EL PEQUEÑO VIAJE
Era fiesta, amaneció despejado, y el trayecto desde Gijón hasta Allande se me hizo corto, por una carretera vacía y gélida.
A las 9, en tierras de Tineo, el paisaje desapareció bajo la niebla aferrada a la ladera.
Me detuve frente a la central de Soto de la Barca. Su chimenea de refrigeración parecía resoplar como un gigante dormido en el bosque.
Más allá, la carretera asciende de nuevo y, al tomar la desviación hacia Pola, pude ver el banco de niebla en toda su extensión, como un gran toldo que protegiera el valle de los rayos del sol.
Me encantan estas fotografias que dejan adivinar el paisaje entre girones de niebla. Maravillosas.
Gracias Mª Luisa y saludos.
Impresionantemente hermosas!. Gracias Alejandro!.
De nada Ana.