DESDE LA ATALAYA
Desde las atalayas uno puede observar con la ventaja de la altura, pero sobre todo, puede dejarse ver.
Y en parte de eso se trataba cuando se construyó esta casa de indianos sobre un promontorio de Ribadesella, que por un lado mira al mar, pero que por el otro parece querer presidir la villa.
Esa fascinación por ser vistos, por mostrar a los demás una nueva posición social y económica, es también típica de la mayoría de los indianos.
CASA DE INDIANOS LA ATALAYA EN RIBADESELLA
Esta casa de Ribadesella, conocida como La Atalaya, muy próxima a una pequeña playa del mismo nombre y que se asoma tímidamente al mar por una esquina del jardín, tiene un aire colonial y casi nostálgico.
Parece como si hubiera sido construida para albergar el destierro de su propietario.
Sin embargo, fue la viuda del indiano Vicente Villar, Asunción Villar, quien la mandó construir hacia 1919 tras la muerte de su marido.
Éste había hecho una gran fortuna en Cienfuegos, Cuba, como propietario de la quincallería El Palo Gordo.
Allí levantó uno de los edificios más importantes de la ciudad.
Los actuales dueños de la casa de indianos La Atalaya no guardan ningún parentesco con los Villar, pero conservan la propiedad en perfecto estado.
Como anécdota, en su día, se hizo pública la intención de regalar esta casa a los Príncipes de Asturias -hoy en día Reyes- para sus vacaciones (la familia de doña Letizia es de Ribadesella), pero las partes nunca llegaron a un acuerdo.
Puedes ver más fotos de La Atalaya en el libro Un viaje en el Tiempo.
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