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Puede que tenga razón Mª Luisa y a Don Antonio Naredo le gustase el pescado o el mar en general, o puede que simplemente fuera Piscis, pero me inclino más por otra teoría: el símbolo del pez ( dos arcos que se unen de forma opuesta de manera que parece el perfil de un pez) a menudo era utilizado por los primeros cristianos, y supongo yo que al ponerlo en la puerta, tendrá más bien esa connotación religiosa y espiritual como de querer proteger la casa…A lo largo de la historia tenemos muchos los ejemplos en los que, según las creencias de los dueños de la casa, se colocaban diferentes objetos o artilugios en el dintel de la puerta o sobre ella, con diferentes fines, pero todos parecidos: atraer la suerte, alejar a los espíritus, protegerla…etc. Yo creo que «van por ahí los tiros».
Gracias Lena, parece una explicación muy acertada, teniendo en cuenta la costumbre de bendecir las casas para protegerlas de las desgracias.
La balaustrada de la casa Naredo si que es evocadora, al contrario del de su vecina ya que la hicieron Ana María (la dueña) y mi abuelo. Dos manitas que en su afán, dosificaron de manera errada y los balaustres se caen a cachos jajaja. Ana María solía ir los veranos durante largas temporadas, ahora no sé muy bien porque hace tiempo que no la veo. Las tardes en esa casa era muy alegres siempre había gente y Ana María es una anfitriona de primera. Cuando iba y me contaban historias, era pequeño y mi aficción a estas casas no se había desarrollado mas que la fascinación de unas construcciones tan peculiares. El interior de esta (me refiero a la del ojo de buey) no era especialmente espectacular, sencillo y de la época creo que de los años 30 pero confirmaré con mi abuelo. Eso sí, la escalera era inmensa y curvada ocupaba el volúmen en el que está la puerta. La de Julita Naredo, era otra cosa, si algún día puedes verla seguro que es interante aunque no la recuerdo muy bien.
David, gracias por esos recuerdos. Se ha comentado aquí varias veces, cuando pongo fotos antiguas, la vida que tenían las casas, siempre llenas de gente, familiares, visitas, y en las fotos aparecen asomados por todas las ventanas, en el jardín… Nunca he intentado entrar en la casa Naredo, no sé, creo que siempre me resultó suficiente verla por fuera, tan coqueta. Quizás algún día se cruce en mi camino.
Un buen lugar para pasear. La casa con el ojo de Buey es de una prima de mi abuelo y tantos veranos pasaron allí con ella y con su marido y muchas tardes pasé allí. El ojo de Buey es de una salita que sigue a la gran escalera de madera. La galería de la izquierda sustituye a la original (que era más bonita) pero ya se sabe que el mantenimiento de estas casas no es fácil. Esa casa, concretamente, no es de Indianos si mi memoria no me falla. La de al lado, la de Julita Naredo, es muy bonita. Recuerdo que el baño estaba en la primera planta y a mi me encantaba ver la preciosa sillería que iba adornando ese paseo…recuerdos de infancia.
David, qué pequeño es el mundo!, resulta que pasaste tiempo en esa casa. Cuando estuve no había nadie, y no pude averiguar el nombre de la casa, pero estuve hablando con un señor allí delante, en la carretera, que me dijo que era de indianos. Es cierto que a veces se atribuye origen indiano a las casas que destacan en un pueblo, y veo que tú tienes información de primera mano. El detalle de la balaustrada que cierra la casa Naredo, con las camelias, es encantador.
Alejandro , precioso pueblo,por pura coincidencia,lo conocimos este verano.Me quedé sorprendida por la gran cantidad de casas indianas,algunas más pequeñas de las que estaba acostumbrada,pero no por eso sin encanto,ya que me dio una gran sensación de casas muy acogedoras y muy coquetas.Me encantaron las que están junto a la iglesia.Espero volver . Gracias por deleitarnos
Mari Carmen, te has convertido en una gran exploradora de Asturias. Te aseguro que no muchos asturianos conocen Torazo, pero para cualquier aficionado a las casas de indianos es visita obligada. Un saludo.
Son preciosas todas ellas, y es curiosa, la querencia que tenían muchos indianos al baldosin verde y los cristales de colores, aunque no sé, si sería decisión de ellos o del arfquitecto que edificara las casas, ya que dado el clima humedo de Asturias no necesitan mantenimiento, pero es algo que se repite con mucha frecuencia.Donde mas baldosin he visto es en la de D. Ivo en Queruas que es a la que se refiere Lena, y en Villa Anita de Boal. Me llama la atención en la del Rebollon los dos peces grabados a los lados del picaporte, ¿sería piscis el Indiano, o amante del pescado? Quien sabe ¿verdad.?
PD: Ayer recibi el libro de Palacios II que es una autentica preciosidad. Recocomiendo a todos que lo compren, porque si el primero era bonito, esté es una preciosidad, con unas fotografias maravillosas, y lle no de detalles. Enhorabuena Alejandro, por estos libros, que nos hacen soñar despiertos, y aunan, calidad y vistosidad. Un saludo.
Efectivamente Mª Luisa, Lena se refería a la casa de Ivo. Probablemente el uso de determinados materiales tuvo que ver con las modas o avances del momento. Los azulejos en estas casas resultan llamativos. Sobre Palacios, me alegro que te guste, he puesto mucho empeño en que saliera el mejor libro posible, aunque me he pasado de páginas y de presupuesto. Gracias.
Preciosa esta entrada y sus fotos. Por un sentimiento personal que tengo hacia este pueblo, me ha encantado. Si el pueblo es bonito, tú sabes realzarlo si cabe más.
De lo sencillo, de lo pequeño, haces que todo sea más espectacular y más elegante.
Paloma, estamos acostumbrados a las «megacasas» de los indianos más ricos, pero estas más sencillas están llenas de encanto. Gracias.
Preciosas. Parecen de juguete, con esos colores y esos detalles de casitas de muñecas. Me encanta la foto de los tejados, con la torre de la iglesia al fondo sumerjida en su baño de tejas, y esos tonos rosados de las nubes. Muy, muy guapa.
Gracias Covadonga, las fotos son de tres visitas diferentes, con distinta luz cada vez. Además de las casas hay muy buenas panorámicas del pueblo y del paisaje circundante.
Pueblín guapo donde los haya, merece una visita sin dudarlo. Además de tocarme la fibra sensible por temas familiares que no vienen al caso, es un pueblo muy bonito (premiado recientemente como «Pueblo ejemplar») que da para muchas fotos, bocetos y para no menos paseos. Lástima que la crisis les haya tocado de cerca también a ellos y la Hospedería esté pasando por malos momentos. Por cierto, la casa de Antonio Naredo me recuerda, con esa fachada de baldosín verde, otra de indianos también, pero situada en Querúas…Parece que en Torazo, fueron muchos los indianos aficionados a esta clase de revestimiento, ¿no?. Unas fotos fantásticas, como siempre.
Lena, ahora que lo dices, la de Querúas tiene ese revestimiento de azulejo verde combinado con blanco, aunque esa tiene la cubierta plana rematada con una balaustrada. El pueblo merece la visita, y la Hospedería era un buen reclamo para la zona. Esperemos que el cierre sea sólo temporal.
Muy bonitas las casas. La primera elegantísima. ¡Menuda pasión higienista por los azulejos! Los herederos tal vez hayan agradecido ese gasto inicial. Es una forma excelente de unir color llamativo y duración. ¡Gracias!
Martín, la primera me encanta, y encima rematada con camelias. Cuando luce el sol, esos azulejos te deslumbran, buena estrategia para llamar la atención.