LA FONDA DE LA PACA
Discretamente y en mayúsculas aparece el nombre de La Paca bajo una de las ventanas.
Cruzo la calle y me acerco atraído por ese nombre para pegar la nariz al cristal.
Tal vez pueda tratarse de una mercería o de una tienda de alimentación, pero por el nombre intuyo que se trata de uno de esos lugares reservado solo a los iniciados, a aquellos que conocen la zona.
El interior está limpio y ordenado, pero no veo a nadie.
Al entrar, una mujer menuda está barriendo la escalera y una olla solitaria echa humo en la enorme cocina de carbón al otro lado del distribuidor.
Me presento; ella se llama Conchita y parece acostumbrada a tratar con extraños que están de paso.
Aunque el negocio cesó hace tiempo, todo está bien conservado. La luz entra a raudales por la galería acristalada que se abre al fondo.
LA FONDA DE LA PACA EN BOAL
Estoy en Boal, en la vía principal que atraviesa el pueblo y rodeado de casas de indianos.
Los padres y abuelos de Conchita emigraron a Cuba y lograron reunir un modesto capital con el que abrir la fonda de La Paca en Boal a su regreso.
Sus retratos cuelgan en el comedor principal junto a un espejo inclinado, en el que, por momentos, se refleja mi anfitriona mientras va y viene abriendo contraventanas.
En uno de ellos posa un hombre como orgulloso integrante de un regimiento de Granaderos de La Habana en 1893.
Conchita no quiere salir en las fotos. No tiene prisa y yo tampoco. Hablamos a distancia mientras ella vigila el puchero y yo el visor de mi cámara.
Nos despedimos junto al mostrador del bar-tienda y la veo alejarse, abrir el aparador y sacar un plato…
Que encanto tiene este lugar y desde luego las fotos y como nos describes a la dueña nos hace desear conocerlo, más si le gustan las visitas.
Marta, todo en Boal es un gran descubrimiento. Te lo recomiendo si no lo conoces.
No lo conozco , cuando pase todo ahí iremos. Gracias!
Esa carretera donde está la Fonda es un desfile de casas de indianos de principio a fin, y de paso visita la escuela de San Luis.
Mi abuelo hizo su comida de boda allí, y yo que por vueltas de la vida me he casado en Boal, he pasado miles de veces por delante, pero nunca la había visto por dentro. A veces que vamos a Boal a ver a mi suegro, paramos a tomar un café en el Bar Casino y suele estar allí una de las hermanas de La Paca, que va a misa y luego se queda un poquito en el bar. Debe de rondar los noventa años y siempre les hace carantoñas a mis guajes. La situación de la fonda La Paca es un poco el espejo de lo que le pasa a todo el concejo: gente mayor que va quedando y cada vez menos, son muchas las casas que están cerradas al haber fallecido sus dueños. La juventud se marcha la mayoría a labrarse un futuro afuera.
Con esta pequeña historia describes muy bien lo que está siendo la triste realidad de pueblos tan bonitos como Boal: su gradual despoblamiento, casas cerradas, población envejecida. No sé dónde está la solución… Yo siempre tengo ganas de subir por allí, verdaderamente me parece parte de la Asturias por descubrir. Gracias José Antonio por comentar.
Ojalá llegue el día en que el hotel La Paca abra sus puertas de nuevo….soñar es gratis!!
Hoy hemos estado en Armal, visitando el que fue el ayuntamiento, antes de establecerse definitivamente en Boal. También la casa fundada por Ramón Novo, que es impresionante y se encuentra frente a otra pequeña casa que fue cárcel. Por suerte nos encontramos con uno de esos señores cuyo conocimiento histórico no conoce límites…
Una vez más digo que no necesitamos desplazarnos demasiado para ver lugares interesantes y para escuchar historias que dejan a uno con la boca abierta.
Diana, esos encuentros casuales con personas que tienen un vasto conocimiento del lugar, son lo mejor. Esas magnificas historias están cerca, pero a menudo nos dejamos deslumbrar por lo remoto. Un abrazo.
Gracias, Alejandro, por añadir estas imágenes. Yo también conozco a Conchita y a su hermana Ceres, que en paz descanse, que juntas se encargaban del establecimiento hasta hace unos años. En él se alojaba mi bisabuelo, cuando se alojaba en la localidad para ver a la que fue mi bisabuela. Yo mismo también me tengo alojado en La Paca muchos buenos veranos, disfrutando de la riquísima comida que preparaban en la cocina de leña que comentas. Seguramente pase pronto por ahí y le haré una visita, pero sin sacarle fotos, que nunca le han gustado. Enhorabuena por tu trabajo.
Gracias Guillermo. Mi encuentro fue casual pero no se me va a olvidar. Por un lado, era triste ver ese sitio tan grande y a la vez tan vacio, por qué se intuye todavía la vida que hubo allí hace no mucho tiempo. Por otro lado, Conchita fue encantadora y no paraba de trabajar, creo que agradece las visitas. Gracias por compartir aquí tus recuerdos. Un saludo.
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enhorabuena, menudas fotografias que haces, se ve que tienes talento, un saludo muy cordial
Gracias Justo y bienvenido al blog. Espero que lo disfrutes. Un saludo.
Yo también he tenido la suerte de conocer a Conchita. Me gustó mucho la fonda y las historias que me contó la buena mujer.
Me encanta el blog.
Gracias Patricia por participar. Para mi fue un encuentro casual, estaba dando vueltas arriba y abajo de la calle, haciendo fotos a las casas, y me llamó la atención el nombre medio borroso debajo del pequeño escaparate. Tuve la impresión de que agradecía la compañía.