INDIANOS A MEDIAS
Entre el americano del pote -aquel que no tenía donde caerse muerto- y el indiano ricachón y arrogante, hay un término medio.
En él están todos los que regresaron con un capital bastante justo, suficiente para construir una buena casa y continuar trabajando en un pequeño comercio instalado en la planta baja.
La idea de hacer una recopilación de casas-tienda la tuve el otro día en Campo de Caso. Ésta que ves -funcionando todavía- corresponde a una tipología muy común: planta baja para el comercio, un piso para la vivienda y pequeña buhardilla. Una construcción que superaba el nivel medio de las casas del pueblo, haciendo destacar a su propietario.
Otra característica habitual de estas casas-tienda era las columnas formando soportal. Las dos siguientes están en San Martín de Luiña, concejo de Cudillero. La primera amplió su negocio con un pequeño salón de baile (a la derecha).
Algo desfigurada -aunque original- está la casa-tienda del indiano Dionisio Martínez.
La Casa Sama, en Riberas de Pravia (concejo de Soto del Barco), que está siendo restaurada. A su lado Villa Vista Hermosa.
La Casa de las Columnas, en Somao (Pravia), propiedad de José Pire.
Dejando las columnas, una casa muy grande (para alojar a toda la familia) con un comercio enorme en la planta baja, del indiano Demetrio Pérez. Está en Santa Eulalia de Oscos.
Me resultan entrañables estas puertas típicas de los comercios de la época, parecen estar hechas de remiendos.
Casa de indiano con bar en la planta baja, en Soto del Barco.
La Casa de Florencio Milera en Buelles, Peñamellera Baja. En ella estaba el comercio cuya foto abre esta entrada.
En La Magdalena, Soto del Barco, está la casa del indiano Joaquín Suárez. Ésta tenía la particularidad de que el negocio, una carnicería, estaba adosado (a la izquierda en la foto).
Y hablando de carnicerías y carniceros, los procedentes de Novellana (Cudillero) tenían fama de ser los mejores de La Habana. En la foto, la casa-tienda de Camilo Arrojo en ese pueblo.
Para terminar dos rótulos de comercios, publicidad en estado puro. La Habana, en Doiras (Boal), y la tienda de Román R. Argüelles, en Pola de Allande.
Uf!, qué repaso.
Saludos, desde los Estados Unidos. Soy nieta de un asturiano, su nombre era Manuel Pérez Arguelles, sus padres, Manuel y Amalia. También sé de un tío abuelo de nombre Plácido. Llevo un tiempo buscando a mi familia paterna que vivía en Villafrontú, Allande.
Quisiera ver fotos de ellos o de la calle, o casa donde vivían.
Si saben algo de ellos, se los agradeceré.
Sylma, aunque he estado muchas veces en Allande, el pueblo de Villafrontú no lo conozco. Lo recordaré para acercarme en otra ocasión que esté en la zona. Un saludo.
Alejandro, aún hoy en día me siguen llamando la atención , la cantidad de locales de este tipo que se ven ( o intuyen ) por los pueblos y ciudades de nuestra geografía. Algunos de ellos , aún deben guardar sus historias y recuerdos. Saludos a todos.
Desgraciadamente van desapareciendo, pero tienen un encanto difícil de igualar.
Dionisio Martínez, tenía autorización como vendedor de abonos químicos, azufre, sulfato de cobre y sulfato de hierro, en Cudillero solo lo tenía la Sociedad Agricola «·El Progreso» de San Martín de Luiña. El Ferrocarril Gijón – El Ferrol (El Estratégico) el expropió un prado de regadio.
Florencio Milera Noriega además vendía antracita en Madrid en la calle Alcala, 123. Falleció en 1917, tenía bastantes propiedades en Buelles, entre ellas una casa en el sitio de La Roza valorada en 9500 pts y otra en el sitio del Barrio valorada en 2500 pts.
En la casa de Camilo Arrojo se comió la boda de su sobrina Carmen Arrojo y Arrojo, como curiosidad el traje de la novia era negro. Otra emigración asturiana tuvo mucha relación con la carniceria fue los vaqueiros de alzada y en Madrid, a los que en Novellana no se les dejaba comulgar dentro de la iglesia, sino a la puerta.
Roman Ramos Argüelles, fue presidente del partido liberal en Allande, juez municipal, y aparte del negocio de comestibles tuvo de tejidos y almacen de jamones. Su esposa se llamaba Florentina Zardaín García. Su hijo Emilio estudió derecho en Oviedo, fue juez municipal en Allande y Tineo donde vivió muchos años, también se dedicó a la construcción siendo contratista.
Gracias José por tantos datos curiosos. Según cuentas, algunos de estos comerciantes llegaron a emprender distintos negocios, una vida de mucho trabajo.
Interesante entrada. Las hay más sencillas y con algo más de poderío como la de Santa Eulalia de Oscos o Peñamellera Baja. En cualquier caso, para cada uno de sus propietarios sería un éxito, pues lograron allá más de con lo que se fueron. Y si además pudieron regresar y montar aquí su pequeño negocio, creo que para cada uno de ellos sería más que ver realizado un sueño.
Seguro que muchos de los jóvenes y no tan jóvenes que han emigrado los últimos años de nuestro país, firmaban ahora mismo por conseguir algo semejante. Hacer algo de dinero para poder volver y vivir aquí con los suyos de su negocio…
Paloma, creo que la lista puede ser mucho más extensa. Estos pequeños capitales y sus pequeños negocios ayudaron a sacar Asturias del atraso y la decadencia. Tal vez la historia se repita.
Posiblemente, hubo mas indianos a medias, que millonarios nadando en la abundancia, aunque todos ayudaron de distinta manera, a engrandecer el pueblin o aldea que los vió nacer.
Una entrada muy curiosa, porque nos muestras todas esas casas, que por su sencillez, nunca las catalogariamos como indianas.
Me encanta.
Desde luego que fue todo un logro conseguir el capital suficiente para regresar, levantar una casa y un negocio propio, y tal vez sobró algo para darse algún que otro capricho.No está mal…