NOTA A PIE DE PÁGINA
Pelayo Jardón, en su magnífico texto, hace referencia a la casa de indianos Quinta Jardón en Ortiguera.
Mucho más modesta que la de Viavélez, tiene el encanto de esa arquitectura, repleta de referencias coloniales, que trasladaron los emigrantes en su regreso a Asturias.
CASA DE INDIANOS QUINTA JARDÓN EN ORTIGUERA
La Quinta Jardón fue levantada treinta años antes que el Palacio Jardón de Viavélez, en 1889, por el padre de Eduardo, José María Jardón.
Está situada en Ortiguera, un pequeño pueblo de pescadores que pertenece al concejo de Coaña, en el Occidente de Asturias.
Como muchos otros indianos, la familia Jardón donó dinero para la realización de obras muy necesarias para el pueblo.
El benefactor más generoso fue uno de los hijos, Fernando Jardón, quien sufragó la construcción de la escuela, el cementerio, una aduana en el puerto y el parque que está frente a la Quinta.
Precisamente es en este parque donde los vecinos rindieron un homenaje a la labor de Fernando Jardón con un busto encargado al escultor Mariano Benlliúre.
Los cinco hijos de José María Jardón en un retrato realizado por Kaulak.
De izquierda a derecha, Fernando, Eduardo, Pepe, Luisa y Rosa.
Uno de los atractivos de la casa es su espléndido jardín, con vistas al mar, rematado en una esquina por este cenador-mirador elevado sobre el nivel de la calle.
Como anécdota, la torre de la casa no era tal en la construcción original. Se recreció años más tarde adquiriendo ese aire de torre vigía y dotándola de mayor prestancia.
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