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El Jueves 04 subí a el autobús desde Oviedo camino de Villaviciosa, queriendo descubrir «Villa Misiego» al llegar al centro de Villaviciosa me dice Mercedes de «El Congreso» que Villa Misiego no está en el mismo pueblo, sino que debo ir en coche hasta la playa de Misiego justo donde el río Huetes se junta con el Cantábrico…
Desistí en mi intento pero sin embargo descubrí en la Villa dos increíbles maravillas, una a la vista de cualquier viandante llamada «Villa Encanto» está en la esquina de las calles Nicolás Rivero con la calle Maximino de la Miyar, los actuales propietarios viven en la República Dominicana y llegan cada año a su amada Asturias.
La otra Villa se llama «Las Baragañas»., es una joya arquitectónica escondida entre vegetación, en la Ctra. de Oviedo a Villaviciosa, justo antes de cruzar el río Linares, me atiende Fernanda y me dice que los actuales propietarios viven en Mieres.
No se si existen entradas tuyas de estas dos maravillas Alejandro pero me gustaría que así fuese.
Un saludo.
Javier, tienes varias referencias en el blog sobre esas dos casas de indianos que mencionas. Usa el buscador -a la derecha- y con el el nombre de la casa y/o el concejo te saldrán las entradas relacionadas. Un saludo.
La primera fotografía parece tan irreal de lo bella que es… me imagino a un niño cogiendo el barquito con sus manitas, junto a su hermana jugando en su casita de muñecas… en la época de los 80 hubo un movimiento musical llamado «nuevo romanticismo»., creo en realidad que todos nosotros somos un poco esos nuevos románticos, apasionados por la conjunción de la belleza arquitectónica, la belleza de esos paisajes, la belleza de la fotografía en su conjunto y porqué no decirlo la admiración que siento en particular, a esas personas que sembraron de arte esa cornisa cantábrica, en especial Asturias, a cambio de dejar su vida.
Javier, es un rincón de Asturias sencillo pero inolvidable. En verano es todo bullicio, pero en invierno -cuando hice estas fotos- se vuelve lánguido y romántico.
Es como la casita de cuento que todos nos imaginamos.
En tus fotos se ve bonita pero en la realidad, vista en vivo, no desmejora, cosa que muchas veces ocurre, cuando un buen fotógrafo, «abusando» de su buen hacer, combina luces y perspectivas para lograr lo que la realidad no ha conseguido… pero Villa Misiego resulta tan encantadora al natural como en las fotos de Alejandro…con sus colores, su guardamalleta, su torre a modo de pequeño faro…
Y por si fuera poco, con unas vistas de la ría inmejorables…listo fue ese indiano que en 1895 decidió esa localización y no otra…¡Muy buen ojo, si señor!
Ya sabes Lena que el fotógrafo quiere la imagen perfecta, con la luz precisa, sin el tendido eléctrico, sin coches que distraigan y así hasta el infinito. Villa Misiego no requiere muchos esfuerzos, es un rincón perfecto que seguramente guarda bastante parecido al original de 1895.
Que bonito comentario, Nicolas! y la definicion inmejorable, «cuca» es la palabra perfecta para esta casina. Si algun dia me hiciese una segunda vivienda, creo que la copiaria hasta el ultimo detalle. Lo dificil seria dar con un emplazamiento similar, aunque estoy pensando en un prao cerca de la capilla de la Guia en Llanes que me tiene loca. En fin, soñar es gratis. Un abrazo
Mariam, yo me apunto a la idea de casa pequeña. Me encanta fotografiar las grandes, pero me quedo siempre con las pequeñas.
Sencillamente preciosa. Esta casina es una delicia, y me enamoré de ella, cuando la pusiste por primera vez.
Una canjita de bombones, y una delicatesen.
Es un placer volver allí una y otra vez. Un rincón privilegiado de la Ría.
Villa Missiego me resulta tan apetecible, colorista y deliciosamente bonita como esas cajas de macarons de Ladurée que emboban a cualquiera (y que hacen ensombrecer a cualquier caja de bombones).
La casita no podría haber sido más cuca ni su ubicación más idílica.
Si de amor se muriera, yo moriría de amor por ella… Aunque lo dejaría para después de haber escuchado algún concierto sobre la hierba de sus jornadas de música en verano.
SALUDOS
Nicolás, ya sabes que Villa Misiego ha salido aquí antes. Estuve el pasado fin de semana y no me pude resistir al paisaje, la luz y la evocación. Otro dulce para la lista!