EL INDIANO QUE REGRESÓ UN SIGLO ANTES
La definición de indiano hace referencia a la persona que ha hecho fortuna en la Indias Occidentales.
Aquí solemos hablar sólo de los que retornaron después de 1850 porque nos dejaron un legado de arquitectura muy interesante. Pero antes, desde el Descubrimiento, hubo muchos que probaron fortuna y cuya huella en Asturias es más difícil de rastrear, aunque a veces aparezcan testimonios destacables.
Mediado el siglo XVIII, un indiano-hidalgo regresó de América y financió enteramente la construcción de una hermosa capilla. Está en la parroquia de Coya, concejo de Piloña, y es quizá un ejemplo único del barroco colonial en Asturias.
Lo primero que llama la atención en su interior es la altura monumental de la bóveda para una capilla tan pequeña, lo que da idea del fervor de su promotor.
Hay tres pinturas murales de gran interés que recuerdan ese mestizaje entre las culturas española y mejicana. En la que preside el altar aún falta la imagen de la Virgen de Guadalupe. Fue destruida durante la Guerra Civil, cuando el templo se utilizó como polvorín, dañando seriamente las pinturas.
Nota: el Cristo estaba descolgado mientras terminaban de pintar la nave central.
La restauración ha recuperado parte de su esplendor, pero no ha podido devolverle la intensidad del color original. En los detalles puedes ver bien los trazos de la pintura y las pérdidas.
Un lateral del exterior, con el escudo de armas de la familia del indiano-hidalgo.
Desde lejos se puede apreciar como era la capilla en sus orígenes, apenas un cuadrado de gran porte. La nave pintada y con dos ventanas fue añadida a finales de los años 30 para conseguir proporciones de iglesia, pero afortunadamente se conservó la portada original que se desplazó varios metros.
Curisamente La Capilla de Guadalupe la hicieron mis antepasaos por familia de mi madre; y la fachada principal la desplazó pa hacer la Capilla más grande el mi bisagüelu por parte de Padre, Ramón Fernández Díaz (Ramón de Pachu), canteru famosu en el pueblu por les obres que hizo, ademàs de trabayar en la construcciòn de la Basílica de Covadonga (iba a trabayar en bici, con la cual aprendiò mi padre a andar en ella). Los papeles de la Capilla estaben por casa mis güelos en el Pedrocal; se les hubiesen dejau a Miguelín el de Montecoya (Calleja) pa hacer estudio de la Capilla en su día (creo que en su época de estudiante); ahora mismo no sé si están alli o en donde. Saludos.
Luis, muchísimas gracias por tu comentario, una historia preciosa. A ver si encuentras esos papeles…
El mecenas fue don Manuel Cadanes y Cotayo (n:14 de Abril de 1702), natural de la parroquia de Santa Eulalia de Coya y emigrante a Mexico y cuyo pleito de hidalguia se encuentra en la Real Chancilleria de Valladolid. Un Saludazo!
Muchas gracias Oscar, de todas formas yo le voy a respetar a don Manuel el trato de hidalgo, aunque según cuentas la cosa no esté clara. Saludos.
El fundador creo que fue Manuel de Cádanes y Cotayo, que murió en México.
Gracias José, una de las veces que estuve por allí pude encontrar al parroco y me contó toda la historia de la capilla, pero él no recordaba el nombre del fundador, aunque si hay testimonios de que fue construida hacia 1750.
Me alegro mucho de tu vuelta Alejandro, echaba de menos estas entradas! Qué iglesia tan interesante. Lo que más llama la atención es la austeridad de la fachada unido a esos dos remates a modo de torres que quedan eclipsados por esa gran pantalla de sillería. Una torpeza, a mi modo de ver esa ampliación, pero por lo menos no parece haber causado ninguna modificación en la parte original. Lo curioso es que desplazaron la fachada o ¿me equivoco?
Por cierto, échale un vistazo a estas 2 fotos tan interesantes que he encontrado de una de nuestras protagonistas!
http://pingrado.blogspot.com.es/2013/01/nuevo-trabajo-vida-de-concha-heres.html
Un saludo!
Gracias David, ya comento antes de la última foto que la fachada se respetó y fue desplazada al hacer la ampliación. Gracias por el enlace a las fotos de Concha Heres, qué lástima que estén tan pequeñas.