando a las palmeras, símbolo por excelencia del paisaje asociado al indiano que regresa a su tierra.
El picudo rojo es un insecto voraz, que por si fuera poco es capaz de volar por lo que se propaga a gran velocidad.
Para hacer esta entrada del blog me di una vuelta rápida por los alrededores de Gijón y hay muchísimas palmeras afectadas.
Sus hojas se desploman, se secan y la palmera muere en poco tiempo porque el picudo rojo se la ha comido por dentro.
Parece ser que el origen de este problema viene de una importación de palmeras procedente de Egipto que llegó a España y no guardó la debida cuarentena.
La plaga se extendió rápidamente, llegando a Portugal y pasando a Galicia y más tarde a Asturias.
Los efectos ya son muy visibles en el centro de Asturias, aunque si no se frena puede afectar a las palmeras de muchas casas de indianos.
Sería una gran pérdida. La imagen de la palmera está asociada a la casa de indianos.
Entretanto la administración se lava las manos, no deja de ser un especie exótica en una finca particular.
A nivel privado se ha puesto en marcha la plataforma stop picudo – sos palmeras. para intentar frenar esta terrible plaga.
Sálvese quien pueda.
Triste situación lo que cuentas Alejandro, era lo que faltaba, Casonas abandonadas por falta de medios económicos y encima las palmeras que adornan sus jardines muriéndose por culpa de un bicho.
Hace años en La Casona de Somao, a la entrada había dos palmeras enormes, pero siempre oí en casa que las tuvieron que cortar porque las raíces estaban tapando unos sumideros o un pozo negro, y en vez de buscar soluciones cortaron por lo sano y se acabò el problema , años después me llevaron a donde las habían tirado y eran enormes .
Hoy en día hay palmeras nuevas en su lugar como recuerdo del pasado, esperemos que el bicho pase de largo y ni se acerque por Somao
Ignacio, no sé cómo están en otras zonas de Asturias, pero hay áreas del centro, como por ejemplo Gijón, donde el problema ya es muy serio y se viene notando desde hace tiempo. Espero que hagan algo para frenarlo.
Estoy totalmente de acuerdo con vosotros. Este no es un problema de un jardín privado sino que afecta al paisaje de Asturias. Las fotos de Alejandro son desoladoras. Lo lamento tanto.
Lidia, son unas fotos terribles, soy consciente. Para compensar decidí comenzar el siguiente post con flores…
Si se entiende por exótico lo procedente de un país o cultura lejanos y desconocidos me temo que la inmensa mayoría de las palmeras que nos rodean no lo son .
La “ phoenix canariensis” o palmera canaria es la más utilizada en jardinería y la más extendida en los jardines indianos .
Esta palmera es endémica de las Islas Canarias , alli es una especie protegida .
Aunque en Galicia , Asturias o Cantabria no sea una especie autóctona no por ello se vede dejar de proteger .
No tiene sentido que en un mismo territorio nacional la palmera , según donde se encuentre , pase de estar protegida a ser ignorada .
Por lógica las administraciones autonómicas y la nacional deberían actuar en conjunto para erradicar un mal que no entiende de fronteras físicas ni políticas .
Ojalá se actúe con sensatez y eficacia para proteger parte de nuestro Patrimonio paisajístico.
SALUDOS
Tendemos a demorar las soluciones, debe de ser algo cultural. Parece que el bicho es bastante depredador y necesita un plan serio para erradicarlo.
Sí, por desgracia es uno más de los problemas de este patrimonio. A la fragilidad de las casonas se une lo delicado de ese otro tesoro que las rodea: el jardín. Las palmeras son magníficas pero, para que estén bien atendidas, exigen un mantenimiento que muchos no pueden (o quieren) pagar. Conozco casas indianas que talaron su palmera por no pagar al palmerero. Lo del picudo ya es la puntilla y creo que si no se hace algo en serio será una desolación. Efectivamente están en jardines privados pero, como las fachadas, conforman nuestro paisaje urbano (o rural). Ojalá haya suerte, concienciación y estrategias exitosas.
Tienes razón Martín, el problema va allá del ámbito privado y, al margen de iniciativas a título individual, sería deseable un plan desde las administraciones locales o autonómicas. Aquí en Gijón hay un parque público que se llama Las Palmeras. El nombre continúa pero ya no hay palmeras, acaban de talarlas todas, arrasadas por el picudo.