ES FÁCIL
Resulta fácil explicar la pasión que compartimos por las casas de indianos, la sorpresa al descubrirlas.
Muchas veces están ahí, no hay que buscarlas, como Villa Auristela al atravesar Villapedre, concejo de Navia. Es imposible no rendirse a la curiosidad que despierta una casa tan “extraña” al paisaje.
Cae la tarde y una luz maravillosa la ilumina, como tantas otras veces desde 1910. Un poco más allá salta también a la vista el panteón de Manuel López, otra pequeña muestra de lo mucho que podemos admirar tan sólo al pasar.
¿Y a mi, que no me disgusta nada esta casa?. Debo de ser muy rara pero me gusta, no tanto el aspecto de recién restaurada (quizás en exceso) , pero darle unos añitos (que el paso del tiempo es muy cruel) y ya lucirá como debe…
Lo importante es que la casa ha sido felizmente recuperada. El acabado con la piedra vista puede que no guste a todos, pero es una actuación reversible si alguna vez lo deciden sus dueños.
Me gusta mucho el término «estilo mesón » que apunta David. Lo tomaré prestado. Define muy bien esa manía absurda de desnudar a las construcciones de piedra de mampostería del revoco de mortero o cemento con el que fueron concebidas. Villa Auristela ,al igual que tantísimas otras casas que nos has ido mostrando pertenecen a un estilo arquitectónico propio que es el Estilo Indiano, con características propias inherentes y definitorias ( cualquiera puede verlo si consulta algún libro de arquitectura Indiana de los que se recomiendan en la biblioteca de este blog. El de Marta Llavona, por ejemplo, es maravilloso). Pues bien , una de esas características es el revoco en fachadas. Siempre enfoscadas y pintadas, admitiéndose el uso de baldosa cerámica (como creo recordar que era el caso de v. Auristela) . En términos de arquitectura se trata de una » invariante» ( no admite discusión). V. Auristela tuvo suerte y se salvó del olvido gracias a su reconversión como hotel . Aunque eso nunca debió obviar que para su restauración habría que haber tenido en cuenta estos criterios . SALUDOS
Según nos cuenta Mª Luisa, estaba pintada de verde antes de su transformación. Es cierto que ha estado de moda «enseñar» la piedra como signo de calidad y solidez en la edificación, aunque a algunas casas no les quede bien. Por cierto, en plan de provocación, V. Excélsior está hecha en piedra, si la dejaran a la vista este blog hecharía fuego por la boca, cruzo los dedos.
Según la veo, me vienen imágenes de alguna casona en medio de la campiña inglesa. Saludos.
Algo así, desde luego que es muy diferente y llama la atención.
Alejandro ¿ conoces el palacio de Tornón en Villaviciosa también conocido como Vista Hermosa?
Saludos
Nicolás, si lo conozco, estuve a finales del verano pasado y he quedado con su propietario para poder hacer fotos cuando abran la casa este verano, me pareció muy interesante.
Personalmente no me gusta mucho la restauración que hicieron. Con ese aspecto tan «nuevo» pierde encanto. Está bien que restauren las casas y si además se transforman en hotel para disfrute de otros no deberíamos quejarnos, pero a veces, como en este caso… no, no acaba de convencerme.
El enlace de los panteones, sí me ha parecido más interesante.
Gracias Paloma por dar tu opinión, yo me quedé encantado con la luz, por aquello de captar un momento especial.
A mi me gustaba mas el revewstimiento que tenía antes, que era verde clarito, y recercadas ventanas y balcones en guiones blancos. Ahora, para mi gusto tiene demasiada piedra; aun que para los gustos estan los colores ¿no.?Quien edifico esta casa se llamaba Jesús Garcia Villamil, emigrante en Mexico, que enviudo al morir su mujer de parto, y mas tarde se casó con una hermana de esta que se llamaba Auristela. Una vez viuda, Auristela se volvio a casar, y estuvieron viviendo en la casa, ella y sus hijos hasta los años setenta. Al igual que Villa Mercedes, y para ensanchar la carretera parte de la finca fué expropiada. Cada una de estas casas guarda una historia apasionante. Un saludoi
Gracias Mª Luisa por aportar detalles detalles, no sabía lo del color original que tenía la fachada. La casa debio de estar cerrada unos cuantos años hasta su adaptación a hotel.
El otro día me dieron un nombre para calificar el descarnamiento como el de Villa Auristela: «moda mesón» por la cual a partir de los años 80 se empezaron a eliminar los revestimientos de las fachafas de mampostería.
David, nunca lo había oido. Es cierto que como tantas otras cosas ha sido una moda, que no sé si pervive todavía.
Es fácil, sí, es un placer contemplarlas.
Con esa luz, no tuve más remedio que parar.