LA ÉPOCA
Ana escribió hace poco sobre lo mucho que le gusta Partarríu en Llanes.
A mi esta casa me tiene embelesada desde que la vi por primera vez. Como un bebé que llora y nadie lo atiende. Vuela mi imaginación con ella hasta un punto enfermizo. He visto una foto de ella, también antigua, en venta. En ella se aprecia mucho mejor la entrada. Lo mismo la compro ya que para la casa no me llega… ni creo q llegue nunca!! http://www.todocoleccion.net/postales-asturias/asturias-llanes-num-17-villa-parres-don-jose-parres-sobrino-fot-c-garcial-circulada~x39800703
Está claro que yo discrepo, pero como el roce hace el cariño siempre estoy dispuesto a intentarlo (que me guste) una vez más.
La foto antigua a la que se refiere -que reproduzco aquí- convierte a Partarríu en otra casa mucho más atractiva. Será la pátina del blanco y negro, los elementos que se han perdido (como la terraza en la esquina izquierda) o ese punto de vista del fotógrafo que ya no es posible recrear por los obstáculos actuales.
Fuente: Todocolección
Pero lo que de verdad me conmueve es este raro testimonio de primera mano -con fecha 25 de Agosto de 1906- aparecido en el diario La Época y firmado bajo el seudónimo de Mascarilla.
Narra la visita del periodista a Partarríu ese verano de hace 110 años:
D. José Parres y Sobrino. Feliz casualidad… Habíamos olvidado que teníamos en Llanes un excelente amigo. Era cosa de solicitar su compañía para el resto de la excursión.
Nos recibió D. José con el agrado de quien recibe en el campo la visita inesperada de un amigo… El elocuente senador vive muy bien. Su casa es hermosa: un hotel elegante, bien construido, rodeado de árboles, que haría buen papel en la Castellana. Todo nuevo y reluciente, como si estuviera acabado de estrenar. Parres nos hace amablemente los honores de la casa.
Levántase el hotel en medio da una hermosa pomarada, de cuyos frutos hace su dueño una sidra que en el Concejo tiene fama. En tal casa hace don José vida tranquila, campestre. El amigo Parres, hijo de un llanisco ilustre, vive en prolongada soltería. Es un amable filósofo. Teme á Dios, y, como buen hijo de Llanes, adora su tierrina.
Entre las varias fincas que posee, D. José eligió esta hermosa pomarada para construir en ella su casa. Llámase la posesión «Partarrío», porque el río la atraviesa y da fecundidad á su tierra. La pomarada es un verdadero bosque. Los espesos manzanos forman un tupido toldo de follaje. Las amarillas frutas invitan al que las mira. Arrancadas del árbol en aquella deliciosa mañana, aún no maduras, resultaban sabrosas.
Una escalinata de piedra conduce al interior de la casa. Sus estancias hállanse alhajadas con elegantes muebles, trabajados por obreros de Llanes. Las maderas con que se construyeron son de hayas, nogales y robles del propio D. José Parres. iComprendéis la satisfacción de quien levanta su casa en una finca que le evoca a cada paso recuerdos de sus padres, y hace construir sus muebles con árboles a cuya sombra jugó de niño!
La quinta fué construida por los planos que el mismo D. José trazó, con distribución práctica, terrazas, torres y cómodas entradas particulares. También debe ser grato hacer los honores de una casa y recibir los elogios del huésped, cuando el propio dueño fue el arquitecto.
Se sirve el café en una terraza desde la cual se admira el hermoso paisaje que cierra al fondo la montaña. Y hablamos de Llanes, que si geográficamente pertenece a Asturias, económicamente pertenece a Santander y sentimentalmente a Méjico.
Desde hace muchos años va de Llanes a la República mejicana una poderosa corriente de emigración. De Llanes son hijos, muchos que en la actualidad son en Méjico importantes comerciantes, banqueros, agricultores. La mayoría de esos llaniscos emigrantes vuelve a la tierrina, luego de hacer su fortuna, traídos por la nostalgia de la Patria.
Al regresar estos americanos, compran a locos precios las tierras que acaso regaron con su sudor cuando no eran potentados, y construyen palacios en medio de los espléndidos paisajes. Muchas de las casas que en los alrededores de Llanes se contemplan, son de llaniscos enriquecidos en Méjico.
Qué tiempos aquellos! acabará por gustarme esta casa, o lo que queda de ella.
No hace mucho salió la noticia en la prensa regional que la propiedad negociaba la venta de la finca para construir pisos y para un Mercadona, pero el Ayuntamiento, quizá escarmentado con la historia de La Talá y el Kaype habia denegado tal posibilidad y creo que tambien el Principado arrugó las naricillas ante la idea. No sé…por un lado es más de lo mismo pero por otro se matan varios pájaros de un tiro, la casa se rehabilitaría y se crearian puestos de trabajo. El caso es que lo que mas fastidia es que los ilustres próceres que nos (des)gobiernan exijen la conservación de estas casas de una manera estricta, frien a impuestos a la propiedad (os imaginais lo que pueden pagar de IBI?) y luego no te dan-dejan ninguna solución. La pescadilla que se muerde la cola o el dia de la marmota……
Yo también había oído que la cosa estaba paralizada, y con el cambio de signo político en Llanes supongo que lo tienen aún más difícil. Sigo pensando que muchas veces el problema de estas casas es que tienen demasiados propietarios, imposible ponerse de acuerdo.
Me gusta mucho esta Casona,a pesar de su aspecto abandonado,me impresiona verla,quizá influenciado por aparecer en cierta película de misterio y miedo a la vez.Ya no es lo que era,comparando con la foto antigua,han desaparecido partes de su arquitectura,por dentro debe de estar vacía de muebles,el jardín es todo un descampado,no me extraña que sea el marco ideal para rodar películas de terror.Y actualmente Alejandro se sabe cuál será su futuro,hay dueños o descendientes,o está ahí a ver qué pasa con ella,triste destino.Bien restaurada y con jardín sería un hotel estupendo,pero en Llanes ya hay muchos hoteles,y el gobierno del Principado no creo que la quiera usar como oficinas,no hay dinero supongo.Un saludo a todos.
Ignacio, la casa sigue en manos de los descendientes que esperan poder vender parte de los terrenos para construir pisos. Un gran negocio cuando lo consigan. Ignoro si tienen algún proyecto para la casa.
Es curioso. como una fotografia tomada desde un determinado angulo, puede cambiar la perspectiva de un edificio. Siempre he comentado aqui, en diferentes entradas que tú has puesto de Partarrio, la sensacion de desasosiego y abandono que me produce, pero al ver la casa con todos sus elementos estructurales casi parece otra; da la sensacion de movimiento con ese lateral en redondo, parece mas ligera y armoniosa. Es una pena que no se le haya dedicado la atencion que merece.
Me ha encantado ver la casa sin desagajar.
Coincido contigo Mª Luisa, la casa ha perdido mucho lustre, está dejada y parece otra muy distinta. Al mismo tiempo, la que era una espléndida finca tiene bastante menos encanto a fuerza de abandonos.
José Antonio no era arquitecto, había estudiado leyes, y fue político siendo diputado y senador por la provincia de Soria, como fue su padre pero fue diputado por Asturias, tenía una hermana Isabel Antonia.
Es el estilo periodístico de la época y el que tenía Mascarilla, era Alfredo Escobar era el cronista de salones de La Época.
De nada.
José, se me olvidó mencionar que este artículo me lo pasaste tú. Lo tenía desde hace tiempo y no me di cuenta. Te pido disculpas. Muchas gracias.
Interesantísimo el artículo, no lo conocía. Las fotos son preciosas, como siempre, aunque la casa también ayuda. El elemento más importante que perdió la casa fue la entrada original, que le daba una gran esbeltez a la fachada. Ahora no recuerdo los motivos pero está claro que fue una mutilación rápida, de cerca se ven las cicratices de lo que había en origen. No sé lo que opinaría Lavín Casalís sobre Parres Sobrino arquitecto… ¡Gracias!
Esas líneas del artículo en las que se atribuye la autoría del proyecto al propio Parres Sobrino me llamaron mucho la atención. No sé si forma parte del estilo adulador del periodista o tiene más fundamento.
Esta noche tendré dulces sueños!!! 😉
Ja,ja, me alegro.