PASEOS DELIBERADOS POR GIJÓN
No soy de los de cámara en mano todo el día, mas bien tiendo a lo contrario.
Me fijo primero en la luz, en cómo transforma lo que vemos, y a fuerza de volver al mismo lugar me decido a llevar la cámara sabiendo ya dónde me situaré y a qué hora.
Hay un poco de ritual, tanto que a veces -si me despisto- la luz se escurre y me deja plantado.
Monto la cámara en el trípode, si es un edificio hay que nivelarla muy bien, elijo el objetivo adecuado, y mediante una tablet puedo controlar el disparo y los detalles de la imagen.
De mis paseos por Gijón hago notas mentales sobre momentos que me gustaría recoger.
Aquí están algunos, muy deliberados, que no guardan conexión.
Esta primera fachada, restaurada recientemente, es obra de un arquitecto conocido de este blog.
Se trata de Álvarez Mendoza, autor de dos panteones muy interesantes, además de el Casino de Llanes y el chalé de la Marquesa de Argüelles en Ribadesella.
El edificio original es de 1904 y creo que su restauración ha sido muy acertada.
El centro de Gijón, Plaza del Instituto. Uno de sus lados lo preside un edificio de Manuel del Busto conocido como la Casa Blanca, de 1935.
En la esquina opuesta está otro edificio suyo, la Escuela de Comercio
Cuando la parte innoble de un edificio queda al descubierto, una solución imaginativa lo convierte en escultura.
Siempre me paro a mirarla.
Creo que son los árboles lo que me atrae, rompiendo con su tela de araña la repetición del edificio.
El gran edificio de Luis Moya en Gijón, la Universidad Laboral.
Para cualquiera que visite la ciudad, incluso si no le gusta la arquitectura, se merece una visita detenida.
Está lleno de sorpresas.
Es como el punto de partida para conocer la ciudad.
El Palacio de Revillagigedo, mirando al Puerto y a dos pasos de la playa, es el acceso al antiguo barrio de pescadores de Cimadevilla.
A mí también me parece que la rehabilitación de ese edificio es un ejemplo a seguir.
Ha sabido mantener la fachada original, perfectamente restaurada y crecer el edificio con una arquitectura actual compatible con la que se protege. Un acierto.
Es una de las vías de solución para recuperar muchos edificios que se perderían de otra manera . Aplaudo la idea y el resultado .
SALUDOS
Ojalá tengamos más restauraciones y menos derribos innecesarios.
Preciosas imágenes. Imagino el trabajo minucioso que implica cada una de ellas. La magia está en saber «ver» esa belleza antes de disparar, saber concertar la luz del momento con el edificio y su entorno. Me encanta ver cómo se conservan estos edificios tan singulares. ¡Gracias!
Gracias Martín, en mi modesta opinión la rehabilitación del edificio de Álvarez Mendoza es un ejemplo de lo mucho que se puede hacer sin tirar todo, recuperando muchos inmuebles interesantes.