TODO AL ROJO
A menudo cambia de color, entre lo suave y lo fuerte, dependiendo de la luz y del reflejo del cielo.
Pero lo que más afecta a su tonalidad son las palmeras -grandes y pequeñas- que la rodean. Ellas son como el influjo de las mareas, arrastran entre sus sombras oleadas de verdes, azules o grises, de tal manera que su color es el rojo, aunque solo a medias.
Para acabar de despistar al visitante, la casa tiene dos torres -una redonda y otra cuadrada- y dos fachadas que rivalizan por ser la más bonita.
Este verano estuve allí -por invitación de su propietario- para hacerle unas fotos. Llevo mirándola diez años y, como un rostro familiar, sé perfectamente con qué luz está favorecida.
Nueve de la mañana, mediados de Agosto, un cielo azul ácido y el filtro especial de palmeras indianas.
Esta segunda foto me dejó pensativo. Explica todo lo que siento por las casas de indianos y sus historias, por su mezcla de extrañeza y cercanía.
Y también -por qué no- transmite toda la capacidad que he desarrollado estos años para verlas a través de una cámara.
Vuelta a empezar.
PD. Para los no iniciados, es la Casa Roja de Colombres en el concejo de Ribadedeva, levantada en los años veinte del pasado siglo por Eduardo Sánchez Escalante, miembro de una larga estirpe de indianos.
Qué alegría enorme verte escribir y mostrarnos, nuevamente, esos lugares maravillosos. Durante meses estuve repasando cada una de tus historias esperando que en algún momento aparecieras. Y ahí estás! Regalando otra vez ese don de la fotografía y el relato.
No nos vuelvas a abandonar porque siempre hay algún rincón que descubrir y algo que contar. Feliz de volver a leerte.
Paola.
Mil gracias Paola. Es verdad que quedan muchos rincones por ver y contar. Un abrazo.
Comparto todo lo dicho y no importa la espera, si vuelves
MUCHAS GRACIAS POR VOLVER
Gracias a ti Carmen por seguir ahí. Un saludo.
Qué alegría Alejandro que retomas el blog ,se te echaba de menos .La Casa Roja ,como resalta con ese cielo azul de fondo y tu buen hacer con la cámara,lograste entrar en la casa?No recuerdo si hiciste alguna entrada con los interiores de esta Casona,aunque el nuevo dueño imagino habrá cambiado cosas ,sobre todo si llevaba varios años deshabitada,siempre hay que hacer reformas,sería interesante ver su interior.
Bienvenido de nuevo.
Gracias Íñigo. Sí, la casa la había fotografiado por dentro para el libro Un Viaje en el Tiempo y sigue igual. Son los mismos dueños desde hace años y ahora la tienen de nuevo a la venta. Entonces, cuando fotografié la casa por dentro, yo no tuve la oportunidad de conocerlos porque me facilitó el acceso otra persona. Ahora me llamaron para tener unas fotos de recuerdo del exterior y yo me acerqué por allí encantado. La casa Roja siempre ha estado en mi lista de favoritas. Saludos.
Después de este «embarazo» de nueve meses «castigados» sin disfrutar de tus fotos, me alegra comprobar que has decidido volver (para quedarte, espero) a compartir tus fotos y servirnos de inspiración para seguir descubriendo y disfrutando de Asturias.
No será la primera ni la última vez que delante de una casa indiana comente lo de «si, ésta la he visto en el blog de Alejandro»…
Como dice Maite, «amigo Guadiana», espero seguir viéndonos/leyéndonos por aquí 😉
Gracias Lena, es un placer volver a leerte y saber que sigues descubriendo rincones de Asturias y que lo que sale aquí te ayuda de alguna manera. Espero quedarme mientras queden casas y sitios de Asturias por ver. Un abrazo.
Que sorpresa grata me he llevado al leerte de nuevo.
La casa roja es una de mis preferidas,la descubrí gracias a la serie de La Señora.Y no faltó una visita cuando viaje a Asturias.
Que suerte tienen los nuevos propietarios.
No dudes nunca de si tenía sentido volver.Gracias a ti he descubierto que hay mucha gente enamorada de estas casas y que formamos una familia. Y estoy encantada de tener una colección de libros preciosa.
Eres fantástico Alejandro.
Teresa, te lo agradezco. A mi también me sorprendió -cuando empecé este blog- descubrir la cantidad de gente que le gusta este tema, y echaros de menos ha sido mi mayor motivación para volver, junto con la convicción de que quedan muchas cosas por contar. Gracias (y la Casa Roja es un caramelito…)
Ya lo estás viendo Alejandro: nos has hecho recuperar a todos la alegría , después de nueve largos meses sin ti ni tu querido blog.
GRACIAS por decidir compartir aquí tu tiempo, tus descubrimientos , tu conocimiento y tu arte con la cámara
Igual que dice M.Luisa , yo también deseo que hayas vuelto para quedarte .
Volver a empezar con «todo al rojo» me gusta …, siempre que «sosegado» por el blanco .
SALUDOS
Gracias Nicolás, es un gustazo volver a reencontrarnos, os echaba de menos. Espero que podamos seguir compartiendo lugares y cosas que merecen la pena. Un abrazo.
Otro para ti Alejandro.
Echaba. Se me ha colado una hache.
Ya está corregida Mª Luisa.
Mi alegría ha sido inmensa, al ver esta entrada y comprobar que has vuelto. Echábamos en falta tus historias, y las maravillosas fotografías que las acompañan, para mostrarnos esa Asturias infinita y única a la que tanto queremos.Estoy muy contenta, y espero y deseo que hayas vuelto para quedarte, y que sigas haciéndonos ,soñar con todas tus entradas. Sé, que el trabajo es mucho, y el tiempo poco, pero tú puedes con todo. BIENVENIDO DE NUEVO..
Qué gusto Mª Luisa saludarte de nuevo. Como queda mucha Asturias con la que sorprenderse, espero que surjan buenas historias con sus fotos correspondientes. Gracias y un abrazo.
Celebramos tu vuelta Alejandro. Un verdadero placer poder disfrutar de nuevo de tus fotografías y reseñas de nuestra casas de indianos.
Un cordial saludo
Gracias Guillermo, espero que sigan saliendo casas y lugares interesantes. Un saludo.
Tiene sentido que tu apuesta de regreso sea «Todo al rojo», con una de tus -nuestras- casas favoritas.
Me alegro muchísimo de leerte de nuevo, Alejandro. Siempre esperamos a nuestro «amigo Guadiana», no importa lo que tarde en volver. Aunque siempre lo echemos de menos.
Las fotografías, bellísimas. Como siempre. Pero lo que más me ha alegrado la vista es el nuevo post 😉
Un abrazo
Mil gracias Maite. Es una apuesta, todo al rojo, sin duda. Y lo que más me entusiasma es recuperar este espacio para seguir hablando de lo que nos gusta y compartirlo. Un beso.
Qué alegría me produce leer que de nuevo has regresado. Como ves, somos muchos quienes echamos de menos tus historias y tus fotografías. Ha pasado mucho tiempo desde la última y se te echaba mucho de menos. Ha sido toda una agradable sorpresa verte aparecer en mis RSS y en Facebook. Siempre hay un motivo para continuar y no abandonar una andadura como la que nos regalas a todos poniendo un trocito de corazón en casa post.
Gracias por volver .. espero que sea para quedarte. 🙂
Montse, muchas gracias por tu respaldo. Espero que sea para quedarme…Todavía no he medido bien mis fuerzas pero sí tengo claro que tengo unas cuantas historias que contar. Gracias
Eduardo Sánchez Escalante murió en Madrid, el 20/07/1923, fue enterrado en Colombres. Su esposa era Teresa Ibañez Sánchez, y tenía una hija Teresa.
En 1905, él y su esposa hicieron un regalo de boda que fue una pulsera de oro con esmeraldas y brillantes, a Indalecio de la Torre residente en México y a Petra de Miguel París de Ojedo, se casaron en Santander.
José, dos cosas, o mejor tres. La primera que gracias por seguir aportando datos que nos ayudan a situar a los personajes vinculados a las casas. La segunda que, por la fecha de fallecimiento de Eduardo SE, apenas tuvo tiempo de disfrutar de la casa o es posible incluso que ni la viera acabada. Tercera, los actuales propietarios ya no tienen nada que ver con la familia de indianos. Me contaron este verano que cuando la compraron, la casa llevaba entre quince y veinte años totalmente cerrada y deshabitada. Creo que fueron ellos los que la «vistieron» de rojo.
Un abrazo.
¡Alejandro! ¡Qué gran alegría volver a verte y leerte! La casa roja es muy especial y mágica, y a través de tu objetivo más aún. ¡Gracias por volver!
Martín, muchas gracias por tu afecto. Me llevó nueve meses averiguar si tenía sentido continuar con el blog y ya ves, aquí estoy. Un abrazo.