CASA DE LOS PABLOS
Desde los grandes ventanales del Café Magovi vigilo el edificio y espero mi momento.
Cuando el sol baje aún más, la fachada desplegará todos sus encantos modernistas, como un pavo real escogiendo pareja.
Entretengo la espera observando una vieja fotografía colgada en la pared de cómo era este Café hace casi cien años, cuando ya ocupaba los bajos del coqueto edificio.
Cuando por fin me pongo a la faena de fotografiar, la luz dura y oblicua ha revelado flores, remates y filigranas, acentuado el volumen de balcones y miradores.
La Casa de los Pablos es un proyecto encargado al arquitecto Manuel del Busto (este enlace te lo pongo por si estás en plan estudiar) en 1910 por el indiano Cayetano Pérez de Velasco. Recuerda que esas fechas suponen la Edad de Oro de del Busto. Acababa de terminar La Javariega, Villa Amada, la Casa Amarilla, el chalé de Ladislao, estaba con los planos de Villa Excélsior, el Casino de Luarca, y muchos otros proyectos que completó entre 1908 y 1915.
Como anécdota, el hijo del indiano -Cayetano Pérez- se casaría, años después, con la hija del arquitecto, Elisa.
La Casa de los Pablos se levanta en el centro de Colunga, pegada a lo que era la antigua carretera nacional. Consta de bajo comercial y piso para viviendas. Albergó en distintas épocas un almacén textil, una chocolatería y un hostal. El remate de la cubierta está desfigurado por un incendio provocado durante la guerra civil, lo que confiere a la casa un aspecto algo desconcertante.
En la otra fachada está el portal de acceso a las viviendas y una verja que daba paso a lo que antiguamente era un jardín que ya no existe.
La casa conserva -sin embargo- unas espléndidas vistas a la Sierra del Sueve.
A ver… Todo lo ahí se dice es muy correcto. No obstante habría que aclarar un error de bulto que se comete a menudo con esta construcción, un error de copia y pega que ignoro a quién se le habrá ocurrido y es que esta casa nada tiene de Indiana, ni en tipología ni en el origen de su construcción, pues Los Pablos eran una familia de emprendedores e industriales originariosde la parroquia colunguesa de Sales que nunca vieron las Indias ni en fotografía. O sea de CASA INDANA, NADA DE NADA…
Gracias Omar, parece usted muy bien informado. Respecto a la casa, nadie dice que sea de tipología indiana al no ser una vivienda unifamiliar o chalé, que es lo que identificamos con la arquitectura indiana. En cuanto a la familia, aparece en varios textos pero puede tener razón que solo sea un copia y pega. Muchas gracias por la aclaración.
Colunga no sería lo mismo sin sus dos construcciones emblemáticas : el Chalet Francés y esta sorprendente casa de los Pablos . No sabría decir cuál de ellas, de siempre, me ha llamado la más la atención . El Chalet francés ( y su majestuosa palmera) hace rendirse a sus pies a cualquiera desde el primer minuto de contemplación . En cambio , la belleza desconcertante de la Casa de Los Pablos hace dudar un buen rato hasta que acabas admirándola .
Es posible que las «pérgolas» que rematan la casa confundan y hagan pensar que es un edificio inacabado. Pero ya veo que puede tener su explicación por las razones que señalas de la Guerra Civil .
En cualquier caso gusta ver casas indianas integradas en los centros urbanos dando una nota de categoría al lugar.
SALUDOS
Nicolás, la primera vez que vi este edificio no entendía esa terminación de la cubierta. Encontré la explicación en el libro sobre Manuel del Busto donde aparece una foto anterior a la guerra civil y se ve cómo era el edificio antes de los daños del incendio.
Creo que esta casa al poco de hacer o cuando se estaba haciendo, sufrió criticas, en 1894, la Opinión de Villaviciosa decía, «como es un rasgo de mal gusto llamar elegante a la casa de los Pablos cuya fachada va describiendo un zig- zág, que ofende visiblemente la leyes Estética.»
José, ¿1894?. Qué extraño, la casa está fechada en 1910 y en este caso no hay duda, salvo que el proceso de construcción durara muchos años.
Mil gracias Alejandro por compartir y dar a conocer este maravilloso patrimonio que lamentablemente es tan desconocido. Un abrazo!
Gracias Arturo, es una forma de valorar lo que tenemos. Un saludo.